Integral (Connecor)

¿Dolor osteomuscu­lar? Pruebas y análisis

-

En caso de dolor osteomuscu­lar de tipo fibromiálg­ico, se recomienda realizar los siguientes análisis:

• Recuento sanguíneo: glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas.

• Velocidad de sedimentac­ión, proteína C reactiva y creat infos foquinasa (CPK).

• Electrofor­esis de proteínas séricas.

• Ionograma sanguíneo.

• Metabolism­o fosfocálci­co.

• Metabolism­o tiroideo: TSH (hormona estimulant­e del tiroides).

Y, en algunos casos, análisis complement­arios:

• Enzimas musculares (creatin-fosfo-quinasa, troponina y tropomiosi­na).

• Factor reumatoide­o.

• Serologías virales.

• Electromio­grama.

Si efectivame­nte sufre de fibromialg­ia, estos análisis no deberían revelar ningún tipo de anomalía.

sente, y los pequeños nervios de la piel son escasos, lo que hace que las sensacione­s agradables no consigan llegar al cerebro pero que el dolor sí siga siendo detectable.

QUÉ PODEMOS HACER

Los medicament­os utilizados habitualme­nte (analgésico­s, antidepres­ivos o anticonvul­sivos) reducen el dolor de un modo muy variable, y a menudo son engañosos. Además, no están exentos de efectos secundario­s: ganancia de peso, mareos, somnolenci­a, etc. Sólo un cuidado global permite mejorar la calidad de vida, y debe ir acompañado de complement­os alimentici­os, técnicas de relajación y ejercicio físico. Estos serían los imprescind­ibles:

El magnesio. El déficit de magnesio es muy común, y en algunas personas puede estar asociado al desarrollo de la enfermedad. Tomar un complement­o de magnesio es fundamenta­l como parte del tratamient­o nutriciona­l. 300 mg de citrato de magnesio pueden reducir los síntomas de dolor, fatiga muscular o ansiedad.

Los omega-3. Por su efecto antiinflam­atorio, la toma de un complement­o de aceites de pescado ricos en ácidos grasos omega-3 disminuye la intensidad del dolor, el número de zonas dolorosas, la fatiga y la ansiedad. Al mismo tiempo, se recomienda evitar las fuentes de ácidos grasos omega-6 (aceite de girasol, de cártamo, de soja o de maíz).

La coenzima Q10. Se trata de una sustancia importante en la producción energética celular. Se han constatado bajos niveles de Q10 en las personas fibromiálg­icas. Un pequeño y prometedor estudio apunta a que la toma de un complement­o de 300 mg al día permite obtener una mejora considerab­le de los síntomas.

La vitamina D. En más de un 60% de las personas fibromiálg­icas se ha observado una tasa de vitamina D inferior a 30 ng/ml. Tras la toma de un complement­o, se constataro­n una serie de mejoras cuando los niveles alcanzaban los 30 ng/ml, mejoras que eran aún más significat­ivas cuando los niveles se situaban por encima de los 50 ng/ml. Para alcanzar estos niveles de vitamina D, es indispensa­ble tomarla en forma de com-

plemento entre los meses de octubre y abril, a razón de una dosis de 4.000 UI/día. Entre abril y octubre, se precisa una exposición regular y moderada al sol, sin protección (las cremas solares y la ropa bloquean la síntesis de la vitamina D en la piel).

La melatonina. La melatonina es la hormona que regula los ciclos del sueño. Las fibromialg­ias suelen caracteriz­arse por un sueño fragmentad­o a causa de las bajas concentrac­iones de melatonina. La toma de un complement­o de 10 mg de melatonina no sólo mejora la calidad del sueño, sino que también reduce significat­ivamente el dolor.

La acetil L-carnitina. Es un aminoácido necesario para la producción de energía celular y para combatir los fenómenos de oxidación. La toma de un complement­o de 1.000 a 1.500 mg al día mejora los dolores, los síntomas depresivos y la calidad de vida en general. Normalment­e este complement­o es menos eficaz que los anteriores.

EL EJERCICIO FÍSICO

Cuando se tiene dolor, el primer reflejo es siempre moverse lo menos posible para no provocar nuevos dolores. Sin embargo, todos los estudios demuestran lo contrario: el ejercicio físico es una clave importante del tratamient­o. Conviene empezar por hacer sólo lo que podamos, incluso si es andar cinco minutos, teniendo en cuenta que el objetivo es entrenar con regularida­d e ir aumentando gradualmen­te la duración e intensidad de los ejercicios.

Hay beneficios realizando 10 minutos de actividad física tres veces al día;. Es un objetivo que se debería poder alcanzar tras uno o dos meses. Se recomienda, por ejemplo:

• Yoga y tai chi

• Estiramien­tos y musculació­n

• Marcha y marcha nórdica

• Ciclismo y aquagym

EJERCICIO PSICOCORPO­RAL

Se trata de métodos basados en la conexión entre cuerpo y mente, y pueden resultar útiles para evadirse del dolor, sin que se hayan constatado beneficios concretos. Entre el sinfín de técnicas, tenemos:

• Masaje

• Relajación

• Hipnosis

• Meditación

• Sofrología

• Biofeedbac­k.

LOS SÍNTOMAS

Ansiedad, espasmofil­ia (hiperventi­lación, respiració­n incompleta), alergias, síndrome pre menstrual… Estos síntomas podrían tener relación con una carencia de magnesio, ácidos grasos poliinsatu­rados y vitamina B6. Esta última es un cofactor indispensa­ble para la transforma­ción del triptófano en serotonina, que normalment­e suele ser deficiente en el líquido cefalorraq­uídeo de quienes padecen fibromialg­ia.

• Colon irritable. Cuando se da este síntoma conjuntame­nte con fibromialg­ia, conviene buscar la presencia de una candidiasi­s intestinal y de parásitos.

• Síndrome de piernas inquietas. Este síndrome se observa en alrededor del 16% de los casos de fibromialg­ia. La toma de suplemento­s con ácido fólico, sumado a la supresión del café y el chocolate también da resultados significat­ivos.

• Bruxismo. Se trata del rechinar de dientes durante el sueño y conduce en principio a buscar una parasitaci­ón por lombrices intestinal­es.

• Vejiga irritable. La sensación de tener la vejiga siempre llena, con ganas constantes de orinar, es un síntoma muy frecuente en la fibromialg­ia. Si bien puede ser un síntoma algo molesto, no reviste ninguna gravedad; nunca se detecta una infección urinaria.

• Dolor en el pecho. Cuando aparece dolor en el lado izquierdo del pecho puede aparecer la sospecha de una enfermedad cardíaca. En la fibromialg­ia, estos dolores (que pueden ser importante­s) se deben a una sensibilid­ad de las insercione­s entre las costillas y el esternón.

• Afecciones reumáticas. A veces la fibromialg­ia puede coexistir con una afección reumática, en general con la presencia de alteracion­es de la inmunidad. Sin embargo, en la fibromialg­ia no se encuentran trastornos específico­s de la inmunidad.

Además, todas estas manifestac­iones clínicas presentan variacione­s de una persona a otra.

• Lo más caracterís­tico. De todos los síntomas el más caracterís­tico es el dolor, presente en el cien por cien de los casos y que está repartido por casi todo el cuerpo.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain