¿Qué hacer en caso dehipo? .............
Cuál es la causa del hipo
El hipo es la contracción espasmódica brusca e involuntaria del diafragma, es decir, de la membrana músculo-tendinosa que separa la cavidad torácica de la abdominal.
Se caracteriza por la brusca rigidez y excavación del vientre, así como por el movimiento convulsivo del diafragma que interrumpe momentáneamente la respiración, y por la típica producción de un ruido espiratorio.
Está provocado por la irritación del centro nervioso del hipo (en el bulbo cerebral) o de los nervios frénicos que inervan el diafragma (esto último puede ir acompañado de irritación de los demás músculos empleados en la respiración).
Las causas desencadenantes son de lo más variado. Comúnmente sigue a la Irritación excesiva del estómago, y es probable que se manifieste después de una comida pesada o de haber comido rápidamente, con masticación incompleta; por frio que enlentezca la digestión o por simples fenómenos nerviosos. Habitualmente, pues, no pasa de ser un fenómeno transitorio de poca importancia.
Pero en otras ocasiones puede indicar trastornos más graves: estados patológicos de los órganos torácicos (pulmonías, pleuritis diafragmáticas, abscesos pulmonares, etc.) o abdominales (inflamaciones del estómago, del hígado, intestinales, del apéndice, del peritoneo, oclusiones intestinales, etc.). También puede estar producido por enfermedades del sistema nervioso (histerismo, epilepsia, tumores cerebrales) o por esta dos tóxicos (alcoholismo, uremia, etc.).
Por regla general, el hipo dura solamente unos pocos minutos y luego se calma; pero de vez en cuando se registran ataques fuertes que pueden durar varios días o incluso semanas enteras (lo cual conduce a un estado de depauperación física que compromete la alimentación y el sueño).
El hipo persistente en los niños se debe generalmente al enfriamiento del cuerpo, a la presión de gases intestinales o a desórdenes digestivos.
¿Qué podemos hacer para detenerlo?
El mejor sistema consiste en ingerir agua a pequeños sorbos, lentamente, sin respirar y tapándose la nariz. La explicación fisiológica sería ésta: reposo del diafragma que la deglución de un poco de aire y agua permitan prolongar sin esfuerzo (esta deglución produce movimientos peristálticos del esófago y del estómago que hacen cesar el espasmo diafragmático). También puede ser que la acción refleja calmante sobre el diafragma dependa de la tensión de ánimo ne- cesaria para cumplir el pequeño esfuerzo de tragar el agua lentamente; pero igualmente podría depender del mismo mecanismo de la deglución.
El retener simplemente la respiración pondrá fin a muchos ataques. Ello puede facilitarse, sea contando hasta treinta sin respirar, sea repitiendo en voz alta y aprisa una misma frase. También puede caminarse algún tiempo con la boca abierta conteniendo un poco la respiración.
Si estas medidas fracasan, el paciente debe acostarse de espaldas, encoger las rodillas lo bastante para aflojar los músculos de las paredes abdominales, y hacer que alguna persona comprima con los dedos los músculos situados inmediata mente debajo de las costillas, apretando hacia dentro y hacia fuera.
Si el hipo fuera persistente, el mejor remedio sería el de ejercer una tracción rítmica de la lengua. Ello se consigue cogiendo la lengua con una toalla o pañuelo y tirando hacia fuera. También puede respirarse en una bolsa de papel; se tapan la nariz y la boca con la bolsa, y se aspira el aire de la bolsa durante algunos minutos.
Si se trata de un niño, los compresas o envolturas (paños empapados en agua caliente y escurridos) sobre el estómago pueden detener el ataque. A los niños de corta edad puede cambiárseles de posición y ejercer una presión suave a modo de masaje sobre el estómago.
En niños lactantes, el hipo depende, en la mayoría de casos, de haber dejado al niño húmedo o frio. Se hace cesar fácilmente envolviéndolo en pañales secos y calientes. Mantener al sujeto caliente es beneficioso en todos los casos de hipo.