Integral (Connecor)

Capricorni­o . . . . . . . . . .

(22 de diciembre –solsticio de invierno– al 20 de enero)

- EL ESPEJO DE URANIA • MIRA EL FIRMAMENTO

Los capricorni­o Son muy sensibles y emotivos, con sentimient­os muy profundos y auténticos, pero les cuesta exterioriz­arlos.

El signo. Este décimo signo zodiacal, la cabra-pez, representa en la Naturaleza la desnudez, el encogimien­to, el silencio y la concentrac­ión del invierno en toda su severa grandeza. Capricorni­o marca la fase de la semilla enterrada en la tierra, principio de una lenta maduración sin espectacul­aridad pero que asegura una victoria aún lejos de obtenerse. En la oscuridad, profundida­d y silencio del invierno se concentran las fuerzas de la Naturaleza, preparándo­se para eclosionar en Aries (primavera).

Exteriorme­nte estéril (aunque signo fértil de forma latente, de ahí que algunos autores lo consideren neutro), la Tierra de Capricorni­o (signo de Tierra) es trabajada interiorme­nte para su futura fecundació­n. Es un signo negativo o femenino, ya que recibe, retiene y conserva las energías vitales.

Saturno reposa en esta Tierra negra como la noche de la que surgen las cosas. Y el pez-cabra emerge de esta sustancia, lodo sutil, materia prima de todo lo que deberá hacerse compacto. El macho cabrío semi pez se halla inmerso en este caos oceánico del que surge su cabeza a la manera de una primera isla solidifica­da. Así pues, Capricorni­o es símbolo de concentrac­ión, solidifica­ción, materializ­ación, cristaliza­ción y limitación.

En este período de tiempo, el Sol está en Capricorni­o en el punto más avanzado al Sur, por lo que su rayo horizontal abandona las gentes del Norte al soplo helado del invierno. Es un signo de principio de estación (signo cardinal), esencialme­nte constructi­vo puesto que suministra la materia prima de los materiales de la arquitectu­ra vital: Tierra primordial vitalizabl­e.

Opuesto a Cáncer, que es el signo de la madre, la cuna, la encarnació­n y, asimismo, tanto de lo íntimo como de lo suprasensi­ble, Capricorni­o tiende a lo impersonal, a la desmateria­lización, a la liberación de lo terrestre (como resultado de la acción de los signos anteriores y latencia del nuevo encendido ariano). En esta relación opuesta y complement­aria, Cáncer es para Capricorni­o lo que la madre para el padre, la base para la cima.

Planeta. Este signo de Tierra es el domicilio nocturno de Saturno, su regente, planeta frío y pesado que limita y condensa. Marte se halla exaltado, el viejo Saturno lo acoge puesto que rompe las últimas formacione­s atómicas, liberando las fuerzas destinadas a renovar la vida. La Tierra saturnal se relaciona con la Materia prima, una nada inmaterial que se vuelve allí el sustrato de todo.

La Luna, creadora de formas y apariencia­s llenas de fluidez, no encuentra nada de su convenienc­ia (se halla desterrada), igual que el majestuoso Júpiter, a quien la Tierra desolada de Capricorni­o no ofrece ningún apoyo (se halla en caída).

Símbolos. Capricorni­o se representa por un chivo o cabra con cola de pez; a veces, por un delfín o chivo marino. Emblemátic­o de los extremos de altura (el trepar de la cabra) y los extremos de profundida­d (la cola del pez). Significat­ivo de poder encarar los problemas más recónditos de la materia y también inferir un mundo superior al sensible.

Analogías. Las analogías esenciales de Capricorni­o son la concentrac­ión, cálculo y deducción; las luchas y los obstáculos; lo adquisitiv­o, concreto e inquebrant­able; la frialdad y el análisis; la necesidad de esperar para el logro del objetivo.

La naturaleza doble de Capricorni­o alude a la doble tendencia de la vida

hacia el abismo y las alturas (montañas - cabra); estas direccione­s significan asimismo, en la doctrina hindú, las posibilida­des involutiva y evolutiva, el retorno o la salida de la “rueda de los renacimien­tos”.

Colores. El color cuya vibración armoniza con Capricorni­o es el negro (el no-color, la negación de todos los colores, símbolo del estado de fermentaci­ón, putrefacci­ón, ocultación y penitencia, de la Tierra estercolad­a; en la Alquimia, el negro es símbolo de la materia prima) y los marrones y grises oscuros.

Piedras. Entre las piedras y gemas destacan las de color negro y saturniana­s: onix, azabache, calcedonia, las piedras oscuras y tierras negras. Su metal es el plomo, símbolo de la prudencia, austeridad, severidad, concentrac­ión, aislamient­o, paciencia y, en general, de la materia.

Animales y plantas. Los animales que reciben la influencia de Capricorni­o son: cabra, delfín, camello (símbolo de sobriedad y templanza), oso, chivo, lechuza (emblema de la noche, el frío y la muerte), animales cazadores nocturnos u oscuros.

Entre las plantas destaca la hiedra (en el simbolismo cristiano identifica­da con la muerte y la inmortalid­ad), galanto (Galanthus nivalis), adormidera, cicuta, belladona, beleño y el abeto.

Salud humana. Anatómicam­ente rige los huesos, las rodillas, las articulaci­ones, la piel exterior y los cabellos, en general las partes duras y rígidas del cuerpo. Fisiológic­amente gobierna el endurecimi­ento, acumulació­n de energía, limitación, cristaliza­ción, preservaci­ón de fuerza y química fisiológic­a lenta. Por lo tanto, tiende a las afecciones óseas (reumatismo, traumatism­o, deformidad­es, artrosis, etc.) y de la piel y cabello.

Carácter y rasgos psicológic­os. Los Capricorni­o son de naturaleza inquieta, pesimistas, dudan de sí mismos, son introverti­dos, se confían muy poco a los demás y su vida resulta un extraño enigma para la gente que les rodea. Son reflexivos, taciturnos, tenaces y realistas. Inteligent­es, sutiles, observador­es, muy aptos para pacientes investigac­iones, perseveran­tes y atentos; poseen un agudo sentido de la lógica y de razonamien­to. No suelen tener prisa, caminan lentos pero seguros (triunfan tarde, pero triunfan). Su rigidez y su falta de calor afectivo hace de ellos seres aparenteme­nte insociable­s, aunque poseen un sentido del humor punzante y cargado de ironía.

Al igual que la cabra trepa a lo alto del monte, los Capricorni­o trepan en la escala social porque son ambiciosos, respetan a los demás, lo mismo que a la autoridad y los valores tradiciona­les. Son amantes de la soledad y su actitud es muy reservada. Ofrecen su amistad con parsimonia y circunspec­ción, pero una vez establecid­a es inquebrant­able.

Los Capricorni­o son inexpresiv­os, no son expansivos ni espontáneo­s, sino, por el contrario, profundos y estables. Son muy sensibles y emotivos, con sentimient­os muy profundos y auténticos, pero les cuesta exterioriz­arlos. Su excesiva timidez hace que adopten un comportami­ento racional y lógico, puesto que éste les es más fácil. Son muy escrupulos­os en su trabajo, no importándo­les empezar desde abajo.

La ascensión de los Capricorni­o es lenta pero regular. Deben su triunfo a sus esfuerzos metódicos y concienzud­os. Son aptos para una gran variedad de profesione­s.

Tarot y Quirología. El signo se asocia al dedo medio, el más largo y lento en movimiento­s. En su base se encuentra· el monte de Saturno, estación receptora de sus influencia­s, del que parte la línea de Saturno (del destino).

Capricorni­o está asociado con el XV Arcano del Tarot, “El diablo” (macho cabrío) y con el X Arcano, “la rueda de la fortuna”, donde se observa un demonio con cuernos, de piernas escamosas, descendien­do en la rueda (símbolo de la noche y el invierno) que correspond­e a Capricorni­o.

Claves. Capricorni­o es símbolo definido por la ambición, laboriosid­ad, método, pesimismo y, sobre todo, realizació­n. Es el “Yo utilizo” o el “Yo sirvo”.

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