Fosfoyeso
HUELVA: ¿CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA?
Cuando se piensa en Huelva, no se puede dilucidar qué duele más: 1) saber que paulatinamente muere un ecosistema, se violenta el medio natural, se pierden vidas humanas, se destrozan familias; 2) pensar en la desidia, en las miradas recelosas, en las historias paralelas que se fraguan «tras bambalinas», en las posturas burocráticas, en el estatismo, en ese triste argumento que hace asistir a la victoria de la barbarie sobre la civilización.
De un lado de la acera, se encuentran cientos de hombres y mujeres que ven en el Polo químico de Huelva, las únicas posibilidades de empleo y de desarrollo local y que saben de las secuelas para la salud, pero que se consuelan con la frase: «de algo hay que morir»; del otro los que escapan de la enajenación y ven languidecer la cuidad, el medio; e incluso, al hombre, como especie que asiste a un proceso de «deshumanización».
El conflicto
Considerado entre los «más grandes» vertederos de residuos industriales del mundo, calculado sobre las 1.200 hectáreas y, aproximadamente a 300 metros de la población (sin especificar las actividades que realizan los habitantes locales a orillas del Tinto), pareciera que posee, como tragedia, un «final predestinado». Sin embargo, aún hay soluciones posibles, más allá del prisma con que se ha observado la situación.
Es válido especificar que, el sulfato cálcico dihidrato o fosfoyeso es un polvo blando de yeso que se obtiene como subproducto de la fabricación de ácido fosfórico, este se encuentra acumulado en grandes balsas situadas al sureste del núcleo urbano de Huelva entre un polígono industrial y la marisma del Río Tinto.
Personajes
La empresa Fertiberia1, responsable principal de la acumulación de residuos derramados, se estima que ha vertido 100 millones de toneladas de fosfoyesos, aunque no puede dejar de
«En la historia de los hombres cada acto de destrucción encuentra su respuesta, tarde o temprano, en un acto de creación.» ƩƨƸƥƘƨƳ ƫƥưƩƥƲƳ
mencionarse que la empresa Foret2 fue corresponsable del vertido de fosfoyesos en Ría de Huelva. Según el informe presentado por el laboratorio de la CRIIRAD3, se especifica además que el vertedero:
(…) ha recibido entre otras cosas, en 1998, residuos contaminados por cesio 137 a consecuencia del accidente acaecido en la fábrica de ACERINOX en Algeciras (Cádiz). Alrededor de 7.000 toneladas de esos residuos habrían sido vertidas en el emplazamiento encima de los fosfoyesos, y recubiertas después con 1 a 2 metros de tierra. El vertedero contiene igualmente diferentes clases de residuos (…) Que los residuos han sido vertidos incontroladamente, sin una capa impermeable infrayacente (bajo los mismos), en una zona pantanosa, cerca de la costa, sin confinamiento perenne de la superficie (capa de tierra de algunas decenas de centímetros que es arrastrada por la lluvia), y sin dispositivos que impidan el acceso a los paseantes, pescadores, etc. Y que por añadidura, las autoridades han sumado a esa contaminación por radionucleidos relacionados con los fosfoyesos, una contaminación por cesio 137.4
Resulta alarmante, que aún hay quienes ignoran los niveles de radioactividad, conociendo además que coexisten junto al uranio, arsénico, plomo, cinc y otros (principalmente uranio 235 y 238, además de radón 222, polonio 210, radio 226 y plomo 210)5. Está en cuestión radionucleicos con un periodo de desintegración de millones de años (4 500 millones de años el uranio 238, 75.000 años el torio 230 y 1.600 años el radio 226); el radón 222 (gas radioactivo) posee un marcado carácter cancerígeno, según especialistas consultados podría ser responsable del 10 % de los cánceres de pulmón. Entonces, ¿puede alguien ignorar tales datos?
Como es conocido, por decisión de la Audiencia Nacional, la planta de fertilizantes (Fertiberia) cesó el vertido en 2010; no obstante, las balsas permanecen ocupando las marismas del Río Tinto, justo donde se encuentra la marea del estuario y la que no es estanca.