Ninguna terapia natural mata
Nadie parece acordarse del caso más mediático de la televisión de los últimos años contra las Terapias Naturales. Hablo del famoso caso de Mario Rodríguez, un joven que según su padre murió por recurrir a las Terapias Naturales.
Sin embargo, parece ser que a los medios que persiguieron a nuestro compañero, no les interesa emitir la verdad. Aunque no sólo los medios de comunicación tienen que pedir disculpas, sino también ciertos políticos. Por ejemplo, el señor Francisco Igea, del partido Ciudadanos, que incluso en el Congreso de los Diputados se refirió a este caso.
El socio de COFENAT José Ramón Llorente es licenciado en naturología por la Universidad Internacional de Ecuador y posee el título superior en Terapias Naturales en la especialidad de naturopatía por el Real Centro Universitario María Cristina en El Escorial (Madrid).
El caso
Al joven Mario Rodríguez le fue diagnosticado una leucemia linfoblástica aguda y se le aconsejó la quimioterapia. Estando ingresado en el hospital, encargó a su madre que acudiera a la consulta de Llorente. Así, nuestro soto, cio, le indicó determinadas pautas alimenticias a seguir y le aconsejó tomar determinados complementos alimenticios para fortalecer su organismo.
Se le insistió en todo momento que no dejara la quimioterapia y que indicara a los médicos los productos que Llorente le había recomendado por si pudieran tener algún tipo de contraindicación con su tratamiento. De hecho, el médico le recomendó que no tomara dos de esos productos.
Cuando se aproximaban las fechas para el segundo ingreso, Mario comunicó al doctor que dejaba el tratamien- pero unas semanas después decidió retomarlo. Finalmente, falleció en julio de 2013.
Demanda
El padre del joven interpuso el 14 de enero de 2015 una demanda a Llorente en la que le responsabilizaba de la muerte de su hijo por inducirle al abandono del tratamiento del hospital.
Se absolvió a nuestro socio de todos los delitos y se interpuso entonces un recurso de apelación, pero de nuevo se dictó que acusado no se anunciaba ante sus posibles clientes como licenciado en medicina y cirugía ni tampoco se hacía pasar por tal. De hecho, el médico que trató al joven admitió que ninguno de los productos recomendados por Llorente eran medicamentos.
Por último, respecto del delito de homicidio imprudente que le atribuía la acusación particular, que no el fiscal, no existe el menor atisbo de la influencia de la actuación del acusado en el empeoramiento o fatal desenlace para Mario. En definitiva, no cabe más recurso ni amparo constitucional porque no se ha vulnerado ningún derecho.