HACIA UNA RELACIÓN ARMONIOSA
¿HAY QUE RETENER AL OTRO A PESAR DE TODO? ¿LA PAREJA ES LA MITAD QUE NOS FALTA? CUANDO HAY VERDADERO AMOR, ¿SE SABE LO QUE EL OTRO QUIERE Y PIENSA? ¿UNA BUENA PAREJA TIENE COITOS FRECUENTES Y SIEMPRE ORGASMOS SIMULTÁNEOS?
Estas creencias pueden llegar a convertirse en exigencias abrumadoras que suponen una sobrecarga para cada persona y que pueden cohibir el impulso sexual y el goce. Se trata de explorar nuestro cuerpo y abandonarnos al placer de los sentidos, no de batir ninguna marca.
Del mismo modo que la excitación sexual puede aparecer sin que exista un sentimiento amoroso, la carencia de deseo sexual no implica una falta de amor.
El sexo y el amor no siempre convergen, porque la base del deseo no es el amor, sino el erotismo. Eso significa que cuando falla el sexo, no es el amor el que está en juego, sino nuestra capacidad de escucharnos, de dejarnos llevar por nuestro cuerpo, y de dar y sentir placer. Ahora, por primera vez en miles de años, las circunstancias son las adecuadas para que los hombres y las mujeres aprendan a vivir juntos y en armonía.
Recordemos algunos de los tradicionales mitos e ilusiones sobre la pareja, reforzados por la educación y el entorno: Las personas que invierten toda su energía en mantener una pareja, a pesar de saber que no son deseadas, queridas ni respetadas, carecen de alegría y desconocen el compañerismo, el respeto y el verdadero interés hacia el otro. Es el famoso mito de la «media naranja». Nadie puede tratar al otro como una parte de sí mismo. Eso significa no reconocer límites, ni asumir que la otra persona es distinto de uno, e inicia el camino hacia la negación y el maltrato del otro. Uno es uno y termina donde termina su piel y su límite; amar es respetar la piel y el límite del otro. Por mucho que conozcamos a nuestra pareja, el amor no otorga poderes telepáticos. La frustración de las personas es enorme cuando esperan que el otro adivine lo que piensan y lo que necesitan y fantasean con un vínculo mágico que no requiere palabras.