¿Podemos hacer algo (que no sea vacunar) para nuestra salud?
Nos han enseñado a usar alcohol, a ponernos una mascarilla, a estar encerrados y a tener miedo. Sin embargo, ¿podemos hacer algo para sanarnos?
¿Cuándo se ha explicado a la población que cada uno tiene la capacidad de reforzar naturalmente su sistema inmunológico en pocos días (los más pequeños) o en pocas semanas los adultos?
¿Por qué no involucrarse en los canales informativos con plataformas y profesionales de salud que hablen de prevención, como nutricionistas, médicos (homeópatas, naturistas) y fitoterapeutas, que pueden realizar un inmenso trabajo de información y prevención al público y a la vez aligerar el trabajo de los médicos y sanitarios que están en el frente?
¿Por qué no recordar a todo el mundo que comer basura, como productos industriales, trabajados y refinados, es lo primero que destruye nuestras defensas?
¿Que la eficacia de nuestro sistema inmunitario depende estrechamente de la calidad de nuestra flora intestinal y, por lo tanto, de la calidad de lo que comemos?
Las frutas y verduras crudas, locales y de temporada son la mejor manera de acumular rápidamente nuestras reservas minerales necesarias para la inmunidad...
¿Por qué no explicar que, por ejemplo, un ayuno intermitente controlado fortalece el sistema inmunológico en tan solo tres días?
¿O que una correcta respiración tiene la capacidad de reducir niveles altos en producción de cortisol, hormona reguladora de tus niveles de estrés?
¿Por qué no hablar de los beneficios de una ducha fría o un baño en el mar, que en pocos días aumenta el nivel de algunos linfocitos T?
¿Por qué no explicar que plantas como la equinácea, el astrágalo, el saúco, la rosa canina, la artemisa... en sus formas concentradas y correctas, aumentan las defensas inmunes en pocas semanas?
¿Por qué no hablar de la eficacia de los aceites esenciales antivirales, además de la vitamina C a dosis altas, la importancia de las vitaminas D, K y de minerales como el zinc, el selenio y el magnesio?
Todo ello es fácil y barato de obtener. En ocasiones, como en el caso de la luz solar… ¡gratuito!
¿Por qué no hablar de cómo una sana actividad deportiva activa las hormonas de la alegría y el bienestar?
¿Por qué no hablar de la importancia de la calidad de nuestros pensamientos y de la conexión entre la mente y el cuerpo?
¿Por qué no hablar de la fortaleza del amor y la compañía, que curan mucho más que el aislamiento y la desconfianza?
¿Por qué no hablar del bienestar inmediato que nos da el caminar o estar en la naturaleza?
¿Por qué no explicar que el miedo es inmunosupresor? Conviene recordar que el miedo genera, sobre todo enfermedad, debilidad, ansiedad y sufrimiento.
Médicos por la verdad / Biólogos por la verdad / Ars medica.