El yoga llega a las escuelas . . . . . . . . .
Cada vez son más los centros educativos que están incorporando el yoga dentro de sus planes de estudio. En algunos países, como Estados Unidos o Noruega, hace años que sus técnicas se aplican en escuelas e institutos con excelentes resultados. Y es que tanto docentes como psicólogos constatan que el yoga aporta múltiples beneficios en diferentes aspectos del desarrollo de los niños y niñas, además de mejorar la convivencia en las aulas al disminuir el estrés y mejorar la relación entre los mismos alumnos y también de éstos con los profesores. Practicar yoga en las aulas aporta beneficios a diferentes niveles:
A nivel físico, el yoga mejora la flexibilidad, la fuerza, la coordinación, el equilibrio, la adquisición de buenos hábitos posturales y mejora el autoconocimiento y consciencia corporal. Fomenta la salud y la calidad de vida ya que se suele vincular a otros hábitos de vida saludables como la alimentación sana o el contacto con la naturaleza.
En el aspecto emocional, les enseña a conectar con su propia interioridad, a observar y reconocer sus propias emociones. Identificando y dando nombre a las emociones el yoga se convierte en una poderosa herramienta para la gestión emocional. Este conocimiento de su mundo interior y su capacidad de autorregularse conducirá a un aumento de su confianza y autoestima, empoderándoles ante las diferentes situaciones que puedan encontrarse en la vida.
Con respecto al aprendizaje, mejora la memoria y el nivel de atención y concentración, repercutiendo positivamente en los resultados académicos y el rendimiento escolar.
En su vertiente más social, el yoga contribuye a mejorar la convivencia en las aulas ya que trabaja la aceptación y el respeto, no solo hacia uno mismo,
sino también hacia los demás, aportando valor a las diferencias. Desarrolla habilidades de comprensión empática y transmite valores tan importantes como la compasión, la generosidad, la honestidad, la solidaridad y la gratitud. El yoga educa para la paz.
En cuanto al sistema nervioso, el yoga disminuye los niveles de estrés. Actualmente existen numerosos estudios científicos que demuestran que la meditación provoca cambios significativos en las estructuras cerebrales. Como indica el doctor Luis Lopez , Director del Programa Treva y del Máster en Relajación, Meditación y Mindfulness de la Universidad de Barcelona, en su libro Meditación para niños “La meditación viene en nuestro auxilio como una herramienta eficaz para ayudarnos a alcanzar un estado de equilibrio y bienestar. Se trata de una práctica milenaria, que ha existido desde siempre, aunque ahora sus beneficios son reconocidos por la comunidad científica como una forma de desarrollar el cerebro y de establecer nuevas conexiones neuronales. (..)
En este contexto, el mindfulness y la meditación no solo son eficaces para estabilizar la mente del adulto, sino que desempeñan un papel importante en el desarrollo emocional del niño y su felicidad. Realizar estas prácticas de forma habitual les permite explorar su cerebro y estar a solas consigo mismos, ausentarse del mundo exterior y de sus presiones y enfrentarse a la exploración de su mente y sus circunstancias.”
CLASES ADAPTADAS
A LA CREATIVIDAD INFANTIL
El yoga se transmite a los niños de manera muy diferente a la de los adultos para quienes el aprendizaje, en general, requiere más disciplina y silencio. En las clases dirigidas a niños y niñas, se parte de su innata creatividad, su imaginación y su capacidad de interpretación para asegurar una experiencia divertida y estimulante a través de cuentos, canciones o juegos.
En las sesiones se incluyen tanto ejercicios físicos, como de control de la respiración y meditación.
A través de la práctica postural (asana) ellos mismos se transforman en animales, objetos o elementos de la naturaleza. Se pueden utilizar gran variedad de materiales con los que experimentar como telas, globos, cartas, pelotas, pinturas o mandalas que llamarán su atención y que pueden dar juego a múltiples dinámicas.
A través de los juegos fomentamos el trabajo en equipo, la cooperación, la empatía, la compasión y el respeto, además de los valores ya mencionados como la solidaridad o la gratitud.
Los ejercicios de meditación también se realizan de manera diferente a la de los adultos. A través de una actividad, un sonido, una imagen o una visualización concreta los niños enfocan su mente, conectándola con el momento presente. En una sociedad como la nuestra, tan acelerada y sobrecargada de estímulos, aprender a encontrar momentos de silencio interior y sentir la conexión con el presente, resulta fundamental y
urgentemente necesario tanto para los niños como para los adultos.
Así pues el yoga ofrece múltiples beneficios a los niños y niñas favoreciendo su desarrollo integral, aportando e interiorizando recursos y estrategias que les ayudarán a vivir una vida sana y equilibrada.
A continuación mostramos algunos ejercicios que pueden realzarse en las aulas:
EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN
Respiración de la abeja: sentados en el suelo, alargamos la espalda y nos tapamos los oídos con los dedos índices. Inhalamos por la nariz y al exhalar imitamos el sonido de las abejas zzzzzzzzz.
Esta respiración ayuda a calmar el sistema nervioso.
Inflar un globo imaginario: nos imaginamos que debemos inflar un globo y para ello tenemos que respirar e inspirar muy profundamente. A medida que lo inflamos las manos van separándose ya que el globo va creciendo. Podemos acabar soltándolo e imaginarnos que sale volando. A través de este ejercicio los niños toman consciencia de su capacidad pulmonar.
POSTURAS (ASANA)
La barca en parejas
Sentados en el suelo en parejas, nos cogemos de la mano y juntando las plantas de los pies los vamos levantando del suelo intentando estirar las piernas.
Animales
Muchas posturas tienen nombres de animales (o no los tienen pero sus gestos se asemejan). Estas posturas pueden utilizarse para inventar cuentos, historias o simplemente jugar a que nos transformamos en animales. En la foto, nos hemos convertido en jirafas.
EJERCICIO DE MEDITACIÓN
Conectar con la respiración del otro: nos sentamos de dos en dos, espalda con espalda e intentamos conectar con la respiración de nuestra pareja.