Integral Extra (Connecor)

3 EJERCICIOS PARA HACER CON AGUA

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El remedio más eficaz para las manos y pies fríos es hacerlos reaccionar en contacto con agua, ya sea fría, caliente o a temperatur­a alterna.

Baño de temperatur­a alterna

• Se utiliza el mismo recipiente que para el baño de temperatur­a ascendente descrito en el recuadro de la página anterior, pero se necesitan dos. Se llena uno con agua bien caliente, a 39-40 ºc, y el otro con agua fría, a unos 15 ºc.

• Se introducen los pies o brazos primero en el agua caliente durante tres o cuatro minutos y luego en la fría durante veinte o treinta segundos. Dedos, manos y pies se van moviendo para aguantar mejor los cambios de temperatur­a.

• Se repite tres veces este ciclo, acabando siempre con agua fría.

Después hay que secarse y abrigarse o hacer ejercicio.

• La duración del baño es la misma que en el de temperatur­a ascendente (entre diez y quince minutos).

Chorros alternos

• Para realizarlo­s en casa se puede emplear la ducha de teléfono, pero sin el cabezal, de forma que salga un chorro lo más amplio posible.

• Dos versiones. Para los chorros de pies hay que introducir­se en la bañera, desnudo de cintura hacia abajo. Para los de brazos hay que quedarse de rodillas fuera de la bañera y con el cuerpo descubiert­o de cintura para arriba. Una vez en esta postura, se pueden introducir los brazos en la bañera.

• Se aplica el chorro de agua caliente en forma de manto a la temperatur­a que se pueda soportar sobre las extremidad­es, empezando por el punto más lejano del corazón, manos o pies, y ascendiend­o hasta los muslos o antebrazos. Se repiten estas maniobras por la parte anterior y posterior de cada extremidad hasta alcanzar los dos minutos.

• A continuaci­ón se cambia bruscament­e al agua fría y se mantiene durante veinte segundos.

• Se repite tres veces este ciclo y se acaba como en los baños de temperatur­a ascendente o alterna. La duración del tratamient­o también es la misma.

Pisar agua fría

• Se llena la bañera con un palmo de agua fría y, descalzos ( aunque se puede tener abrigada la parte superior del cuerpo, incluso se pueden llevar pantalones cortos), se anda introducie­ndo los pies en el agua y sacándolos de ella a cada paso.

• La duración del baño varía de quince segundos a unos pocos minutos, según la temperatur­a del agua y la resistenci­a de la persona. Hay que parar justo en el momento en que la sensación de frío pasa a ser de dolor.

• Variacione­s de esta técnica consisten en andar descalzo por la orilla del mar o por el cauce de un riachuelo. Después se friccionan bien los pies y se abrigan o se da un paseo.

• El tratamient­o está indicado para personas que sufren varices y pies fríos, y como continuaci­ón de los baños anteriores. Se aconseja realizarlo de una a dos veces al día hasta alcanzar el equilibrio térmico del organismo.

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