Vida vegana
Durante mucho tiempo nuestra alimentación ha estado basada en la carne. Sin embargo, a día de hoy, un nuevo modelo alimentario está ganando terreno. En dicho modelo toman protagonismo las verduras, las legumbres, los cereales, las frutas y los cada vez más abundantes productos alternativos a la carne. Millones de personas en todo el mundo están eligiendo ya estas sanas y deliciosas opciones. Salud y conciencia
Cada vez que decidimos hacerlo, estamos salvando la vida de animales de granja y ayudando a detener el calentamiento global y los desastres medioambientales. Reducir el consumo de carne o dejarla fuera de nuestra alimentación es además bueno para nosotros. Cada vez más expertos en salud apuntan las ventajas de alimentarnos con opciones vegetarianas y veganas.
Los amigos de Igualdad animal (www.igualdadanimal.org), en un magnífico recetario que os podéis descargar de forma gratuita, hablan de «un viaje hacia un mundo lleno de ventajas que sea útil e inspire a probar cada vez más deliciosas recetas con alternativas a la carne. Este es un gran momento y estamos orgullosos de acompañarte en este viaje hacia un mundo mejor: tú eres el cambio que ese mundo mejor necesita. ¡Comienza el viaje!». Por otro lado, como afirma Marc Coloma, creador de Heura, una carne vegetal muy lograda, «vivimos una transición proteica y este crecimiento no parará. La carne animal quedará obsoleta».
La cría intensiva de animales
Greenpeace denuncia las macrogranjas españolas en el Valle de Odieta, en Caparroso, Navarra y el intento de abrir otra en Noviercas (Soria). Por primera vez ya documentan la relación de estas macrogranjas con la contaminación y el envenenamiento del suelo y las pandemias.
La cría (o ganadería) intensiva de animales es un enfoque diseñado para maximizar la producción, mientras se minimizan los costos. Para ello, las empresas agrícolas mantienen el ganado, como el ganado vacuno, las aves de corral y los peces, con una alta densidad de población, a gran escala y utilizando biotecnología, nueva maquinaria y el actual sistema de comercio mundial. Esta industria no actúa con seres vivos en libertad, sino que produce carnes, leche y huevos de forma industrial para el consumo humano. Tanto las macrogranjas como las granjas industriales presentan serios problemas en relación a la ética y la sostenibilidad.
Existe un debate continuo sobre los beneficios, los riesgos y la ética de la cría intensiva de animales. Se discute la eficiencia en la producción de alimentos; el bienestar de los animales; los riesgos para la salud y el impacto ambiental (por ejemplo, la contaminación agrícola y el cambio climático).
Frente a la práctica de la cría intensiva, predominante hoy en día en la industria agroalimentaria, se contrapone la tradicional ganadería extensiva y, sobre todo, la actual ganadería ecológica.
La cría intensiva de animales es un desarrollo reciente en la historia de la agricultura, y es el resultado de los descubrimientos científicos y los avances tecnológicos. Las innovaciones de finales del siglo XIX generalmente se han desarrollado de forma paralela a la producción en masa en otras industrias en la última parte de la revolución industrial.
El descubrimiento de las vitaminas y su papel en la nutrición animal, en las dos primeras décadas del siglo XX, condujo a los suplementos vitamínicos, que permitieron criar aves (pollos, sobre todo) en interiores.
El descubrimiento de antibióticos y vacunas facilitó la cría de ganado en mayor número al reducir las enfermedades. Los
productos químicos desarrollados para usar en la Segunda Guerra Mundial dieron lugar a plaguicidas sintéticos. Los avances en las redes y la tecnología de transporte han hecho posible la distribución a larga distancia de los productos agrícolas. El resultado es bien conocido. Lo que debemos hacer, también.
Resolviendo dudas • Sobre la vitamina B12
¿Si una dieta plant-based requiere de suplementación no es natural?
La vitamina B12 es un nutriente esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso y circulatorio. Quizás el mito a desmentir es la idea de que la B12 proviene de los animales, ya que en realidad proviene de las bacterias de la tierra y el agua que los animales consumen.
¿DE DÓNDE VIENE LA VITAMINA B12? Aunque los productos de origen animal contienen vitamina B12, este nutriente no lo producen los propios animales, sino que se genera a través de las bacterias de la tierra y el agua.
Con el uso de cloros, pesticidas y antibióticos para el saneamiento de los alimentos, cada vez resulta más difícil encontrar fuentes fiables de esta vitamina. De hecho, incluso los animales son deficientes: se estima que la gran mayoría de los «animales de granja» son suplementados con B12 para así poder alcanzar los niveles adecuados para el consumo humano. Así que, como con la proteína, los animales tan solo actúan como fuente intermediaria de vitamina B12.
Según señala en Bulletin of the Torrey Botanical Club, «reviamente a la agricultura industrial, los humanos y los animales podían obtener vitamina B12 de las trazas de tierra en los alimentos o del agua de ríos y estanques.»
Es cierto que la recomendación general para las personas que siguen una dieta plant-based es suplementar. Pero esta es una recomendación que se extiende también a las personas que siguen una dieta omnívora, ya que los productos animales no siempre son una fuente fiable para la absorción de la B12. De hecho, según indica un estudio, el 39% de la población podría estar en riesgo de deficiencia de esta vitamina.
LOS ANIMALES ACTÚAN COMO INTERMEDIARIOS
Actualmente, debido a que el saneamiento de los alimentos y el agua elimina las bacterias que producen la B12, incluso los animales de granja reciben suplementos de vitamina B12. De hecho, se estima que la mayor parte de los suplementos de vitamina B12 que se fabrican son destinados a la industria animal.
En definitiva, la apelación a la naturaleza no se aplica en este caso. Lo que no es natural es el sistema alimentario en general. En este contexto, suplementar la vitamina B12 es una solución a las carencias que presenta un sistema alimentario en el que los alimentos y el agua son sometidos a tantos procesos de saneamiento que pierden algunos de sus nutrientes esenciales.
SUPLEMENTACIÓN
En realidad, el 39% de la población muestra signos de deficiencia de vitamina B12, debido a que las fuentes animales no siempre son absorbidas adecuadamente por los humanos.
Además, The American Journal of Clinical Nutrition señala que «Tanto para las personas que siguen una dieta plant-based como para las que siguen una dieta omnívora, la mejor manera de asegurar niveles óptimos de vitamina B12 es a través de la suplementación o el consumo de alimentos fortificados.»
• Los animales no piensan ni sienten
Dada la naturaleza subjetiva de las emociones de los animales, muchos creen que su capacidad de sentir está fuera del alcance de la medición objetiva. Pero la realidad es que el cuerpo científico que respalda la idea de que los animales pueden sentir emociones y tener una experiencia vital única como lo hacemos los humanos es unánime.
Frecuentemente, se pone en cuestión la capacidad animal de sentir emociones y de tener una experiencia vital intrínsecamente única como lo hacemos los humanos. De hecho, diversos estudios y trabajos de campo confirman que los mamíferos y las aves tienen la capacidad de sentir emociones como
empatía, felicidad, envidia o dolor, así como de mantener relaciones sociales complejas. Aunque sean diferentes a nosotros, los mismos rasgos que hacen que nuestras vidas sean moralmente valiosas, también son encontrados en los animales. La solución está pues en nuestras manos.
La comunidad científica reconoce desde hace años la capacidad emocional de los animales, dado que ha jugado un papel vital en la investigación médica y es regularmente medida objetivamente en estudios científicos (ANIMALS, MDPI). Además, un grupo de prominentes neurólogos llegaron a una posición de consenso en 2012 acerca de la consciencia en los animales, The Cambridge Declaration on Consciousness, que afirma que «los animales –incluyendo todos los mamíferos, pájaros y otras criaturas– tienen la capacidad neurológica de tener consciencia al igual que los humanos.»
De hecho, un estudio de Scientific American (The Startling Intelligence of the Common Chicken) concluyó que las gallinas son animales astutos, empáticos y capaces de comunicarse de manera sofisticada. Y en palabras de Carl Sarafina, en The New York Times, «hay que negar profundamente la evidencia científica para concluir que los humanos son los únicos seres conscientes y sensibles».
• Los vegetales tienen sentimientos
En la conversación sobre la moralidad del consumo de productos animales, suele surgir el contraargumento de que las plantas también sienten. dolor o experimentar sufrimiento como lo hacemos los animales, una idea que procede del hecho de que también son seres vivos y tienen la capacidad de reaccionar a estímulos.
De hecho, hay estudios que hablan de la capacidad de las plantas de enviar señales para activar sus mecanismos de defensa. Aún así, las plantas no disponen de sistema central nervioso, ni de receptores del dolor, ni de cerebro para poder experimentar emociones. Según Britannica & Trend in Plant Science, «No hay evidencia científica para confirmar que los vegetales tienen la capacidad tener sentimientos.»
Desde un punto de vista anatómico, los vegetales no tendrían la capacidad de experimentar emociones por el hecho de que carecen de un cerebro y un sistema nervioso para interpretarlas. Pero incluso contando con que las plantas sintieran dolor, el consumo de carne causaría más sufrimiento de plantas que consumir vegetales directamente, ya que para producir 1 kg de ternera se requieren hasta 25 kg de vegetales. Además, el pastoreo de ganado es la principal causa de deforestación del Amazonas, lo cual implica la destrucción masiva de area vegetal.
Para la especialista Melissa Petruzzello, «Los vegetales poseen habilidades excepcionales para reaccionar a su entorno, pero sus éxitos y fracasos evolutivos no han sido conformados por su capacidad de sufrir.»
El cambio empieza con la información. Más información y participación: #heuraalert (Instagram).