Posturas para conectar con la pareja . . . . . . . . .
Dentro del amplio abanico de formas en que se despliega el yoga actual, podemos contemplar el «Yoga en pareja» donde la práctica se desarrolla a dúo, de modo que aparecen nuevas posibilidades tanto de ayuda como de obstáculo. Como la vida misma, en el «yoga en pareja» nos hacemos de espejo, dialogando cono los cuerpos, ajustándonos constantemente a las necesidades de uno mismo y del otro, abriéndonos y adentrándonos más allá de la superficialidad que solemos mostrar en lo cotidiano.
En este caso proponemos algunos ejercicios sencillos y fáciles de mantener durante tiempos prolongados, con una finalidad más meditativa que corporal, donde la pareja forma parte del mutuo foco de atención. Esta práctica se fundamenta en el tantra, no necesariamente en relación al popular aspecto sexual, sino a su fundamento filosófico que es el desarrollo de la plena consciencia hacia lo sagrado de la Vida; Una consciencia que tiene dos principales direcciones: hacia dentro (mundo interno) y hacia fuera (mundo externo). Pues bien, esta pequeña muestra de posturas en pareja que proponemos transita por ambas direcciones para profundizar en las relaciones de ambos mundos, el uno y el otro, a través de una conexión profunda que nos acerca a la experiencia espiritual de unión de la que nos habla el yoga: -Yo y tú somos Uno-.
Evidentemente, para conectar profundamente con “la pareja” no es imprescindible ningún tipo de ejercicio; Es suficiente con abrir los sentidos hacia el otro: mirándose fijamente a los ojos, escuchándose sin juicios, fusionándose en el contacto… Este es el motivo con el que encaja nuestra propuesta de «posturas para conectar con la pareja».
(Para el lector debe quedar claro que aunque hagamos referencia a postu-
ras “en pareja”, la práctica está abierta a todo tipo de relaciones mientras ambos estén dispuestos: conyugues, amantes, familiares, amigos o conocidos)
Las relaciones de pareja son “cosa de tres”. Es decir, entran en juego tres factores: uno mismo, el otro y el conjunto de ambos.
Esta sentencia resulta también fundamental en la práctica de «Yoga en pareja», donde cada ejercicio requiere una refinada escucha “a tres bandas”. Las dos primeras son evidentes; ambos deberán estar simultáneamente atentos a los ajustes y límites de uno mismo y del otro. Sin esta doble atención, habrá muchas probabilidades de fracasar en los objetivos de la práctica. El tercer factor de relación surge de la conjunción de ambos individuos formando una sola postura; una nueva realidad con nuevas experiencias como unidad de pareja.
Como en cualquier ámbito de la pareja, el equilibrio entre estas tres partes: “tú”, “yo” y “ambos juntos” es primordial para armonizar las relaciones. Para ello, la variedad de herramientas es muy amplia: receptividad, diálogo, sincronicidad, empatía, respeto, etc.. El soporte de estas herramientas se llama “plena consciencia”.
1. GESTO DE PLEGARIA
• Frente a frente. De pie, sentados sobre sillas o sobre el suelo; Cualquier forma es válida mientras permita permanecer cómodamente uno frente al otro. La distancia entre ambos debe permitir un gesto de brazos relajado.
• Unir las palmas de las manos. Con los dedos juntos y extendidos hacia arriba, las manos del lado derecho de ambos contactan frente a un pecho, justo sobre su eje central. De igual modo, las manos del lado izquierdo se unen frente al otro pecho.
• Mirarse a los ojos. Mirándonos a los ojos nos adentramos muy directamente en el interior del otro, limpios de superficialidades y prejuicios, enseguida nos percatamos del ser puro que se esconde tras la máscara.
Esta es una peculiar variante del popular saludo oriental, en el que se unen las manos frente al corazón como signo de salutación, agradecimiento o reverencia. En el yoga también se utiliza como sello energético (añjalimudra) con el fin de potenciar la actitud de recogimiento, paz u oración. Nuestro ejercicio en pareja expresa un reconocimiento mutuo de respeto hacia el otro y de adoración hacia la esencia que habita en su corazón.
2. TU CORAZÓN - MI CORAZÓN
• Frente a frente. De pie, sentados sobre sillas o sobre el suelo; Cualquier postura puede ser válida mientras permita permanecer cómodamente. La distancia entre ambos debe permitir un gesto de brazos relajado.
• Mano derecha sobre el pecho contrario. Con lentitud y delicadeza, ambos colocamos la palma de la mano derecha sobre el centro del pecho contrario. Los codos deben permanecer semiflexionados hacia abajo.
• Mano izquierda sobre la mano derecha del compañero. Con este gesto,