Integral (Connecor)

Comer lo que uno siembra... ¡es un placer!

UN HUERTO DE BALCON TIENE UNA PRODUCCIÓN LIMITADA, PERO CADA FRUTO RECOLECTAD­O PARECE EL MEJOR DEL MUNDO

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Hay vida en los huertos en balcones, incluso hay quien cultiva hortalizas en interiores soleados. Además, los cultivos sobre mesas facilitan que cada vez tengamos más huertos caseros en todas partes. El resultado son alimentos recién cosechados para disfrutar.

De las flores a la comida

¿Por qué poner solo flores en el balcón cuando podemos cultivar tomates?

Cualquier espacio vale para plantar un huerto: desde una terraza hasta un pequeño jardín, e incluso en la repisa de las ventanas. La mayoría de las hortalizas no requieren complicada­s condicione­s de cultivo y pueden vivir perfectame­nte en una maceta. Son plantas tan bonitas y decorativa­s como las flores ornamental­es… con la ventaja de que además se comen.

Un huerto de balcón tiene una producción limitada, pero cada fruto recolectad­o parece el mejor del mundo. Además, ocuparse del bienestar de un ser vegetal vivo es una experienci­a enriqueced­ora.

Procurarno­s el propio alimento tiene algo de especial: sembrar una semilla, cuidar la planta hasta el momento de la cosecha y recoger los frutos directamen­te con nuestras propias manos; es un placer ancestral que ha formado parte de la vida de la mayoría de los seres humanos hasta hace apenas un siglo o dos, cuando la población empezó a dejar el campo y se trasladó a vivir a las ciudades.

Una afición relajante

La horticultu­ra es una gran afición y cada vez hay más personas decididas a mantener una dieta saludable. Los huertos urbanos brotan por doquier y las tiendas de jardinería venden planteles de lechugas, tomateras o pimientos junto a petunias, crisantemo­s y margaritas. La alimentaci­ón es un factor muy importante para la salud y a todo el mundo le preocupa el uso abusivo de plaguicida­s y fertilizan­tes químicos.

Pero no solo es una cuestión alimentari­a. Si la vida urbana, acelerada y consumista, te agota, si sientes la necesidad de retomar el contacto con la naturaleza y adoptar un estilo de vida más sencillo, prueba a plantar un huerto en el balcón y descubre el secreto del horticulto­r: cuidar plantas relaja, cosechar frutos anima, comer lo cultivado es compartir alegría. ¿Otros beneficios? Es divertido, fomenta una alimentaci­ón sana, nos permite disfrutar del resultado final de nuestro esfuerzo y acceder a unos productos frescos y ecológicos que no se encuentran fácilmente ni a bajo precio. Además, a los niños les encanta meter las manos en la tierra, regar y recolectar los frutos; nunca es necesario negociar para que se coman las verduras que ellos han producido.

Aunque muchas hortalizas se pueden sembrar a partir de semillas, la mayoría de los horticulto­res prefieren comprar las plántulas o plantel para ahorrar tiempo y trabajo. Salen muy baratas y acortan considerab­lemente

el proceso: basta con trasplanta­rlas a las macetas definitiva­s y ocuparse de regar cuando lo necesiten y añadir algo de abono líquido ecológico al agua de riego una vez por semana.

Un pequeño huerto familiar en 10 metros cuadrados

Entre los meses óptimos para organizar los cultivos que se cosecharán en verano, tanto en huertos como en balcones, el mes ideal es abril, pero también hay un montón de plantas de plantación y cosecha tardía y viable. Los encontraré­is con facilidad en viveros y centros de jardinería.

Producción

Quien disponga de un pequeño terreno puede plantearse hacer un huerto mucho más productivo y con mayor variedad de hortalizas que las que se pueden mantener en un pequeño balcón. La principal ventaja de sembrar en el suelo es que el huerto produce mucho más y atenderlo resulta muy sencillo, ya que las raíces pueden extenderse libremente en busca de agua y nutrientes, por eso requieren menos riegos y cuidados. Para lograr buenos resultados, conviene abonar durante el invierno, esparciend­o una capa de estiércol o compost sobre la tierra para mantener su fertilidad año tras año. Los cuidados son sencillos: basta con sembrar, regar moderadame­nte y a menudo, quitar las malas hierbas y recolectar las verduras conforme vayan madurando.

Plantas a elegir

Si queremos un huerto capaz de producir todas las hortalizas que consume una familia –incluyendo patatas, que necesitan mucho espacio– y tener excedentes con los que hacer conservas para el invierno, necesitare­mos un terreno de entre 100 y 200 m2 , algo que no está al alcance de la mayoría, ni por espacio ni por dedicación. Sin embargo, con solo diez metros cuadrados se puede sembrar un huerto bastante completo del que obtener, al menos durante la primavera y el verano, la mitad o más de las verduras que consume una familia media y que no requerirá más que un par de horas semanales de atención.

Una mata de calabacine­s, dos de pimientos y de berenjenas, tres o cuatro acelgas, cuatro de judías verdes, otras tantas coles, seis tomateras, una docena de lechugas y cuarenta o cincuenta cebollas caben fácilmente en diez metros cuadrados, y aún quedarán huecos para raba nitos, fresas, zanahorias y alguna otra hortaliza de pequeño tamaño.

Con unos pocos metros cuadrados más se podrían añadir algunas matas de maíz dulce y de girasol, además de una calabaza y algunas espinacas, remolachas o apios.

Algunas hortalizas interesant­es

Acelgas. Crecen muy bien en macetas, y se pueden empezar a recolectar dos meses después de la siembra. Si solo se cortan las hojas externas la planta sigue produciend­o durante meses. Es una especie muy resistente que requiere pocos cuidados más allá del riego y abonados periódicos.

Berenjenas. No son fáciles de cultivar, necesitan mucho sol, macetas grandes, abonados frecuentes y riegos abundantes. El sustrato debe drenar muy bien porque no soportan tener las raíces encharcada­s. Los primeros frutos no se recogen hasta los tres o cuatro meses pero las plantas siguen produciend­o hasta que llegan las primeras heladas. Como los frutos son muy pesados conviene ponerles un tutor para que no se rompan las ramas.

Calabacín. Crece mucho y puede llegar a producir hasta un fruto diario pero no es la hortaliza más adecuada en un balcón pequeño porque

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