Medicina integrativa
La crisis generada por el Covid 19 ha causado una gran afectación en la salud, no solo por el riesgo de contraer la enfermedad, sino también por las consecuencias de los cambios de hábitos a las que se ha sometido a la población. El confinamiento, el distanciamiento social y el cese de algunas actividades cotidianas, han tenido, inevitablemente, un efecto sobre la salud mental de las personas. Algunos grupos de población han sufrido más las consecuencias. Entre estos se cuentan los jóvenes, los ancianos y también los trabajadores de los servicios esenciales.
Según los colegios profesionales de psicología, se ha detectado un aumento importante de casos de ansiedad, nerviosismo, angustia y depresión. De la misma manera que somos conscientes en tratar los trastornos físicos, también hay que cuidar la salud mental. Cuando aparece un malestar emocional o sentimos cambios en nuestro estado de ánimo y estamos desmotivados, nerviosos o tristes, es el momento de buscar ayuda. Tratar los malestares emocionales, aunque sean leves, es muy importantes para mantener una buena salud.
ANSIEDAD
Todos hemos sufrido ansiedad o estrés delante de algunos problemas que no sabemos bien cómo gestionar. Si tenemos los recursos suficientes, acabamos resolviendo la situación después de un periodo de tiempo y podemos recuperar el equilibrio emocional. En cambio, cuando la ansiedad se convierte en un trastorno, no somos capaces de gestionar los problemas y sentimos como si perdiéramos el control de nuestra vida.
Si la ansiedad persiste, aparecen síntomas físicos como insomnio, dolor de cabeza, falta de concentración, sensación de ahogo y falta de vitalidad, entre otros.
Es característico del trastorno de ansiedad que aparezcan unas conductas que empeoran el problema, como revivir situaciones pasadas que provocaban nerviosismo o bien imaginar situaciones futuras catastróficas. En ambos casos el pensamiento centrado en situaciones angustiosas empeora el ánimo y la persona vive constantemente en un estado de ansiedad.
A menudo el pensamiento se centra solo en los aspectos negativos de la vida, cuando se reconocen los posibles peligros que puedan aparecer y se ignoran aspectos positivos que podrían ayudar a mejorar el estado de ánimo.
UNA VISIÓN INTEGRAL
Como psicóloga y naturópata, me interesa que la persona sea capaz de obtener las ayudas suficientes para poder soportar momentos de ansiedad y que incorpore a su vida hábitos saludables, cosa que sin duda va a mejor su salud mental.
En los últimos tiempos, el estudio de la nutrición, la digestión y la asimilación de los alimentos, ha sido un tema de gran importancia para las terapias naturales. Se ha demostrado en múltiples estudios la importancia de la microbiota intestinal para mantener una buena salud. Se ha comprobado que el estrés, la angustia y los trastornos del estado de ánimo tienen una afectación directa en nuestro intestino y nuestra digestión. Del mismo modo, carencias en la diversidad de nuestra microbiota comportan la falta de algunos nutrientes específicos indispensables para nuestro cerebro.
Establecer una pauta de tratamiento que aporte recursos para la gestión emocional y a la vez determinar qué cambios a nivel nutricional hay que realizar para mejorar la salud intestinal, será nuestro objetivo si queremos hacer un abordaje integrativo del trastorno.
Para poner un ejemplo sobre lo que estamos comentando, vamos a exponer un caso.
CASO CLÍNICO
Acude a la consulta una mujer de 39 años que vive sola, no tiene hijos y, en este momento, tampoco tiene pareja; sus padres son mayores, pero se encuentran bien y tiene bastante contacto con ellos. Nos consulta porque sufrió un ataque de ansiedad en el trabajo y tuvo que ir a urgencias médicas donde le diagnosticaron un trastorno de ansiedad. Le dieron la baja laboral y la dirigieron a la consulta de psiquiatría. Allí le pusieron medicación con ansiolíticos y le aconsejaron hacer psicoterapia.
Nos cuenta que desde finales del 2019 se encontraba muy estresada, con mucho nerviosismo. Su empleo es encargada en una tienda de alimentación, que le comporta mucha carga de trabajo. En marzo del 2020, cuando se decreta el confinamiento domiciliario por el Covid 19, ella debe seguir trabajando pues pertenece a los servicios esenciales. Explica, que en esos momentos es cuando aparece una sensación de miedo e inseguridad, ya que no se encontraba preparada para afrontar la situación. A nivel laboral, nos dice que todo era muy caótico y además tuvo que dejar de visitar a sus padres por el riesgo a contagiarles. Cuenta que aguantó todo lo que pudo, hasta el mes de mayo que sufrió el ataque de ansiedad en el trabajo.
OBJETIVOS A TRABAJAR
Para tratar un caso así, realizamos una terapia integrativa. Vamos a valorar tanto aspectos psíquicos, como físicos y energéticos.
En el inicio es muy importante permitir que la persona hable libremente sobre todo lo que siente, sus sensaciones, sus miedos, sus preocupaciones, etc. En muchas ocasiones no ha podido comunicar todo el malestar que siente ni en su entorno más cercano, ni en los servicios médicos convencionales. Esta acogida en la que la persona tiene un espacio para hablar y sentirse escuchada ya es un acto terapéutico, y nos ayuda a tener información sobre como ella misma está comprendiendo su trastorno.
El siguiente momento relevante será establecer qué objetivo quiere conseguir. Por muy obvio que pueda ser para nosotros lo que tendríamos que trabajar, hay que permitir que la persona explore cuáles son sus necesidades y decida qué necesita. En este caso me dijo que sentía que no era ella misma y que le costaba confiar en que podría recuperarse. Este fue el objetivo que acordamos trabajar: confiar en su capacidad de recuperación.
TRATAMIENTO
En la primera sesión trabajamos con técnicas de relajación y mindfulness. Le aconsejamos un paseo diario de unos 40 minutos, seguir con técnicas de relajación en casa, y prescribimos una fórmula de Flores de Bach.
En las siguientes sesiones, gracias al test de Kinesiología, realizamos diferentes valoraciones sobre el estado emocional, las carencias nutricionales, el estado de la microbiota y de las intolerancias alimentarias. Esta forma de ir comprobando diferentes aspectos de la salud nos permite confeccionar un tratamiento personalizado de lo que necesita la persona.
En el caso que explicamos, detectamos unos hábitos alimentarios incorrectos. Su bajo estado de ánimo la llevaba a comer por ansiedad. Tomaba varios tentempiés durante el día que consistían en café con leche y galletas, y el resto de las comidas, en cuanto a contenido nutricional, eran deficientes. Detectamos una carencia de omega 3 y de vitaminas del grupo B. La valoración de la microbiota mostró disbiosis. Ya sospechábamos que podía haber algún desequilibrio nutricional cuando nos contó que padecía estreñimiento, gases y que había perdido el apetito.
Propusimos una pauta alimentaria correcta, eliminando alimentos procesados, café, leche de vaca y azúcar. Añadimos a su dieta alimentos frescos como fruta, verdura, frutos secos, semillas, y establecimos cuatro comidas diarias a unas horas regulares. Como complementación aconsejamos omega 3 y levadura de cerveza.
EVOLUCIÓN
En cinco sesiones el cambio que se había producido era evidente y, aunque no estaba completamente recuperada, era consciente de que podría conseguirlo. Seguía el tratamiento y todas las indicaciones que le dimos. Nos contaba que había momentos que aparecían la ansiedad o la sensación de miedo, pero que entonces utilizaba algunas de las técnicas que había aprendido y podía gestionar mejor esos momentos.
Se reincorporo al trabajo después de ocho meses de baja laboral y cuatro meses después dimos el proceso por finalizado. Ella nos decía que tenía momentos de nerviosismo, pero que se sentía más fuerte por todo lo que había aprendido. También se hizo más consciente de la importancia de una buena alimentación, del ejercicio físico y de saber desconectar de los problemas buscando momentos para relajar la mente.
En la Naturopatía integrativa el objetivo es explorar al máximo todos los factores que puedan estar influyendo en el trastorno para proponer un tratamiento holístico. Trabajar conjuntamente aspectos nutricionales y emocionales nos ayuda a tener muy buenos resultados en casos de ansiedad y estrés. Conseguir una buena salud depende de cuidar todos los aspectos de nuestra persona.