Un mar de plásticos
Realmente hemos plastificado nuestra vida, porque estamos en una burbuja de este material que nos envuelve por todos los lados. Hoy ya sabe todo el mundo que hay un continente en el Océano Pacífico Norte, más grande que cinco veces Alemania, que está· formado por plásticos que flotan (el Atlántico Norte tiene otro del tamaño de Alemania); pero también flotan en el aire que respiramos, en la comida que comemos, en el agua que bebemos, incluso en el agua de distribución publica. Esta vez resumimos un poco la situación, y en el próximo número veremos algunas ideas alternativas e informaciones sobre comida envasada.
En la sangre
Es tal la cantidad de plástico que hay en el mundo que es inevitable que pase a nuestra sangre; A ftalatos, bisfenol A, estirenos, que son las piezas básicas y mayoritarias de formación de los plásticos se les atribuyen propiedades básicamente cancerígenas y degenerativas, pero eso sólo respeto a sus componentes mayoritarios, se sabe poco de los componentes minoritarios de los plásticos.
El abaratamiento del precio del petróleo hace una década ha influido en aumentar la producción de plásticos de forma exponencial y se han aumentado sus residuos. Últimamente se ha puesto énfasis en luchar contra el aumento de producción de plásticos, pero la realidad es que cada año que pasa aumenta la producción, los residuos y la variedad de plásticos que hay en el medio ambiente.
Por suerte, el plástico es bastante inocuo, porque en caso contrario media humanidad estaría enferma de cáncer dadas las altísimas concentraciones que llegamos a tener en nuestros tejidos; pero no hay ninguna duda de que es un elemento perjudicial para la salud. El plástico pasa fácilmente al medio ambiente porque se trata de un producto blando, degradable, aunque no biodegradable, que acaba formando macropartículas que lo invaden todo.
Vamos a centrarnos un poco en aquellos plásticos que nos llegan a la mesa con agua en su interior y que consumimos habitualmente.
Botellas
Las botellas de agua de bebida están pensadas para ser utilizadas sólo una vez, o al menos eso es lo que dicen las compañías que la embotellan. Con el uso y el trafico de la botella el plástico de las botellas se degrada y supuestamente permite una mayor presencia de plástico en el agua embotellada. Esto contrasta con la iniciativa iniciada en Inglaterra por diversas cadenas alimentarias de ofrecer agua gratuita a todo aquel que acuda con su botella al establecimiento, con la finalidad de reducir el consumo de plásticos.
Las aguas del grifo son muy variables en su contenido mineral, dependen del terreno en el que se producen, unos de estos minerales son de origen natural (Ca, Mg, Se, F, Zn),otros a veces añadidos intencionalmente (F), y unos terceros como degradación de las conducciones de agua (Pb, Cu, aportando una pequeña cantidad de minerales.
Es interesante la presencia en el agua de los siguientes minerales que están presentes en las aguas duras y
que posiblemente pueden ser beneficiosos para la salud cardiovascular.
Calcio para la salud cardiovascular y de los huesos.
Magnesio para la salud cardiovascular y de los huesos.
Flúor efectivo en la prevención de la caries (cuestionados sus beneficios en los últimos años).
Sodio electrolito celular, interesante en épocas de calor y sudor.
Cobre función antioxidante, importante en el aprovechamiento del hierro.
Selenio antioxidante, estimulante de la inmunidad.
Agua embotellada
Según las normativas alimentarias, el agua embotellada no debe contener menos de 250 partes por millón de sólidos. Las aguas embotelladas deberían proceder de acuíferos subterráneos y deben ser embotelladas en condiciones higiénicas y de seguridad.
Es difícil que, a partir del consumo de un agua, en este caso mineralizada, tengamos aportes significativos de la mayoría de minerales que los contienen. De todos los minerales, son el magnesio y los oligoelementos los que pueden dar un interés especial de un agua respecto a la salud, pero también nos dicen que no necesariamente un agua mineral embotellada es superior, en lo que se refiere a la salud, en la prevención de la enfermedad en general.
Plastificantes y disruptores endocrinos
El principal problema del agua embotellada reside en su envase, que permite la migración de partículas plásticas hacia el agua.
Los plastificantes son los aditivos del agua que provienen de los plásticos, especialmente del envase plástico, muchos de éstos actúan como disruptores endocrinos teniendo un efecto
estrogénico, feminizante. Los disruptores endocrinos más estudiados son el Bisfenol A (BPA)y el di etilexil ftalato (DEHP), presente en las botellas de tipo PET.
Los micro plásticos se encuentran en el 92% de las aguas embotelladas, con un promedio de 316 plásticos por litro. Calculando los micro plásticos mayores de 100 micras (el grosor de un cabello), las aguas embotelladas tenían el doble de partículas que el agua del grifo.
Las aguas embotelladas contienen residuos plásticos. De 30 aguas minerales italianas, el 90% los contenían, y en un estudio alemán 12 de 20 marcas los contenían. Las aguas embotelladas en PET o plástico contienen el doble de residuos plásticos que las aguas embotelladas en vidrio, que también contienen. En un estudio de la Universidad de Granada sobre aguas embotelladas en Andalucía, se observó que todas las muestras contenían disruptores endocrinos (DRE). El consumo habitual de DRE se relaciona con un aumento del cáncer de mama y de próstata, pudiendo producir reducción de la libido.
El agua embotellada, y la del grifo deberían ser estériles, pero algunas veces no lo son. Las personas con el sistema inmunitario sensitivo pueden padecer alguna enfermedad infecciosa por Criptosporidium. Salvo contadísimas excepciones, la calidad de las aguas del grifo o de bebida es higiénicamente buena en nuestro país.
Agua del grifo
El agua de distribución pública tiene las propiedades del agua de la zona, en unos casos puede ser muy mineralizada, y en otros rica en tal o cual elemento, veamos algunos aspectos generales, salvando esta c circunstancia de vital importancia.
Existe una cierta prevención en consumir directamente el agua tratada del grifo. En poblaciones grandes, el agua además está fluorada y recibe más tratamientos de adecuación. En general, el agua del grifo nos da una composición microbiológica perfecta (no tiene microbios), pero la irrupción de contaminantes de diversos tipos ha cambiado un poco la idea de lo que debe ser una buena agua de mesa.
Los contaminantes más habituales del agua de distribución pública son los nitratos, el plomo, los desinfectantes y también los microplásticos.
El agua del grifo usualmente está más mineralizada que el agua embotellada. Puede suponer un complemento importante a la hora de obtener los minerales necesarios para la salud, calcio y magnesio están entre estos minerales, aunque también el zinc y el sodio. El consumo de 2 a 3 litros de agua del grifo al día nos puede aportar entre un 6% y un 10% de las necesidades de calcio y de magnesio.
El agua del grifo también tiene algún problema a tener en cuenta, y la mayoría se refiere a su potabilización y distribución.
Plomo: Por suerte, quedan muy pocas tuberías de plomo en la conducción de las aguas, pero alguna hay, especialmente en núcleos de población pequeños y algo aislados. En un estudio de USA de hace solo dos años, el 33% de las aguas contenían alguna cantidad de plomo. Creemos que en España debe ser menor, pero por ahora es una suposición.
Cloro: El sabor a cloro tira para atrás a muchas personas que quizás consumirían agua del grifo, y este mineral (junto con el flúor en muchas ocasiones) se añade como sistema de potabilización y esterilización del agua. Esto, que supone sin duda un avance de la sanidad pública, también puede tener alguna consecuencia (del cloro o de su principal subproducto, los trihalometanos), como aumentar discretamente el cáncer de colon o de la vejiga.
Microplásticos
El 83% de las muestras de agua contienen cantidades significativas de microplásticos. En el agua se encuentran gran cantidad de productos farmacéuticos, muchas veces derivados de su uso en la ganadería. Muchos de estos compuestos tienen una acción hormonal de tipo estrogénico, y entre ellos el más incriminado es el bisfenol A (BPA), producto de degradación de microplásticos como el PVC. La leche, por ejemplo, tiene una mayor cantidad de estas sustancias estrogénicas que el agua de bebida.
¿Agua embotellada?, ¿Filtrada?, ¿Del grifo?
Los tres tipos de agua son adecuados para el consumo, teniendo en cuenta que la embotellada en PET es la que puede contener más residuos plásticos, seguida del agua del grifo.
El agua filtrada por ósmosis reduce su contenido en plásticos. El filtrado será mejor siempre y cuando el filtro tenga un mantenimiento, pero tiene su punto negro, porque un filtro no regenerado acaba permitiendo la presencia de contaminantes en el agua, especialmente bacterias.
Los filtros de carbono tienen la mejor relación coste/eficacia. Los filtros caseros de agua han mejorado mucho, son fáciles de instalar y tienen un costo reducido, pero ¿Es mejor el agua filtrada que la del grifo o embotellada?
Se sabe que los filtros de carbón activado pueden eliminar los contaminantes halogenados derivados de la cloración del agua.
Reusar las botellas
En Inglaterra, y desde 2015, muchos supermercados ofrecen agua gratuita para rellenar en las botellas que traigamos de casa, es una medida destinada a reutilizar los plásticos y a no contaminar más el planeta. Solo en la ciudad de Bristol esto permitirá ahorrar 22,3 millones de envases al año.
Todo esto tiene una conclusión, hemos de reducir la producción de plásticos. Mientras tanto, nos habremos de pasar más al vidrio y al acero inoxidable, elementos neutros que no dejan residuo.