Cáncer infantil
LA GENÉTICA POR SÍ SOLA NO TIENE LA CULPA
Un estudio demuestra que los niños con cáncer fueron expuestos a sustancias cancerígenas durante la fase embrionaria.
El número de niños que desarrolla cáncer – leucemias, linfomas y tumores cerebrales– antes de los 14 años en Europa ha aumentado un 1% al año desde 1950 –es decir, hoy se puede hablar de un incremento de más del 60% desde entonces–. Para tratar de explicar este fenómeno, un equipo internacional de investigadores ha estudiado en estos niños el vínculo existente entre genética, contaminantes y embarazo.
El análisis de los cordones umbilicales demostró que los niños que desarrollaron un cáncer a una edad temprana estuvieron más expuestos a sustancias cancerígenas durante la embriogénesis. Dichas sustancias procedían en su mayoría de la alimentación de la madre y desencadenarían el cáncer por sí solas o junto a factores genéticos que predisponen a ello. Las sustancias tóxicas más comúnmente relacionadas con estos tipos de cáncer infantil proceden principalmente de los peces depredadores (atún, pez espada, etc.), los productos lácteos grasos, los fritos, los alimentos a la parrilla y los productos industriales en general (precocinados, sobre todo).