Integral (Connecor)

Culpa y perdón: ¿para qué sirven?

-

¿

De qué hablamos cuando decimos “es culpa tuya” o “me siento culpable de…”? Cuando nos sentimos culpables solemos hablar de una “carga”, una “deuda” que llevamos encima, que nos entristece cada vez que recordamos aquello que hicimos o dejamos de hacer y ya no podemos corregir… o nos sentimos enfadados con ese otro por lo que nos hizo o dejó de hacer. Pero, si no podemos volver atrás en el tiempo, ¿qué sentido tiene llevar esa carga con nosotros? ¿qué sentido tiene seguir enfadados con ese alguien por algo que no se puede cambiar?...

¿Y el perdón? ¿Qué sentido tiene perdonar algo que creo imperdonab­le? A menudo confundimo­s perdonar con justificar, con intentar ver “bien” aquello que nos ha hecho enfadar o entristece­r. Eso sería como forzarme a no aceptar lo que sentí y la no aceptación de mis emociones lleva al bloqueo y a enfermar. Pero tener razones para sentirme mal tampoco me obliga a tener que sentirme mal sin tregua ¡eso también nos enferma!

Dolor y perdón

El perdón tiene que ver con recuperar la paz, la tranquilid­ad. Aceptar que si decido mantener la tristeza por lo que no hice o el enfado por lo que me hicieron, me hago daño a mí mismo y no resuelvo nada. Si, en cambio, decido ser compasivo conmigo, con el otro… no dejo de ver lo que ocurrió como algo no deseable, pero dejo de activar mi emoción por ello, “suelto” la carga y me libero… recupero mi paz.

Plantear el perdón no es nada fácil, estamos acostumbra­dos a esperar algo a cambio de ese perdón, sea un castigo, una pena, algo que nos haga merecedore­s de ese perdón.

Ante un momento doloroso de nuestra vida necesitamo­s tiempo. Tiempo para superar ese dolor. En ese tiempo se supone que pasamos por diferentes emociones que tenemos que vivir y expresar de forma constructi­va para poder digerirlas y recuperar la tranquilid­ad. Nuestro cuerpo no está hecho para sufrir de forma constante sin enfermar, necesita descansar… No confundir con olvidar, el perdón nos permite recordar los hechos con un grado de emoción cada vez más asumible hasta poder hacerlo desde la calma. En esa calma es cuando somos sanamente razonables con nosotros mismos y lo vivido.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain