Dermatitis, plantas medicinales y jabón líquido . . . . . . . .
La dermatitis atópica es un trastorno común que merma la calidad de vida de quien la padece, causándole incomodidad e incluso en ocasiones algo de pudor. Vamos a ver una receta de jabón para elaborar en casa y con la que se notan sus efectos beneficiosos en pocos días. LOS CAPILARES Y EL ESTRÉS
Con el paso de los años se suele alterar la función natural de los capilares. Es una de las afecciones cutáneas más típicas que provoca, la dermatitis atópica o eccema atópico (que combina rojeces – eritemas– con pequeñas vesículas, escamas y comezón), está bastante extendida y no deja de aumentar (hoy día afecta al 10% de los adultos).
Sin embargo, pese a ser relativamente habitual, genera serias complicaciones y una gran pérdida de calidad de vida debido a la incomodidad que puede llegar a provocar.
Muchos sufren un estrés importante o directamente depresión por culpa de la dermatitis, y lo peor es que ese nivel de malestar, precisamente, desencadena un agravamiento de la enfermedad. Y es que, aunque no se conoce exactamente su mecanismo de acción, se sabe que esta afección cutánea se activa por culpa de los desajustes en el sistema inmunitario, por lo que se ve muy afectada por esos picos de nerviosismo y ansiedad.
Este problema puede aparecer en la piel, órgano drenante, cuando existe una sobrecarga en el resto de órganos emuntorios, como son el hígado, los ri- ñones o el intestino. Por eso cuando se realizan drenajes específicos –o lo que es lo mismo, curas de desintoxicación– el problema mejora de forma considerable.
PLANTAS MEDICINALES
En resumen, es recomendable acompañar cualquier tratamiento, incluido el uso del jabón de este artículo, con una cura détox a base de tisanas de plantas depurativas, como por ejemplo la decocción de diente de león.
Bardana (Arctium lappa L.), es una planta de espectacular poder depurativo de la que se usa la raíz, no se contenta con drenar solo el hígado, los riñones o la piel, sino que lo hace todo al mismo tiempo. Así, al estimular la circulación de la bilis, facilita el tránsito y elimina las sobrecargas sanguíneas.
Además, contiene una fibra soluble prebiótica, la inulina, que favorece la función renal facilitando la eliminación de orina. Por todo esto, su efecto más notable es el que ejerce sobre la piel, dado que muchos problemas cutáneos son el reflejo de eliminaciones insuficientes. Además, posee propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Malvavisco (Althaea officinalis) es eficaz para calmar todo tipo de irritaciones y eccemas, pero también ante quemaduras y picaduras de insectos y para regenerar los tejidos). Además, está especialmente indicada para el cuidado de las pieles secas por su capacidad de retener el agua gracias a sus mucílagos, lo que estimula la secreción natural de las mucosas y combate la congestión y el enrojecimiento. De hecho, muchas cremas cosméticas en el mercado cuentan con el malvavisco entre los componentes de su fórmula.
Rabo de gato (Sideritis tragoriganum), del que se usan las partes aéreas en infusión, es antiespasmódico, antiinflamatorio y antiulceroso. En uso ex-
terior posee propiedades antisépticas, antibacterianas y antifúngicas, así como antiinflamatorias, cicatrizantes, reepitelizantes (que aceleran el proceso natural de regeneración del epitelio) y diuréticas.
Aplicada en una compresa o en forma de loción es eficaz para aliviar contusiones, heridas, quemaduras, eccemas y dermatomicosis, entre otras afecciones.
Manzanilla (Chamaemelum nobile) tiene interesantes propiedades analgésicas, antiespasmódicas y antiinflamatorias, estas últimas reforzadas por el efecto calmante de los mucílagos y sus propiedades cicatrizantes, que ayudan a regenerar las mucosas afectadas. Su principio activo más destacado, el camazuleno, funciona también como antialérgico, cualidad que rara vez se presenta de manera tan específica en una planta.
La alantoína es una sustancia derivada de la degradación ( es decir; la oxidación) del ácido úrico presente naturalmente en la sangre y en la orina . Ahora bien, también puede encontrarse en algunas plantas y obtenerse artificial- mente mediante una síntesis química. Lleva décadas siendo muy usada para tratar infecciones, quemaduras y úlceras, formando parte de la composición de muchos productos cosméticos. Combate muy eficazmente la descamación, favorece la hidratación y es calmante y cicatrizante.
Vitamina E. Como antioxidante natural ejerce efectos espectaculares sobre la piel. Es antienvejecimiento y antimanchas, y permite librarse de marcas como las de cicatrices y quemaduras. También protege la epidermis tanto de los rayos UVB como de la contaminación y de cualquier otro agente externo.