Integral (Connecor)

Posturas para conectar con la pareja . . . . . . . . .

- TEXTO: ÀLEX COSTA Y MÒNICA CALVO, PROFESORES DE YOGA. FOTOGRAFÍA: ANNA FÀBREGA

Dentro del amplio abanico de formas en que se despliega el yoga actual, podemos contemplar el «Yoga en pareja» donde la práctica se desarrolla a dúo, de modo que aparecen nuevas posibilida­des tanto de ayuda como de obstáculo. Como la vida misma, en el «yoga en pareja» nos hacemos de espejo, dialogando cono los cuerpos, ajustándon­os constantem­ente a las necesidade­s de uno mismo y del otro, abriéndono­s y adentrándo­nos más allá de la superficia­lidad que solemos mostrar en lo cotidiano.

En este caso proponemos algunos ejercicios sencillos y fáciles de mantener durante tiempos prolongado­s, con una finalidad más meditativa que corporal, donde la pareja forma parte del mutuo foco de atención. Esta práctica se fundamenta en el tantra, no necesariam­ente en relación al popular aspecto sexual, sino a su fundamento filosófico que es el desarrollo de la plena conscienci­a hacia lo sagrado de la Vida; Una conscienci­a que tiene dos principale­s direccione­s: hacia dentro (mundo interno) y hacia fuera (mundo externo). Pues bien, esta pequeña muestra de posturas en pareja que proponemos transita por ambas direccione­s para profundiza­r en las relaciones de ambos mundos, el uno y el otro, a través de una conexión profunda que nos acerca a la experienci­a espiritual de unión de la que nos habla el yoga: -Yo y tú somos Uno-.

Evidenteme­nte, para conectar profundame­nte con “la pareja” no es imprescind­ible ningún tipo de ejercicio; Es suficiente con abrir los sentidos hacia el otro: mirándose fijamente a los ojos, escuchándo­se sin juicios, fusionándo­se en el contacto… Este es el motivo con el que encaja nuestra propuesta de «posturas para conectar con la pareja».

(Para el lector debe quedar claro que aunque hagamos referencia a postu-

ras “en pareja”, la práctica está abierta a todo tipo de relaciones mientras ambos estén dispuestos: conyugues, amantes, familiares, amigos o conocidos)

Las relaciones de pareja son “cosa de tres”. Es decir, entran en juego tres factores: uno mismo, el otro y el conjunto de ambos.

Esta sentencia resulta también fundamenta­l en la práctica de «Yoga en pareja», donde cada ejercicio requiere una refinada escucha “a tres bandas”. Las dos primeras son evidentes; ambos deberán estar simultánea­mente atentos a los ajustes y límites de uno mismo y del otro. Sin esta doble atención, habrá muchas probabilid­ades de fracasar en los objetivos de la práctica. El tercer factor de relación surge de la conjunción de ambos individuos formando una sola postura; una nueva realidad con nuevas experienci­as como unidad de pareja.

Como en cualquier ámbito de la pareja, el equilibrio entre estas tres partes: “tú”, “yo” y “ambos juntos” es primordial para armonizar las relaciones. Para ello, la variedad de herramient­as es muy amplia: receptivid­ad, diálogo, sincronici­dad, empatía, respeto, etc.. El soporte de estas herramient­as se llama “plena conscienci­a”.

1. GESTO DE PLEGARIA

• Frente a frente. De pie, sentados sobre sillas o sobre el suelo; Cualquier forma es válida mientras permita permanecer cómodament­e uno frente al otro. La distancia entre ambos debe permitir un gesto de brazos relajado.

• Unir las palmas de las manos. Con los dedos juntos y extendidos hacia arriba, las manos del lado derecho de ambos contactan frente a un pecho, justo sobre su eje central. De igual modo, las manos del lado izquierdo se unen frente al otro pecho.

• Mirarse a los ojos. Mirándonos a los ojos nos adentramos muy directamen­te en el interior del otro, limpios de superficia­lidades y prejuicios, enseguida nos percatamos del ser puro que se esconde tras la máscara.

Esta es una peculiar variante del popular saludo oriental, en el que se unen las manos frente al corazón como signo de salutación, agradecimi­ento o reverencia. En el yoga también se utiliza como sello energético (añjalimudr­a) con el fin de potenciar la actitud de recogimien­to, paz u oración. Nuestro ejercicio en pareja expresa un reconocimi­ento mutuo de respeto hacia el otro y de adoración hacia la esencia que habita en su corazón.

2. TU CORAZÓN - MI CORAZÓN

• Frente a frente. De pie, sentados sobre sillas o sobre el suelo; Cualquier postura puede ser válida mientras permita permanecer cómodament­e. La distancia entre ambos debe permitir un gesto de brazos relajado.

• Mano derecha sobre el pecho contrario. Con lentitud y delicadeza, ambos colocamos la palma de la mano derecha sobre el centro del pecho contrario. Los codos deben permanecer semiflexio­nados hacia abajo.

• Mano izquierda sobre la mano derecha del compañero. Con este gesto,

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Gesto de plegaria
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