Entrevista a Xevi Verdaguer, psiconeuroinmunólogo
«Comer de todo no es bueno para todo el mundo»
¿Cómo entraste en contacto con la PNI?
Yo estudié fisioterapia y me especialicé en acupuntura y en osteopatía, entre otros. Pero, a pesar de toda mi formación, me di cuenta de que no podía resolver los problemas de muchos pacientes, sobre todo los problemas crónicos. Entonces seguí indagando. Estudié con el médico chileno Mariano Rocabado, un pionero a la hora de establecer la relación entre la postura y las dolencias: la manera en que cerramos la boca y mordemos puede provocar dolores cervicales, dolores de cabeza o problemas con la vista. Este conocimiento y la formación de un equipo multidisciplinar con odontólogos, optometristas y podólogos, me permitió poner fin a migrañas y contracturas de mis pacientes después de arreglar la articulación de la mandíbula. Más tarde, en el año 2000 un compañero me habló de un curso de PNI en Madrid y decidí seguir estos estudios que dirigían unos alemanes y que fueron los primeros en traer esta disciplina médica a España.
¿Cuál es el origen de la PNI?
El psicólogo inmunólogo Nicolás Cohen vio cómo en situaciones de estrés se fabrican sustancias inflamatorias que hacen que el cuerpo genere fatiga crónica y dolores crónicos. Descubrieron que las preocupaciones mantenidas en el tiempo afectan a la inmunidad. En un estudio realizado con ratas, a los animales se les obligaba a hacer algo que sabían que les hacía daño, así que al poco morían. Pero luego, con otro grupo de ratas, se dejó de dar este estímulo nocivo y aun así las ratas empezaban a tener enfermedades porque su sistema inmune empeoraba: eran el efecto de los miedos sostenidos en el tiempo. Desde entonces se han ido incorporando nuevos estudios a la PNI, que tiene como bandera la institución PNEI Research, ubicada en Estados Unidos.
¿Cómo influyó en ti la visión de la PNI?
Me cambió la manera de entender la salud: empecé a verla desde una perspectiva holística y entendí, además, que
no podía trabajar solo. Por eso cuando hace 15 años empecé a aplicarla en mi clínica de Olot (Girona), enseguida incorporé distintos perfiles. Ahora somos 18 profesionales. Dos médicos, un ginecólogo, seis nutricionistas, dos farmacéuticos, un biólogo… Así puedo diagnosticar a los pacientes y tratarlos de una manera integral. Porque las hormonas, el intestino, el estado emocional de las personas o su alimentación, todo interactúa e influye.
Pongamos un ejemplo: soy una paciente con asma. ¿Cuál es el procedimiento?
Si tienes asma debes saber que tu sistema inmune está inflamando los pulmones. Tú irás al neumólogo y yo probablemente te derive a un dentista para que compruebe qué bacterias tienes en la boca y para que te haga una limpieza. Porque uno de los orígenes posibles de la enfermedad es una gingivitis o periodontitis mal tratadas. Deberemos confirmar que no tengas la bacteria Porphyromona gingivales, que es la que genera esta inflamación en los pulmones. Lo que no voy a hacer es darte un broncodilatador ni cortisona.
¿Ni siquiera naturales?
Yo siempre digo, ¿qué crees que es mejor, un medicamento alopático o uno natural? Las personas suelen contestarme que natural. Y yo no estoy de acuerdo. Porque ambos están tratando el síntoma y no el origen. ¿Qué vas a hacer entonces? ¿Tomar ese medicamento toda la vida? La PNI arregla el mecanismo por el cual tú has empezado a tener ese desequilibrio.
Un gran desencadenante hoy en día es el estrés crónico, que, por cierto, también puede ser una causa del asma. Además puede estar originado por un virus o bien por problemas hormonales, ya que si tienes un exceso de hormonas femeninas o estrógenos tu cuerpo generará constantemente histamina. Y demasiada histamina provoca bronco constricción y bronquitis asmática.
No hemos hablado de la parte emocional que podría causar el asma.
La gente que está deprimida tiene niveles más altos de histamina. La histamina en exceso se manifiesta con presión arterial baja, contracturas, eczemas, dermatitis, asma, rinitis… los desajus- tes para los que te darían un antihistamínico. En cambio la rabia y la angustia, no provocan exceso de histamina. Solo el hecho de sentirte triste.
Las hormonas, el quid de la cuestión
Si bien en las épocas tempranas de la PNI tenían gran relevancia los estudios que relacionaban la psiquis con la enfermedad, las investigaciones recientes han traído nuevos protagonistas en el campo de la salud: la microbiota y las hormonas.
Muéstrame el dedo anular de tu mano derecha. En los hombres es normal sea más largo que el índice: indica que el cuerpo tiende a generar más testosterona. Si eres una mujer y tienes el dedo anular más largo, no te asustes, solo muestra que eres más masculina. Tiendes a generar mucho vello, tus piernas son más bien delgadas, tienes poco pecho y fibroso, y no engordas fácilmente (las hormonas masculinas estimulan la lipólisis, el proceso metabólico para transformar los lípidos), aunque cuando ganas peso lo haces sobre todo en la barriga, como los hombres.
“La clave está en las bacterias intestinales y las hormonas”
¿Las mujeres tienden a tener el dedo índice más largo que el anular?
Así es. Demuestra que generan más estrógenos. Pero no solo hay mujeres con esta estructura: también los hombres. Yo, por ejemplo, tengo el dedo índice más largo que el anular. Si me despisto y tomo demasiado alcohol, lácteos o carne roja (alimentos tóxicos que hay que evitar porque aumentan el nivel de estrógenos) empiezo a acumular grasa en el pecho, el culo y los brazos, y se me enfadan las hemorroides. Es un buen termómetro que me indica que tengo que corregir mis hábitos para volver al equilibrio.
¿Las hormonas solo marcan diferencias físicas?
No, hay estudios que han demostrado que también varía la estructura de las conexiones cerebrales. Si fabricas más estrógenos tendrás más activo el eje hipotálamo-hipófisis adrenal, entonces generarás más cortisol, que es la hormona del estrés, y por tanto tenderás a tener más angustia o fobias, pero también más memoria, más capacidad para pensar, para reflexionar y enfocarte. Por el contrario, si tienes el anular de la mano derecha más largo, será más difícil que te deprimas, te gustarán más los retos, las cosas nuevas, tendrás más ganas de explorar. Por eso no le sentará demasiado bien a una mujer masculina quedarse en casa todo el día, encerrada, esperando que lleguen los niños de la escuela y el marido del trabajo. No: necesita acción, movimiento.
¿Es un problema entonces generar más estrógenos?
Fabricar más estrógenos o más testosterona no es ningún problema para el cuerpo. Lo malo es cuando el exceso de hormona no se elimina. En ese caso empezaremos a tener síntomas. Las mujeres con exceso de testosterona tendrán mayor probabilidad de tener ovarios poliquísticos, acné, caspa, menos densidad de pelo en la parte alta de la cabeza, como los hombres, o notarán que se les enquista el vello al depilarse. El exceso de estrógenos puede causar insomnio, dolores articulares, migrañas, reglas dolorosas o demasiado flujo vaginal. El flujo abundante solo debería aparecer durante los días 13, 14 y 15 del ciclo, que es el período de ovulación. Además los estrógenos están conectados con el cerebro intestinal, así que si no se eliminan bien puede causar estreñimiento. Pero, ojo, no es un problema intestinal, sino hormonal. Este exceso de hormonas femeninas, si no se corrige, puede llevar a la larga a la aparición de miomas, infartos, trombosis y hasta cánceres. En los hombres puede ser motivo de cáncer de próstata.
¿Por qué hay un exceso de fabricación de hormonas femeninas o masculinas en el cuerpo?
La fabricación de hormonas llega por tres vías. La primera, tu propio cuer- po. Existe una predisposición a generar un tipo u otro de hormonas, según lo que ocurrió en tu vida intrauterina, entre la semana 8 y 12 de tu gestación. Si en ese lapso de tiempo hubo más estrógenos o tóxicos ambientales en tu líquido amniótico, entonces tendrás más estrógenos no solo en ese período, sino también durante la infancia, la edad fértil y la menopausia.
Los investigadores han visto que en ese caso tendrás el dedo índice de la mano derecha más largo. Pero si cuando estás en el vientre materno hay más testosterona, tendrás el dedo anular más largo.
¿Cuál es la segunda vía?
Los tóxicos a los que estamos expuestos durante toda la vida a través de la comida, el aire y nuestro entorno. El propil paraben o aquellos presentes en las cremas, los pintalabios y los cosméticos en general. El hígado lo tiene muy complicado para eliminarlos del cuerpo. También hay que tener cuidado con el uso de los recipientes de plástico, como las botellas de plástico (que llevan PET) o los tápers (con bisfenol A), sobre todo cuando se someten a calor. Como los anticonceptivos, aumentan la cantidad de estrógenos.
Y el tercer factor es…
La alimentación: las hormonas femeninas se disparan con los lácteos, las carnes rojas, el café, los edulcorantes, el azúcar, las bebidas alcohólicas o el trigo, entre otros. El trigo, como los dulces, provoca más producción de insulina y esto hace que se fabrique más aromatasa, una enzima que a su vez fabrica más estrógenos. Para neutralizarlo, se recomienda incluir en la dieta alimentos como estevia, panela, lentejas, sésamo, semillas de chía, pasiflora, regaliz, canela y té verde. También frutas del bosque, uvas, manzanas, granada y grosella.
¿Por qué nuestro cuerpo no es capaz de eliminar el exceso de hormonas?
El hígado no da abasto. En el caso de las hormonas masculinas, el hígado
las elimina a través de dos procesos: la sulfatación y la glucorización. ¿Cuál de ellos está fallando? Eso es lo que vemos en consulta. Para empezar, veremos que la paciente tendrá exceso de testosterona si es mujer y tiene problemas de fertilidad, ovarios poliquísticos, mucho vello corporal o rayas oscuras en el cuello.
Además, si sulfatas mal, un síntoma es que el colesterol está bajo, que te repite el ajo, la cebolla o el pimiento rojo, o que cuando comes espárragos la orina es olorosa. Mi propuesta será una de 15 alimentos que ayuden a sulfatar. Los genes que estimulan la fabricación de enzimas sulfatotransferasas se activan por ejemplo con el jengibre o la vitamina A, o suplementos. Y se inhiben con los cítricos o la cúrcuma. ¿Pero la cúrcuma no iba bien para hígado? Si no sulfatas bien, no.
¿En cuánto tiempo se empiezan a notar los cambios con estas dietas que propones a base de alimentos y suplementos?
Siguiendo el ejemplo, la persona irá notando poco a poco que sube el colesterol, que el ciclo empieza a regularse, que el acné va desapareciendo. Si lo que le falla es la glucorización [otro de los procesos del eliminación del hígado] tendrá la bilirrubina alta o el blanco de los ojos más amarillento, igual que la piel. Entonces nos fijaremos en cómo estimular la glucorización. En el libro está todo: está hecho para que no tengas que venir a verme, para que tú mismo entiendas cómo funciona tu cuerpo y cómo puedes equilibrarlo.
¿Es tan automática la recuperación? ¿No hay excepciones?
Con problemas hormonales los cambios empiezan a notarse en menos de Tracto intestinal, con las capas que lo componen.
“Si quieres transformar tu salud, prescinde de los medicamentos naturales o alopáticos”
días. Hay gente que tiene dolores menstruales y yo les digo “qué suerte tienes”, porque los estudios dicen que al tercer día estos genes ya empiezan a activarse.
Los alimentos y las bacterias intestinales. Además de explicar los síntomas de cada desequilibrio y cómo combatirlos a través de la alimentación, en tu libro Transforma tu salud ofreces recetas saludables, tanto para los vegetarianos como para veganos. ¿En casa, cómo es tu dieta?
Yo como poca carne. Para aportar proteínas elijo sobre todo legumbres, huevos, y pescado o marisco. En cuanto a los cereales, salvo en algún encuentro social, no como nunca gluten. No soy celíaco, pero tengo una predisposición genética a tener una enfermedad autoinmune si lo hago.
¿Cómo sabes que tienes esa predisposición?
Mi padre tiene diabetes tipo 1 y mi madre tuvo Hashimoto, tiroiditis. Y yo sé que algunos alimentos en el intestino tienen que ver con esto. Por eso ambos se analizaron el antígeno de compatibilidad, el DQ2 y el DQ8, y los dos lo tenían positivo. Por eso mis dos hermanos y yo nos hicimos la prueba de predisposición a la celiaquía. Y es curioso porque dos de nosotros teníamos el gen positivo y el tercero no. Los tres vivíamos bajo el mismo techo, en la misma familia, con los mismos perros y los mismos tóxicos, y solo dos de nosotros teníamos problemas de alergias y de piel. El otro estaba perfecto.
¿Entonces es importante no comer gluten?
Hay personas a quienes no les afecta tanto. En las personas sensibles, el intestino se desequilibra al comer gluten porque aumenta el número de bacterias protolíticas, cuya membrana externa se inflama, produce toxinas (liposacáridos) y provoca hinchazón, gases o colon irritable. Desde hace unos cinco o seis años se sabe que hay personas que no son alérgicas, sino que tienen una sensibilidad: cuando dejan de comer gluten desaparecen los dolores, la fatiga, el dolor de cabeza o los dolores de regla. Les cambia la vida.
Lo que tenemos que hacer es reducir las bacterias protolíticas y mejorar las bacterias buenas. Entonces se pue- de incorporar el gluten y no tiene por qué haber problemas.
Por otro lado, hay cereales que llevan un inhibidor de la melaza tripsina, el AIT, que afecta a algunas personas, como yo. Así que intento evitar el trigo, la espelta, la cebada o el kamut, entre otros, que es donde está la albúmina AIT.
Entonces no podemos hablar de una cruzada contra el pan necesariamente.
Los primeros estudios eran muy radicales. Ahora sabemos que no todos los intestinos se inflaman por comer pan. Por eso yo recomiendo hacer una analítica de las heces antes de elegir una dieta. Una vez sabemos cómo están distribuidos los filogenéticos del intestino y cómo es la salud hormonal del paciente, entonces ya no nos podemos equivocar.
Te pongo un ejemplo. Quieres adelgazar y, después de hacerte una analítica, descubrimos que en tu intestino hay una alta proporción de una bacteria llamada provotella. En estos casos, si la persona sigue una dieta baja en calorías e ingiere productos integrales, fruta y verdura, muy pronto ten15
drá resultados positivos. Y es porque la provotella usa el sustrato que tú le das para fabricar el ácido propiónico que, a la vez, mejora la sensibilidad de la insulina, regula glucosa y da señales de saciedad al cerebro.
Por el contrario, si después de analizar las heces, encontramos que en tu intestino hay poca provotella, y en cambio proliferación de bacteroides, estas bacterias no podrán fabricar el ácido propiónico, no sentirás saciedad y la dieta no funcionará.
Dos regímenes idénticos con resultados totalmente diferentes.
Exactamente. Tenemos que fijarnos en qué bacterias están sentadas en el colon para saber qué alimentación irá bien en cada caso. No hay que olvidar también que depende de qué hormonas se fabriquen en mayor cantidad, masculinas o femeninas, la persona tenderá a tener un tipo de bacterias u otro en el intestino. Por eso un nutricionista no puede trabajar separado de un digestólogo o de un médico. ¿Quieres hacer una dieta baja en calorías? Está bien. Pruébalo, igual te funciona.
Microbiota intestinal.
Hace poco se anunciaron trasplantes fecales de personas con una microbiota sana a otras con el intestino en desequibrio, y dieron éxito.
Sí, se está investigando mucho en torno a la miocrobiota y en los próximos años seguramente habrá nuevos descubrimientos muy relevantes que nos ayudarán a ser más específicos. En el caso de los trasplantes fecales, se ha visto que las personas con más hormonas femeninas tienen una microbiota diferente a las que fabrican más hormonas masculinas. Lo interesante es que se ha demostrado en estudios con ratas, que una alteración en la flora intestinal puede provocar la aparición de otros síntomas físicos. Por ejemplo, el trasplante de una microbiota de una mujer con estructura hormonal masculina a otra con una estructura femenina, puede hacer que la receptora empiece a tener más acné, ovarios poliquísticos, más vello… propios de la acumulación de testosterona. Porque todo está conectado.
¿El trasplante también podría cambiar las conexiones cerebrales de la receptora? ¿Que tiendan más a la acción y menos a la reflexión, por ejemplo, como mencionabas?
Eso no lo he leído nunca. Pero sí es verdad que las mujeres que toman an-
ticonceptivos, es decir, estrógenos, ven aumentar el tamaño de sus pechos o de las caderas, o notan más flujo vaginal: los estrógenos hidratan las mucosas del ojo, la piel y la vagina. Lo que sí se ha visto es que los anticonceptivos cambian las conexiones neuronales y disminuyen la actividad de la amígdala.