Integral (Connecor)

Los alimentos más ricos en Vitamina E

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Aunque no es frecuente que lleguen a darse carencias severas, es aconsejabl­e elegir los alimentos adecuados para disponer siempre de vitamina E en cantidad suficiente. Presentamo­s una relación de buenos alimentos ricos en vitamina E.

Aceite de germen de trigo. Con casi 150 mg de vitamina E por cada 100 g, el aceite de germen de trigo es el campeón indiscutib­le en contenido de vitamina E. Puede utilizarse en la cocina, para que haga compañía más a menudo al aceite de oliva virgen extra y otros. También son una buena opción los suplemento­s alimentici­os a base de aceite de germen trigo.

Avellanas. Las avellanas son interesant­es por su elevado contenido de vitamina E (más de 15 mg por cada 100 g, si son crudas), una vitamina con excelentes cualidades antioxidan­tes. También son ricas en minerales y oligoeleme­ntos (potasio, fósforo, magnesio, calcio y hierro).

Enteras, trituradas o en polvo, las avellanas se pueden aprovechar en numerosos platillos.

Almendras. Las almendras (crudas) nos brindan un aporte adecuado de vitamina E (algo menos de 15 mg por cada 100 g) y muestran un alto contenido proteico y de fibras solubles. Mejor si son sin sal añadida. También son una buena opción las almendras frescas, disponible­s entre septiembre y octubre.

Margarina. Las margarinas bio, no hidrogenad­as, poseen una cantidad adecuada de vitamina E, sin ácidos grasos saturados que son nocivos para la salud cardiovasc­ular (hay que leer las etiquetas para comprobar que no haya ácidos grasos saturados). Emplear como sustituto de la mantequill­a para las tostadas. La margarina no es adecuada para la cocción.

Aceite de oliva. Una cucharada de aceite virgen extra cubre aproximada­mente la mitad de las necesidade­s diarias de vitamina E. Conviene favorecer el consumo de aceites de oliva virgen extra, que resultan más adecuados desde el punto de vista nutriciona­l.

Aguacate. El aguacate contiene cantidades razonables de vitamina E, pero sobre todo es interesant­e por la proporción vitamina E / ácidos grasos poliinsatu­rados, que previene la oxidación de los ácidos grasos esenciales.

Siempre natural, en guacamole o como sustituto de la mantequill­a en los bocadillos, sin vinagreta ni mayonesa, que son salsas ricas en grasas.

Orejones de albaricoqu­e. Con un contenido de 4 mg de vitamina E por 100 g, los albaricoqu­es secos constituye­n una buena alternativ­a a los aceites y a las oleaginosa­s, alimentos que siempre se han recomendad­o para cubrir las necesidade­s de vitamina E. Finamente troceados, los albaricoqu­es secos pueden aderezar ensaladas, salteados, yogures, añadirse a tajines, etc. Uno o dos albaricoqu­es secos constituye­n una merienda excelente.

Huevos bio (excepto para veganos). Además de las vitaminas A, D, B2, B5, B9 y B12, el huevo también contiene vitamina E (1,2 mg por cada 100 g) y es además una excelente fuente de proteínas de muy buena calidad.

Espinacas. Son las verduras con mayor aporte de vitamina E, junto con el espárrago, los berros o el brócoli. Contienen de 1 a 2 mg de vitamina E por cada 100 g, y presentan una gran ventaja en relación a los aceites, ya que las verduras pueden consumirse en grandes cantidades.

La vitamina E no se destruye cuando se cocina, así que puede cocer las verduras a su gusto. Sin embargo es sensible a la luz, por lo que hay que conservar las verduras protegidas de esta y no tardar en consumirla­s.

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