El hinojo, excelente carminativo
Una de las virtudes más conocidas de las semillas de hinojo es su beneficiosa acción sobre el sistema digestivo
Una de las plantas que vemos con mayor frecuencia cuando paseamos por los campos de la península ibérica y de cualquier otro punto del área mediterránea es el hinojo, Foeniculum vulgare, planta bianual de la familia de las umbelíferas que puede llegar a alcanzar la altura de un ser humano. En junio produce unas flores amarillas y a finales de verano maduran sus frutos alargados que contienen unas diminutas semillas de agradable olor anisado.
El hinojo se emplea para usos medicinales y culinarios desde la antigüedad, pues según nos consta ya se utilizaba en la civilización egipcia. Posteriormente fue ganando popularidad y devoción en la medicina griega y romana. Dioscórides, el célebre médico griego del siglo II A.C. ya describe en sus tratados sus virtudes y el emperador Carlomagno, fiel devoto de esta planta, en el siglo IX dio orden expresa de que en todas sus villas se plantase hinojo.
Las semillas se emplean generalmente para usos terapéuticos, aunque también se utilizan para aderezar ciertos platos. Los bulbos de hinojo cultivado y las hojas tiernas tienen un agradable sabor y se consumen como verdura, sola o acompañando a otros alimentos.
Una buena ayuda digestiva
Una de las virtudes más conocidas de las semillas de hinojo es su beneficiosa acción sobre el sistema digestivo, activando las digestiones, disminuyendo la hinchazón abdominal y facilitando la expulsión de los molestos gases. De hecho son uno de los grandes remedios fitoterápicos carminativos por excelencia, junto con el anís, comino y coriandro están presentes en la mayoría de fórmulas para tratar los cólicos abdominales y flatulencias.
Respecto a los componentes de esta planta, cabe destacar su contenido en aceites esenciales, principalmente anetol, el mismo que encontramos en otros anises como el anís verde y el estrellado. También contiene estragol y limoneno.
Otras propiedades terapéuticas
Galactógenas: otro uso popular de las semillas de hinojo es como estimulante de la secreción láctea. Se recomienda en estos casos tanto el consumo de semillas como del bulbo.
Expectorantes y antisépticas: las tisanas y el aceite esencial de estas semillas, se han utilizado tradicionalmente como remedio expectorante en casos de bronquitis y aplicando directamente la esencia en afecciones otorrinolaringológicas como las otitis.
El hinojo en la cocina
Los bulbos de hinojo fresco cultivado que encontramos a la venta pueden cocinarse de la misma forma que lo haríamos con otra verdura como la col, patata, calabaza u otras, es decir al horno, hervidas, o en deliciosos estofados de legumbres a los que les da un toque anisado y disminuye las flatulencias que a menudo estas producen.
Con los brotes verdes finos que aparecen en primavera se elabora un típico plato granadino de temporada: las lentejas con hinojo. Los tallos a menudo se utilizan para adobar ciertos alimentos como las olivas, carnes o pescados.
Usos terapéuticos y precauciones
La tisana de semillas de hinojo se toma en forma de decocción hirviéndola durante 5-10 minutos y dejándola reposar durante 5-10 minutos más.
Los extractos secos se toman a razón de 3 a 6 cápsulas al día y los extractos fluidos entre 15-25 gotas 2 ó 3 veces al día diluidas en un poco de agua o infusión.
Respecto al aceite esencial, se debe utilizar con mucha moderación, 1 ó 2 gotas diluidas en una cucharadita de miel o en un poco de aceite si se aplica externamente sobre las encías o el oído.