Acrilamida y café . . . . .
POR LEY, EN CALIFORNIA EL CAFÉ SE VENDERÁ COMO SI FUERA TABACO
Un juez de Los Ángeles sentencia que los vasos de café de las grandes cadenas deberán llevar la advertencia de que contienen productos cancerígenos. Al cabo de casi diez años, en el “juicio de la acrilamida” la sentencia dictamina que a partir de ahora los famosos “coffee cups”, aquellos vasos de cartulina norteamericanos para el café, han de incluir una etiqueta de advertencia sobre la presencia de sustancias cancerígenas en la bebida. Se refiere a la acrilamida, que suele estar presente también en las hamburguesas, patatas fritas, huevos con tocino, carnes de barbacoa y todos los alimentos requemados. Esta vez se trata de un aviso más serio para el café, otro de los productos estrella muy ligado a la alimentación y cultura americanas.
La sentencia abre además la puerta a demandas de los usuarios de California por un período de ocho años, (de 2002 a 2010), cuando presentó la demanda el Council for Education and Research on tóxics (CERT). En realidad se cree que esta ONG fue creada por un grupo de abogados listos y con pocos escrúpulos, que se aprovecharon de algunas leyes. En Californiana es obligatorio que los restauradores adviertan si los productos que ofrecen pueden provocar cáncer.
Acrilamida, reconocido cancerígeno
Desde 2002 se sabe que el café contiene cantidades pequeñas, pero significativas de acrilamida. Fue entonces que un grupo de investigadores de la Universidad de Estocolmo descubrieron que el origen de la acrilamida que había en el plasma de los trabajadores
de diversas industrias no eran los químicos del aire o del agua, sino la dieta que seguían, que era rica en alimentos que la contenían.
La acrilamida es un producto cancerígeno que se forma en determinados alimentos ricos en carbohidratos. Con el calor reaccionan los aminoácidos que contienen y forman la típica coloración marrón-negra: por ejemplo, las patatas fritas, algunos cereales, el pan muy tostado, la carne quemada o incluso las manzanas asadas (las puntas quemadas) lo contienen. Y, por descontado, también el café.
Para las autoridades sanitarias europeas y americanas, la acrilamida es cancerígena independientemente de las dosis consumidas, y una exposición continua a esta sustancia eleva el riesgo de sufrir tumores. En la UE, ha entrado en vigor un nuevo reglamento pensado especialmente para ir reduciendo los niveles de acrilamida en los alimentos industriales.
Polémica científica
Sin embargo, el café es uno de los productos alimenticios susceptibles que menos niveles presenta de esta sustancia. Según un estudio del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, de entre todas las variantes, el café de cafetera americana tipo Melita es el que menos contiene, gracias a que buena parte de la acrilamida se queda en el filtro de celulosa utilizado para preparar la bebida. Por el contrario, los tipos que más la contienen son el café soluble y el descafeinado.
Además, también se ha demostrado científicamente que el café puede ser sano y que incluso llega a prevenir varios tipos de cánceres y enfermedades cardiovasculares. Pero finalmente el juez californiano ha dictaminado que una cosa no excluye la otra y que, por ley, en las coffee-cups se debe avisar que el café contiene acrilamida y que esta sustancia es cancerígena.