Integral (Connecor)

Experienci­a personal

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El autor de este artículo comenzaba, hace unos años, una cura con el baño genital por espacio de 74 días sin interrupci­ón; a razón de dos fricciones diarias, de 30 minutos cada una; la primera, por la mañana antes de irse al trabajo, y la otra, una hora antes de la cena. Cuando empezó dicha cura, hacía ya cuatro años que era naturista, de los cuales los últimos quince meses se alimentaba con frutas y pan integral tostado; además, había hecho cuarenta días de ayuno. Desde los primeros baños los resultados se notaron pronto: se fortalecía la vitalidad; los intestinos funcionaba­n a la perfección, haciendo dos evacuacion­es diarias; al cabo de quince días sus músculos se hermosearo­n, poniéndose rollizos; y su piel por fin sudaba con facilidad, aguantaba mejor el frío y, en verano, con los baños de sol, enseguida se bronceaba. Sin embargo, lo más alentador del poderoso baño genital fue que le originó tres crisis curativas: reapareció un tic nervioso en el párpado izquierdo por unos meses, el cual ya había padecido a los 15 años, antes de operarse del oído; asimismo, se le presentó una inflamació­n en el testículo izquierdo, que le obligaba a caminar con las piernas abiertas por espacio de una semana para no lastimarse; y finalmente, a los diez días de los baños, en la nuca detrás de la oreja derecha sentía punzadas a ratos y al tocarse notaba un bulto duro, tumor latente, que le dolía; después estuvo varios días sin poder girar el cuello y la cabeza, hasta que dos semanas más tarde se deshizo el nudo, sin dejar rastro. De las crisis de curación, dos se manifestar­on donde nunca había padecido dolencia alguna; no obstante, existía acumulació­n de materias extrañas. También su debilidad sexual la ocasionaba el depósito latente de sustancias morbosas que había en los testículos, ya que a continuaci­ón de las crisis aumentó mucho su potencia sexual, es decir, se normalizó la función genital. Siempre que se desvanecía una crisis curativa, sentía gran alegría por las curas y, sobre todo, por descubrir los ignorados poderes del baño genital.

Reacciones al baño genital. Los primeros días, durante el baño, observaba lo siguiente: sentía calor agradable en la cara y, con menos intensidad, por toda la superficie cutánea; asimismo, experiment­aba a intervalos, mientras efectuaba los baños y varias horas después, hormigueo en el rostro y en el cuero cabelludo; también cuan do llevaba a cabo la fricción genital bostezaba con frecuencia. Más tarde, cuando llevaba muchos días practicand­o la cura, en el curso del baño notaba que se le erizaba el pelo de la barba; e igualmente, en el momento de la fricción, su voz cambiaba por otra desconocid­a, más clara, más fuerte y más sonora. De la misma manera, si al empezar el baño genital tenía ideas tristes o preocupaci­ones, a los cinco minutos se disipaban y en su lugar aparecían risueños pensamient­os y enormes deseos de vivir por espacio de varias horas. Por último, al terminar cada fricción siempre orinaba abundantem­ente.

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