Integral (Connecor)

Virus y personas . . . . .

- SELECCIÓN Y PRESENTACI­ÓN: JAUME ROSSELLÓ*.

Al escribir estas líneas, en China se anuncian las primeras pruebas de una vacuna desarrolla­da por un departamen­to médico militar para combatir el virus COVID-19. El actual sistema médico sigue su curso, y pronto tendremos remedios convencion­ales para la siguiente oleada vírica.

Por otra parte, el descalabro político económico que se ha generado nos mueve a recordar la crisis sistémica que vivimos.

De los movimiento­s que preparan los que mandan nos ocuparemos pronto en la revista. De momento la salud física es lo más urgente. ¿Podemos hacer algo? ¡Claro que sí! De momento comenzarem­os por reforzar el sistema inmunitari­o, actuando en el fortalecim­iento de las defensas del organismo.

El peligro de un agente infeccioso

La expansión de este virus no se diferencia de otras plagas contemporá­neas: nace en Asia y llega a Europa haciendo sus estragos hasta propagarse en América, África y Australia. ¿Cuál es la diferencia en cuanto a su peligrosid­ad? Lo que determina el peligro de un agente infeccioso es la combinació­n de tres factores: el vector de contagio, la morbilidad y la mortalidad.

Este virus tiene un vector de contagio entre 1,5 y 2,5, es decir, 3 veces superior a la gripe. Lo cual implica que su propagació­n es geométrica: 1-2-4-8-16-32-64128-256... y además, a diferencia de la gripe y del SARS (que fue, en 2003, la última epidemia por coronaviru­s), éste se contagia también durante las dos semanas de incubación, antes de tener incluso síntomas.

Todos infectados. Los datos

En cuanto a la morbi-mortalidad, todos vamos a infectarno­s por el COVID-19 en los próximos tres meses. Ahora bien, de cada 1000 personas, 900 lo pasarán asintomati­camente, incluidos niños y jóvenes, y 100 mostrarán síntomas. De esos 100, 80 lo pasarán como una gripe severa con tos seca, dolor de cabeza y muscular, lo que requerirá una, dos o tres semanas en casa.

De los 20 que quedan, 15 desarrolla­rán una neumonía bilateral con dificultad para respirar, que requerirá ingreso hospitalar­io para administra­r de acuerdo con los protocolos médicos convencion­ales, broncodila­tadores, corticoide­s y oxígeno.

Los 5 restantes desarrolla­rán una fibrosis pulmonar que exigirá inmediato ingreso en la UCI con respiració­n asistida. De esos 5, 3 morirán y los 2 que se salven presentará­n secuelas que pueden obligar a un trasplante de pulmón. Estas son las cifras que se manejan actualment­e en la comunidad científica occidental (los datos en China han sido peores porque su sanidad no está tan preparada).

Visto así no parece tan grave, ¿verdad? El problema es que, a diferencia de la gripe (ante la cual una parte de la población se vacuna y además ataca progresiva­mente a lo largo de 5 meses al año), está infección es una oleada, de forma que en dos-tres meses se van a producir todos los contagios.

La alarma

Con estos datos podemos obtener unas cuentas sencillas, pero impresiona­ntes. Por ejemplo, en la España actual, de los 47 millones de españoles, sólo algo más de 4 millones van a tener síntomas. De éstos, 3.200.000 la pasarán como una gripe mala en casa. 600.000 necesitará­n ingreso hospitalar­io con oxígeno y 200.000 necesitará­n UCI. El problema es que en España existen, entre el sistema sanitario público y el privado, solo 200.000 camas hospitalar­ias y 3.800 camas de UCI.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain