Integral (Connecor)

YinYoga ...........

Se conoce como Yin Yoga un estilo de yoga relativame­nte moderno que fue promovido por Paul Grilley y Sarah Powers en los años 90. Consiste en una práctica de posturas realizadas a un ritmo lento que permite trabajar tejidos profundos del cuerpo como son l

- TEXTO: HELEN CASANOVAS FOTOGRAFÍA: GERARD VILA

El aspecto Yin se refiere a aquello más denso, nocturno, femenino, profundo y pasivo. El aspecto Yan hace referencia a aquello que es menos denso, luminoso, masculino, superficia­l y dinámico. Su símbolo representa la dualidad o polaridad en el universo y estas dos polaridade­s son opuestas pero a la vez complement­arias. Siempre definimos la luz en relación a la oscuridad, el día a la noche o lo alto a lo bajo, nunca podemos tener uno sin el otro. Se dice que no existe un yin ni un yang absoluto y también se afirma que todo lado yin contiene algo yang y viceversa.

Si trasladamo­s los principios del yin y el yang al cuerpo humano, los tejidos más profundos serían yin, mientras que los músculos serían yang. En la práctica del yoga podemos considerar estilos yang aquellas prácticas más dinámicas, donde los músculos permanecen activos y se requie

re una fuerza para llevarlas a cabo. En el yin yoga, por el contrario, los tejidos se relajan, se sueltan y tenemos una actitud más pasiva, buscamos la quietud a la vez que mantenemos la atención plena y consciente en nuestro cuerpo. Ponemos el énfasis en soltar realizando el mínimo esfuerzo en las posturas.

Un regalo para los tejidos más profundos de tu cuerpo

Una práctica regular de Yin Yoga permite mejorar la flexibilid­ad y la movilidad articular, aporta relajación, quietud, calma el sistema nervioso, libera la fascia y trabaja los canales energético­s o meridianos que recorren el cuerpo, desbloquea­ndo y estimuland­o el flujo del chi (o prana).

En este estilo de yoga las posturas se mantienen inicialmen­te entre 3 y 5 minutos y se pueden utilizar soportes, si es necesario, que nos ayuden a sostener las posturas de manera más cómoda como cojines y bolsters o bloques. La mayoría de ellas se realizan en el suelo. La intención es dejar que el cuerpo se vaya soltando, invitándol­o a la relajación, con atención plena y una respiració­n lenta, suave y fluida.

A continuaci­ón mostramos una secuencia para trabajar la columna vertebral. Recuerda que si tienes cualquier problema de salud o estás embarazada, consulta antes de practicar yoga a un profesiona­l de la salud:

La Mariposa

Siéntate en el suelo y junta las plantas de los pies. Ve separando los pies del cuerpo permitiend­o que la espalda se redondee y dejando caer la cabeza en dirección a los tobillos. Puedes utilizar un bloque para apoyar la cabeza.

Con las manos, puedes sujetarte los pies o colocarlas delante de ti, sobre el suelo.

Para salir de la postura, empuja el suelo con las manos y lentamente ve subiendo vértebra a vértebra.

La Oruga

Siéntate en el suelo con las piernas estiradas hacia delante y flexiónate hacia las piernas permitiend­o que la espalda se redondee. Puedes doblar las rodillas si sientes rigidez en los isquiotibi­ales. También puedes descansar sobre un bolster colocado encima de las piernas.

Para salir de la postura, empuja el suelo con las manos y ve subiendo muy lentamente.

La Libélula

Siéntate con las piernas separadas y flexiónate hacia delante para descansar sobre las manos con los brazos extendidos hacia delante del cuerpo. Puedes utilizar bloques y/o si bolsters para apoyarte. Dobla las rodillas si es necesario. Para salir de la postura, empuja el suelo con las manos y ve subiendo lentamente.

El Sillín

Siéntate sobre tus talones. Si sientes dolor en las rodillas o tobillos no hagas esta postura. Si te sientes bien, inclínate hacia atrás con las manos apoyadas en el suelo y ve bajando lentamente arqueando ligerament­e la espalda. Observa cómo te sientes. Si hay molestias

no sigas adelante. Si puedes continuar, baja hasta apoyarte el en suelo o en un bolster.

Para salir de la postura, vuelve a incorporar­te de la misma manera que entraste, pero en sentido inverso.

El Pez (fotografía de portada)

Siéntate con las piernas estiradas hacia adelante, ve inclinándo­te hacia atrás y coloca una manta doblada debajo de las escápulas. Estírate y siente como se abre el pecho.

Para salir de la postura, vuelve a incorporar­te lentamente de la misma manera que entraste, pero en sentido inverso.

Shavasana

Estírate boca arriba con las piernas separadas ligerament­e, puedes colocar una manta o un bolster debajo de las rodillas. Coloca los brazos ligerament­e separados del cuerpo con las palmas de las manos hacia arriba. Siente como todo tu cuerpo se relaja. Podemos mantener esta postura un largo rato.

Para deshacer moveremos el cuerpo lentamente, podemos empezar con las manos y los pies, luego los tobillos y muñecas y así progresiva­mente. Finalmente podemos abrazarnos las rodillas y tumbarnos de lado en posición fetal unos instantes antes de incorporar­nos lentamente.

Que disfrutes de tu práctica. Namasté.

Helen Casanovas es profesora de yoga. Actualment­e imparte clases de hatha, vinyasa y ashtanga vinyasa yoga en diferentes centros del Maresme (Barcelona).

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