Cordyceps, el hongo tibetano prodigioso para la salud .
el hongo tibetano prodigioso para la salud
Un fenómeno de la naturaleza
Este extraño hongo es bien conocido en Asia desde hace siglos por sus increíbles propiedades para la salud que la ciencia moderna está corroborando con más de un centenar de estudios. Hace más de mil años, los pastores de las altas llanuras tibetanas observaban que sus animales, incluidos los de edad más avanzada, disfrutaban de un vigor envidiable. Saltaban, trotaban y se relacionaban entre ellos llenos de energía. También era sorprendente su actividad sexual y su fertilidad.
Intrigados por este hecho, los pastores comenzaron a interesarse por las hierbas que comían, y descubrieron la presencia de un hongo desconocido que identificaron como la razón de esa energía inusual de sus rebaños. Nacía una leyenda: Cordyceps (Ophiocordyceps sinensis).
Hongo parásito
El cordyceps es un hongo parásito que crece en el interior de un insecto o un gusano y se alimenta de él hasta matarlo. La forma en que el hongo crece de forma silvestre, natural, es bastante horrorosa, pero hoy los científicos han encontrado una solución muy aceptable.
En la naturaleza, algunos seres vivos son “parásitos”, que en su mayoría viven a costa de sus anfitriones sin dañarlos, o con un perjuicio mínimo. Existen incluso numerosas relaciones de simbiosis, en las que ambos, parásito y anfitrión, salen beneficiados. No es el caso del cordyceps, que se comporta como un temible “vampiro” con las orugas, hormigas y arañas.
Por ejemplo, en el caso de la hormiga el hongo libera esporas que terminan estableciéndose en la piel del anfitrión. Unas horas más tarde, las esporas van creciendo en el cuerpo de la hormiga, consumiéndolo sin llegar a tocar los órganos vitales.
Poco a poco el hongo se hace con el control de la hormiga, abriéndose paso hasta su cerebro. Entonces el insecto empieza a desorientarse y vaga durante unas horas. De pronto, como si de un robot teledirigido se tratase, trepa por una rama para clavar sus mandíbulas en ella y quedarse inmóvil. Al cabo de unas horas, la hormiga es ya una momia vegetal.
El hongo continúa entonces su desarrollo y, semanas más tarde, explosiona para diseminar sus esporas. Cuando coloniza a una oruga el proceso es similar.
Privilegio de emperadores
Tras la evidencia de sus increíbles propiedades pronto fue conocido por toda China. Sus primeras referencias como hongo medicinal aparecen durante la
última dinastía imperial china (Qing). Sin embargo, el hongo milagroso era tan escaso que sólo estaba al alcance de las élites.
El cordyceps crece en todo el mundo, sobre todo en Asia, pero su escasez viene dada por su propia naturaleza. El cordyceps se desarrolla en estado silvestre a gran altitud (entre 3.000 y 5.000 metros). La escasez de oxígeno ofrece un entorno extremo muy adverso que ayuda al desarrollo de una gran capacidad de supervivencia. El cordyceps tarda además unos seis años en completar su crecimiento.
En el momento de la recolección (cuatro semanas entre mayo y junio), pueblos enteros quedan desiertos cuando sus habitantes emprenden la búsqueda de este tesoro (un mes de recolección les proporciona tantos ingresos como un año de trabajo). El cordyceps es uno de los productos medicinales naturales más caros del mundo. En 2012, su precio era de 140.000 dólares el kilo: tres veces el precio del oro.
Así que la enorme demanda de cordyceps silvestre y su poca disponibilidad han originado una sobreexplotación que pone esta especie en peligro de extinción. Así fue declarada por las autoridades chinas en 1999.
Cordyceps de cultivo
Por suerte, la gran parte del cordyceps que se comercializa hoy en día es de cultivo, hecho sobre un sustrato de arroz, o de habas de soja, o bien en un medio líquido vegetal.
Investigadores chinos del Instituto de Materia Médica de la Academia China de las Ciencias lograron aislar en 1982 una cepa en fase asexual de Cordyceps sinensis, y desarrollaron un método de fermentación para poder cultivarla en laboratorio con las mismas propiedades medicinales del micelio de cordyceps silvestre.
Hoy en día es bastante sencillo encontrarlo en forma de suplemento dietético, con la ventaja de tomar sólo el hongo y no los restos del insecto o gusano que ha parasitado, como en el caso de los silvestres.
Para qué tomar cordyceps
El cordyceps ha sido utilizado en la medicina tradicional tibetana y china durante siglos. Hoy en día, hasta la industria farmacéutica se ha fijado en él y es la base de medicamentos para luchar contra el cáncer o el sida. Sus propiedades son tan numerosas y conocidas que es fácil encontrar razones para tomar Cordyceps sinensis como complemento nutricional.
Como ya descubrieron los antiguos pastores trashumantes tibetanos, es un potente vigorizante que favorece la energía física y mejora significativamente el rendimiento deportivo en los atletas.
También es un afrodisíaco que contribuye a aumentar el vigor sexual, tanto en el hombre como en la mujer. Se sabe que mejora la calidad espermática por la riqueza en vitaminas, zinc y aminoácidos, así como el deseo y la libido.
También es un excelente complemento para luchar contra el enve- jecimiento celular. El extracto de cordyceps mejora la actividad de las enzimas antioxidantes (SOD), reduciendo así la oxidación de los lípidos e inhibiendo la actividad de las monoaminoxidasa (un grupo de enzimas que deterioran los neurotransmisores, como la serotonina).
Es además un importante adaptógeno que ofrece una mejor resistencia al estrés y a las enfermedades. También mejora la función respiratoria y cardiovascular.
El cordyceps tiene propiedades inmunoestimulantes, y se ha empleado para tratar trastornos respiratorios, renales, hepáticos y cardiovasculares.
Se ha demostrado además su efecto antiestrés y antifatiga asociado a un aumento del nivel de ATP (adenosíntrifosfato, la molécula energética de las células).
El ácido cordicépico tirene propiedades diuréticas, antitusivas y antioxidantes.
Como antiinflamatorio posee además efectos reductores de la concentración del colesterol total, lipoproteína de baja densidad y triglicéridos en sangre.
Minerales y vitaminas. El hongo cordyceps contiene multitud de vitaminas (A, B1, B2, B12, C, E y K), minerales y aminoácidos, ergosterol (un precursor de la vitamina D), polisacáridos y cordicepina, entre otros.
La eficacia del extracto de micelio fermentado está avalada por numerosos estudios.