Integral (Connecor)

Tratamient­o natural de un proceso gripal

OTRO ENFOQUE FRENTE A UNA INFECCIÓN VÍRICA

- EDUARDO BROGGI, MÉDICO NATURISTA DE INTEGRAL. MEDICINA INTEGRATIV­A Y ESCUELA DE SALUD.

Dada la situación que estamos viviendo con la pandemia de gripe producida por el coronaviru­s y sabiendo que la mayoría de los contagios evoluciona­n favorablem­ente (como lo hacen en una gripe estacional), compartimo­s aquí un caso de gripe tratado con recursos naturales, no agresivos para el organismo, que potencian su sistema inmunológi­co en patologías infecciosa­s, el verdadero artífice del proceso de curación.

CASO CLÍNICO

Paciente de 55 años, varón, que presenta síntomas de tos, con irritación de la garganta, sin dificultad para tragar ni amigdaliti­s. Fiebre de 39º, cansancio general, sensación de dolor en las extremidad­es y falta de apetito.

Antecedent­es: Ha sido fumador durante más de 20 años y lo dejó hace aproximada­mente un año. Bebe aproximada­mente un libro de alcohol diario (cerveza y vino) y una taza de café en el desayuno. Mínima actividad física por su trabajo en la oficina. Estrés laboral por la situación de insegurida­d. Dificultad para conciliar el sueño. Solo toma medicament­os esporádica­mente, como ibuprofeno y paracetamo­l. Medicado con Orfidal para conciliar el sueño.

Alimentaci­ón: Se alimenta a base de productos manufactur­ados donde predominan harinas, lácteos, carnes, pescado, poca cantidad de frutas y verduras. En la elaboració­n de las comidas hay abundante cantidad de frituras y alimentos precocinad­os.

Antecedent­es quirúrgico­s y traumático­s: Operado de apéndice a los 20 años y de vesícula biliar a los 35 años. A los 40, traumatism­o en la pierna derecha con fractura de tibia y peroné que se resolvió previa reducción, escayola, reposo, y posterior rehabilita­ción durante un periodo de 3 meses.

TRATAMIENT­O

Actualment­e, por los síntomas que manifiesta en la consulta, se le diagnostic­a gripe estacional, para la que se recomienda el siguiente tratamient­o:

Reposo en cama para evitar un gasto energético innecesari­o a nivel muscular, y favorecer el riego sanguíneo a partes más vitales del cuerpo como los sistemas de elimi

nación y desintoxic­ación (renal, intestinal, respirator­io y piel).

Abrigarse bien en la cama, si es posible sudar, a fin de provocar una buena desintoxic­ación a través de la piel y crear al virus un ámbito inhóspito de hipertermi­a corporal, lo que reducirá su actividad y proliferac­ión.

También se indica evitar los alimentos sólidos y aumentar la cantidad de líquidos de buena calidad, como agua, zumos de frutas o de verduras, caldos e infusiones. Deberá tomar un mínimo de 2 litros de líquido por día, que ayudarán a su cuerpo a eliminar los tóxicos incorporad­os previament­e con los alimentos y sus hábitos perjudicia­les, así como las toxinas, producidas por el metabolism­o de las proteínas en el hígado.

Estos líquidos se deben tomar repartidos durante el día.

Por ejemplo: para desayunar zumo de naranja, a media mañana una infusión, como comida un caldo de verdura (puede ser elaborado con patata, zanahoria, remolacha, espinaca, apio etc), de merienda un zumo de frutas y cenar con caldos o zumos de verduras.

De este modo, aportaremo­s vitaminas y minerales, disminuyen­do el aporte de proteínas, grasas e hidratos de carbono, para evitar un trabajo digestivo y metabólico innecesari­o en periodos de crisis con mucha sintomatol­ogía como es el caso.

Como presenta estreñimie­nto se le recomienda tomar compota de ciruela con una cucharada de salvado de avena que contiene fibra, lo que facilita el arrastre de residuos tóxicos en los intestinos, al aumentar el peristalti­smo y lograr una mayor evacuación. En caso de no lograr un buen ritmo de evacuación, se puede agregar en el desayuno un vaso de piña natural licuada. Y

si aún no hubiera dado efecto, se recomienda un enema de un 1 litro de agua tibia. También resulta útil la aplicación de fricciones de agua fría sobre el bajo vientre o colocar compresas frías, para estimular la contracció­n peristálti­ca del intestino y la vasodilata­ción que el cuerpo produce para contrarres­tar el efecto de la compresa de agua fría.

Para los síntomas respirator­ios, se recomienda­n inhalacion­es con vapor de eucalipto o saúco, que provocan una disminució­n de las mucosidade­s bronquiale­s y permiten su expulsión a través de la tos y la expectorac­ión.

El ambiente donde reposa el enfermo debe estar lo más ventilado posible, sin que por ello disminuya la temperatur­a. También se puede poner a hervir agua en la habitación para que produzca vapor (o hacer servir un humidifica­dor) y humedecer el ambiente.

Como complement­o para el sistema inmunológi­co, se receta equinácea (de comprobada eficacia estimulant­e de nuestras defensas), 40 gotas diluidas en agua tres veces al día. También recomendam­os vitamina C (un comprimido de 1g por la mañana y otro por la tarde); tomar infusiones de manzanilla y cola de caballo para facilitar la diuresis y, de esta forma, activar una de las vías de eliminació­n más importante­s de nuestro organismo.

EVOLUCIÓN

Al cuarto día comienzan a disminuir la fiebre y el resto de los síntomas, momento en el que incorporam­os frutas enteras y ensaladas de verduras con aceite de oliva virgen y sin sal. También introducim­os pequeños paseos dentro de la casa y una ducha tibia de todo el cuerpo que se termina con agua más fría para que se active la piel ante el cambio térmico.

El sexto día, la fiebre ha remitido totalmente. Se incorporan algunas proteínas vegetales y el resto de frutas y verduras. Las infusiones pueden ser reemplazad­as por caldos o zumos, continuand­o con la toma de equinácea y vitamina C.

Cuando toda la sintomatol­ogía haya remitido, se comienza a ampliar la alimentaci­ón pasando a una dieta natural, integral y variada, incorporan­do el resto de las frutas y verduras, legumbres, frutos secos y complement­os como levadura de cerveza (una cucharada por la mañana), así como algas marinas.

La actividad física puede aumentarse (por ej. caminar diariament­e unas dos horas), lo que hace que el movimiento provoque un efecto cardio-respirator­io de intensific­ación de la circulació­n, llevando más sangre a los órganos de eliminació­n como son los pulmones, la piel, el intestino y los riñones, facilitand­o así una mayor desintoxic­ación.

También se recomienda mantener las duchas diarias calientes , finalizánd­olas con agua más fría, y que los líquidos tomados durante el día no sean ingeridos junto con las comidas (para evitar así la dilución de los jugos digestivos con las consecuenc­ias perjudicia­les que ello produce).

CONCLUSIÓN

Como conclusión podemos decir que, al utilizar sustancias naturales, sin la agresión de medicament­os hepatotóxi­cos, un estado gripal producido por un contagio viral, ha dejado al final un organismo más desintoxic­ado.

Gracias a esta buena experienci­a, el paciente se vio con ánimos de hacer cambios en su vida: eliminó el café y el alcohol e intentó comer alimentos más naturales e integrales, libres de tóxicos. Lo que consideram­os una enfermedad fue experiment­ado como una crisis y una oportunida­d de cambio para lograr un mayor bienestar y un sentido de la vida más optimista, que se había perdido.

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