Daisetsu Teitaro Suzuki . . . . . . . .
Una mirada a la vida e ideas de este divulgador laico introductor en Occidente de una vía japonesa del Budismo
Sabemos poco sobre los orígenes de Daisetsu Teitaro Suzuki (1870-1966), el mejor divulgador del Zen en Occidente, excepto que nació en una familia de clase samurái que, durante el período Edo de Japón (1603-1868), disfrutó de muchos privilegios.
Cuando Teitaro Suzuki nació en Kanazawa, el 8 de octubre de 1870, ya había empezado la Restauración Mei- ji (comenzó en 1868 bajo el mandato del Emperador Meiji). La clase samurái de Japón no incluía solo a los señores, sino también a sus sirvientes, que eran los que trabajaban. Dado que a cada samurái se le pagaba un sueldo fijo, su mantenimiento suponía una costosa carga financiera para el estado, lo que podría haber impulsado la reforma.
En 1876, la antigua clase samurái fue completamente abolida, con lo que no solo dejaron de cobrar un sueldo, sino que empezaron a pagar impuestos al gobierno. Con una madre devota del J do Shinsh (Budismo Shin o Verdadero Budismo de la Tierra Pura), y un padre médico, esta coyuntura supuso que la familia de D.T. Suzuki tuviera que vivir muy modestamente. Las cosas se pusieron aún más difíciles cuando el mismo 1876 murió su padre.
Encontrar la paz en el Zen
La viuda no encontró mejor solución que abrir su casa para acoger huéspedes. Como cuarto hijo de la familia, Suzuki fue a una escuela secundaria local, y a los dieciocho años comenzó a enseñar matemáticas, lectura, escritura e inglés en un pequeño pueblo de pescadores.
Las dificultades vividas durante su juventud lo llevaron a reflexionar sobre su destino. Se preguntaba por qué había nacido en aquellas difíciles circunstancias, y empezó a buscar respuestas en diversas religiones y filosofías.
Antes incluso de terminar la escue-
la, inició su entrenamiento Zen bajo la orientación de Setsumon-roshi.
Poco después comenzó a estudiar idiomas en la Universidad Waseda de Tokio, con el apoyo económico de su hermano abogado, y adquirió conocimientos de chino, pali, sánscrito y varios idiomas europeos. Continuó sus prácticas de Zen con el maestro de Rinzai —una de las tres principales prácticas budistas en Japón, importada de China durante el periodo Kamakura— Imagita Kosen-roshi.
Suzuki resumió estas primeras experiencias en su libro La práctica del monje Zen, que escribió en 1934, aunque nunca se hizo monje, sino que fue un practicante laico durante toda su vida.
El duro y riguroso Rinzai encajaba perfectamente con Suzuki, un practicante muy reflexivo que encontró la liberación mental en aquel entrenamiento físico exigente. En su ensayo de 1934, explicaba: «La vida en el Zendo puede ser analizada aproximadamente en (1) vida de humildad, (2) vida de trabajo, (3) vida de servicio, (4) vida de oración y gratitud, y (5) vida de meditación. Después de su iniciación en la Hermandad, el monje debe ser entrenado en este sentido».
El trabajo físico para recuperar el bienestar en la lucha contra la depresión y la ansiedad también fue primordial para el psiquiatra japonés Shoma Morita (1874-1938), quien utilizaba prácticas del Zen en su psicoterapia.
El mismo Suzuki se acostumbró a abordar todos sus estados mentales y
«El Zen no nos enseña nada. Tan solo nos ayuda a despertar y a tomar consciencia. No enseña, muestra.» D.T. SUZUKI