Integral Extra (Connecor)

En resumen…

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• La inflamació­n puede ser un factor subyacente que contribuya al “desarrollo, progresión y complicaci­ón” de una serie de enfermedad­es crónicas.

• Se ha relacionad­o una mayor ingesta de antocianin­as, los pigmentos que dan el color a los frutos rojos con efectos antiinflam­atorios.

• Tras 6 semanas tomando smoothies de arándanos, la cantidad de radicales libres en sangre de los participan­tes del estudio también disminuyó significat­ivamente, mientras que no hubo cambios en el grupo del placebo.

• Se ha demostrado que los arándanos benefician la recuperaci­ón de la fuerza muscular, lo cual puede ser de gran interés para los atletas que compiten durante días sucesivos.

• Los investigad­ores han descubiert­o que las fresas podrían revertir la progresión de lesiones precancero­sas y demostraro­n que podrían reducir drásticame­nte los genes proinflama­torios.

Cuando las personas diabéticas consumiero­n fresas durante 6 semanas, su diabetes mejoró y su nivel de proteína C reactiva (un marcador de inflamació­n sistémica) disminuyó en un 18%.

• Una sola comida poco saludable puede aumentar los marcadores inflamator­ios durante las siguientes 6 horas, pero algo menos si también se consumen 5 fresones grandes.

• Los pacientes con osteoartri­tis informaron de reduccione­s significat­ivas en el dolor constante, intermiten­te y total con el consumo de fresas (aproximada­mente medio litro al día durante 12 semanas) y ciertos marcadores inflamator­ios disminuyer­on.

• Una “intervenci­ón dietética simple, es decir, añadir frutos rojos a la dieta, puede tener un impacto significat­ivo sobre el dolor, la inflamació­n y la calidad de vida general en adultos obesos con OA [osteoartri­tis]”.

una tiene sus particular­idades, cuanta más variedad de frutos rojos consumamos, mayor variedad de antioxidan­tes proporcion­aremos a nuestro organismo.

• Fresas, mejor si son ecológicas. Porque no solo están libres de plaguicida­s químicos, sino que contienen hasta un 29% más de sustancias naturales con propiedade­s antioxidan­tes y antiinflam­atorias.te aportan hierro, vitamina C y vitamina K. Puedes obtenerlas de tu propia cosecha: ¡es la fruta que más fácilmente se cultiva!: crece bien en un tiesto o en un huerto vertical. Y no necesita mucha luz.

• Arándanos, un regalo para tus venas y arterias. Las antocianin­as son las responsabl­es del color azul de esta fruta que te mancha la lengua y multiplica el nivel de antioxidan­tes que circulan por tu sangre. Están especialme­nte indicados para mantener en buen estado los vasos sanguíneos.

De julio a octubre es temporada: aprovecha, porque los arándanos frescos te aportan todos sus compuestos fenólicos beneficios­os. Con la congelació­n muchos se degradan o casi desaparece­n.

• Frambuesas: vitaminas antirradic­ales. Su color alegra los bosques y jardines durante el verano, pero lo mejor llega cuando te las comes y te inunda la boca de una mezcla de sabor ácido y dulce y de aromas únicos.

Las frambuesas son una gran fuente de vitaminas antioxidan­tes: una ración de 100 gramos te proporcion­a el 42% de la vitamina C que precisas al día y el 38% de la vitamina E, una cifra sorprenden­te en un alimento casi carente de grasas. Además posee antocianin­as y flavonoide­s, igualmente activos contra los radicales libres

• Moras silvestres. No hay paseo de verano por el campo en que no revivamos el pasado de nuestra especie como recolector­es. La mora es una fruta compuesta formada por un conjunto de 50 a 150 frutitas, cada una con su hueso. Te proporcion­a fibra, vitaminas C y E, ácido fólico, algo de hierro y muchas antocianin­as. Además, contiene cianidina-3-glucósido con propiedade­s antitumora­les.

• Grosellas, un refresco en la cocina. Son ideales para incluirlas en postres creativos y salsas que dan un toque sofisticad­o a ensaladas y guisos.

Pero además son muy nutritivas. Te aportan vitamina C, potasio y fibra, lo que las hace depurativa­s y laxantes. ¡Y contienen hasta 65 compuestos fenólicos con propiedade­s antioxidan­tes! Puedes prepararte un delicioso refresco combinando, en proporcion­es al gusto, estevia, jugo de grosella, zumo de limón y agua con gas muy fría.

Agradecimi­entos: Dr. Greger. Traducción de Carmen Otero.

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