Cenizas en el Himalaya . . . . . . . .
Un informe reciente publicado ha producido una curiosa noticia. En 1997 se extrajeron tres núcleos de hielo de 150 metros de profundidad de dicha cordillera, que se trocearon y se llevaron a congeladores de distintas universidades. Veinte años después, el avance teconológico a permitido remontar las distintas capas anuales de nieve... ¡hasta 1499!
Segun el Centro Byrd de Investigación Polar y Climática de la universidad estadounidense de Ohio, las cenizas de la revolución industrial iniciada en Manchester llegaron hasta el glaciar Dasuopu, en la cordillera del Himalaya. ¡Son 7.500 kilómetros de distancia y 7.200 metros de altura!
Estamos hablando de las las cenizas de carbón que se utilizaban en máquinas de vapor, ferrocarriles o calefacción de los hogares. Estas cenizas podían ser transportadas por viento hasta larguísimas distancias. Es la única manera de explicar estas concentraciones en el pico más alto del planeta.
A medida que la industria avanzaba, a las cenizas se añadieron metales como hierro, cromo, antimonio y talio. Aparte del hollín industrial, los análisis atestiguan una alta concentración de partículas de origen no industrial provenientes de la quema de bosques para la deforestación llevada a cabo en Europa y Asia desde el siglo XVIII.
En palabras del investigador Paolo Gabrielli, de la Universidad Estatal de
Ohio, «Nuestro bloque de hielo del Himalaya cuenta que antes de 1780, en este glaciar solo se depositaban partículas atmosféricas de origen natural, como el polvo eólico procedente de la meseta tibetana y, quizá, las procedentes de ocasionales erupciones volcánicas».
Coe Cornell, director del laboratorio de núcleos helados del Deserta Research Institute en Nevada, señala por su parte que «desde mi punto de vista los registros de los núcleos de hielo son más adecuados para documentar los impactos humanos en el medio, es decir, cómo, cuándo, dónde y hasta qué punto las actividades industriales contaminaron el medio ambiente».
Increíble, ¿verdad?