Adventistas y vida vegetariana: Ellen G. White
ELLEN G. WHITE (ELLEN GOULD HARMON DE WHITE, 1827-1915) ES LA PERSONALIDAD CRISTIANA CUYA INICIATIVA Y LIDERAZGO LLEVÓ AL ESTABLECIMIENTO DE LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA. SUS SEGUIDORES LA CONSIDERAN, ADEMÁS DE LÍDER, COMO UNA PROFETA, LO CUAL GENERÓ CONTROVERSIAS ENTRE OTROS GRUPOS CRISTIANOS Y PERSONAS NO RELIGIOSAS. ELENA, COMO SE LA CONOCE TAMBIÉN EN AMPLIOS SECTORES, AFIRMABA HABER RECIBIDO VISIONES UNA VEZ QUE NO SE CUMPLIÓ EL SEGUNDO ADVENIMIENTO DEL MESÍAS (SE PREVEÍA PARA OCTUBRE DE 1944) SEGÚN WILLIAM MILLER, DE QUIEN ELENA ERA SEGUIDORA. Visiones
Sus visiones hicieron que el movimiento adventista considerara que en ella se manifestaba el Don de Profecía, lo cual dotó a sus escritos de gran importancia, sobre todo para sus seguidores, que consideran que ella experimentó alrededor de dos mil visiones. Sin embargo, otros grupos cristianos y no creyentes consideran que estas visiones suyas se debían a una posible epilepsia del lóbulo temporal, como resultado de una lesión sufrida a los nueve años, pero que nunca le fue diagnosticada en vida.
La señora White promovió el vegetarianismo de forma romántica y bajo posiciones conservadoras, pero a la vez muy próximas a la naturaleza. También defendió la evangelización y difusión del adventismo en todo el mundo.
La reforma pro-salud
Durante su vida escribió más de 5.000 artículos y 40 libros; actualmente, s se han publicado cerca de 100 libros (que incluyen las compilaciones de sus 50.000 páginas manuscritas), que han sido traducidos a los principales idiomas del mundo. Entre los más populares destacan El camino a Cristo, El deseado de todas las gentes o El Conflicto de los Siglos. En sus libros, incluía mucha información acerca de la salud en los que los adventistas denominan reforma pro-salud: dicha reforma establecería los principios básicos de los adventistas con respecto a la salud y el cuidado del cuerpo, como la abstinencia de excitantes como el alcohol, el té o el café, entre otras cosas.
A finales de mayo de 1863, poco después de la organización de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Elena tuvo una visión sobre el ámbito de la reforma relativa a la salud, en Otsego (Michigan, EE.UU., a unos 45 km al oeste de Battle Creek (la localidad que
albergaba el célebre balneario del Dr. Kellogg). Tres años después abriría allí un hospital, The Western Health Reform Institute, la primera de una serie de instituciones médicas que hoy son dirigidas por los adventistas alrededor del mundo.
Retorno al Paraíso
Esta visión llamaba la atención de los adventistas del séptimo día a la importancia de un conocimiento de los principios relativos a la salud y hacía un llamamiento a regresar a un programa alimentarlo desprovisto de carne como el establecido en el Edén del Génesis; señalaba los peligros del uso de las drogas intoxicantes (prescritas libremente en aquel tiempo); aconsejaba el uso benéfico del agua (hidroterapia) para el buen vivir y el cuidado de los enfermos; recomendaba usar vestidos saludables y amonestaba contra el abuso en las relaciones matrimoniales. En Este es el camino da a conocer formalmente los principios de la salud y la reforma y valores que ella defendía.
Gracias a este estilo de vida seguido por los adventistas y conocido como reforma pro-salud se comprobó que los que siguen dicho régimen viven en promedio 10 años más que el promedio de vida de los norteamericanos. Existen amplios estudios y estadísticas sobre ello; el último fue publicado el año 2005 en la revista National Geografic.
Un mensaje controvertido
La señora White puso en marcha también un amplio sistema educativo, cuya práctica es seguida en una serie de escuelas y colegios, sobre todo en Norteamérica. La abundancia de publicaciones de Ellen G. White propició acusaciones de plagio (aunque en 1981, un estudio a fondo de sus escritos los desmintió). Puede decirse, en el fondo, la autora supo recoger muchos de los anhelos e inquietudes de la época y que sería la aparición de aspectos eclesiales lo que complicaría las cosas. También surgieron polémicas como la de la hipótesis de la amalgama, considerada racista, y algunas afirmaciones que entrarían en conflicto con la ciencia oficial (como que todos los tipos de cáncer y la tuberculosis se deben al consumo de carne), y que hoy reconocemos como fruto de aquella época.
La vida vegetariana y el mensaje de retorno a la naturaleza pueden considerarse como parte de su legado más importante.