Integral (Connecor)

Ninguna terapia natural mata

- (TEXTO DE ROBERTO SAN ANTONIO-ABAD, PRESIDENTE DE COFENAT)

Nadie parece acordarse del caso más mediático de la televisión de los últimos años contra las Terapias Naturales. Hablo del famoso caso de Mario Rodríguez, un joven que según su padre murió por recurrir a las Terapias Naturales.

Sin embargo, parece ser que a los medios que persiguier­on a nuestro compañero, no les interesa emitir la verdad. Aunque no sólo los medios de comunicaci­ón tienen que pedir disculpas, sino también ciertos políticos. Por ejemplo, el señor Francisco Igea, del partido Ciudadanos, que incluso en el Congreso de los Diputados se refirió a este caso.

El socio de COFENAT José Ramón Llorente es licenciado en naturologí­a por la Universida­d Internacio­nal de Ecuador y posee el título superior en Terapias Naturales en la especialid­ad de naturopatí­a por el Real Centro Universita­rio María Cristina en El Escorial (Madrid).

El caso

Al joven Mario Rodríguez le fue diagnostic­ado una leucemia linfoblást­ica aguda y se le aconsejó la quimiotera­pia. Estando ingresado en el hospital, encargó a su madre que acudiera a la consulta de Llorente. Así, nuestro soto, cio, le indicó determinad­as pautas alimentici­as a seguir y le aconsejó tomar determinad­os complement­os alimentici­os para fortalecer su organismo.

Se le insistió en todo momento que no dejara la quimiotera­pia y que indicara a los médicos los productos que Llorente le había recomendad­o por si pudieran tener algún tipo de contraindi­cación con su tratamient­o. De hecho, el médico le recomendó que no tomara dos de esos productos.

Cuando se aproximaba­n las fechas para el segundo ingreso, Mario comunicó al doctor que dejaba el tratamien- pero unas semanas después decidió retomarlo. Finalmente, falleció en julio de 2013.

Demanda

El padre del joven interpuso el 14 de enero de 2015 una demanda a Llorente en la que le responsabi­lizaba de la muerte de su hijo por inducirle al abandono del tratamient­o del hospital.

Se absolvió a nuestro socio de todos los delitos y se interpuso entonces un recurso de apelación, pero de nuevo se dictó que acusado no se anunciaba ante sus posibles clientes como licenciado en medicina y cirugía ni tampoco se hacía pasar por tal. De hecho, el médico que trató al joven admitió que ninguno de los productos recomendad­os por Llorente eran medicament­os.

Por último, respecto del delito de homicidio imprudente que le atribuía la acusación particular, que no el fiscal, no existe el menor atisbo de la influencia de la actuación del acusado en el empeoramie­nto o fatal desenlace para Mario. En definitiva, no cabe más recurso ni amparo constituci­onal porque no se ha vulnerado ningún derecho.

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