CARDO MARIANO, TABACO Y PROTECCIÓN PULMONAR
Cada día respiramos más de 8.000 litros de aire, que contiene un 21% de oxígeno, una molécula a la vez proveedora de energía y con un potente efecto antioxidante. Las mucosas respiratorias de los bronquios y de los pulmones están especialmente expuestas a las agresiones externas y, entre ellas, a las sustancias contaminantes (dióxido de nitrógeno, ozono, dióxido de azufre). Sin embargo, y a pesar de todas las campañas y prohibiciones, todavía un tercio de la población adulta mundial aspira una carga masiva de oxidantes procedentes de los cigarrillos.
En el humo inhalado del cigarro se han identificado más de 3.000 compuestos aromáticos tóxicos por bocanada y numerosos productos generadores de oxidantes, entre ellos 1.015 radicales libres, generadores de estrés oxidativo, por bocanada. Así, fumar aumenta la inflamación y el estrés oxidativo en los pulmones y, como se sabe, lleva asociado un mayor riesgo de desarrollar bronquitis obstructiva y cáncer, entre otras enfermedades.
SILIMARINA
Es extraño tener que insistir en la nocividad del tabaco. Por eso, aparte de abandonarlo, vale la pena tener en cuenta esta noticia, porque puede ser eficaz en general, en caso de trastornos pulmonares. Existen estudios sobre la eficacia de la silimarina, una sustancia polifenólica (flavonoide) aislada a partir de las semillas y del fruto del cardo mariano (Silybum marianum), sobre la inflamación y el estrés oxidativo de las vías aéreas, inducidos en ratones expuestos dos veces al día y seis veces a la semana durante al menos un mes a un producto con efecto irritante en los bronquios. Los resultados muestran que, en las vías aéreas superiores, la silimarina atenúa la inflamación y el estrés oxidativo del humo del tabaco.