La cistitis, disfunción del invierno
En otoño las disfunciones más frecuentes son todas las relacionadas con el aparato respiratorio y sistema pulmonar, en primavera las alergias son las protagonistas, mientras que en verano las disfunciones del sistema circulatorio son las más comunes, en invierno las afecciones renales y vesicales se llevan la palma.
Las disfunciones renales pueden estar muy relacionadas con el frío y no me refiero sólo al frío externo, que desde luego afecta en su medida, pero es justamente el frío interno como consecuencia de lo que ingerimos lo que hace vulnerable y enfría el organismo.
La cistitis por ejemplo, también conocida como «frío en la vejiga» es una inflamación y/o infección de la vejiga de la orina que puede ser aguda o cronificarse. La mayoría de las veces, la in- flamación es causada por una infección bacteriana y se llama «infección urinaria». Una infección en la vejiga puede ser dolorosa y molesta, y puede volverse un problema de salud grave si la infección se disemina a los riñones. En la mayoría de los casos la responsable de la cistitis es una bacteria Escherichia coli.
Algunos de los signos y síntomas de la cistitis
Necesidad imperiosa y constante de orinar
Sensación de ardor al orinar Orinar frecuentemente en pequeñas cantidades
Sangre en la orina (hematuria) Orina turbia y con olor fuerte Molestias pélvicas Sensación de presión en la parte inferior del abdomen
Fiebre baja
Normalmente cuando hay cistitis el tratamiento indicado es el de antibióticos, aumentar la ingesta de agua, realizar actividad física moderada, pero la realidad es que estos tratamientos no curan la cistitis y casi siempre se vuelve recurrente si no se eliminan las verdaderas causas. Por el contrario, con la toma de antibióticos se desestabiliza la flora microbiana del cuerpo y aparecen infecciones micóticas. Existen leyendas urbanas que nos hacen creer que las mujeres, por tener una uretra más corta y más cerca del ano que los hombres entonces somos más propensas a las infecciones urinarias, la realidad es que tampoco nuestra anatomía, ni los factores aleatorios son la causa de las cistitis.