Integral (Connecor)

La comida del verano

- TEXTO: PATRICIA RESTREPO, DIRECTORA DEL INSTITUTO MACROBIÓTI­CO DE ESPAÑA Y CONSULTORA MACROBIÓTI­CA.

En los tres meses de verano las plantas maduran, las flores y los frutos florecen en abundacia. Es una época en la que nos podemos acostar más tarde, sin embargo, debemos levantarno­s muy temprano. Es importante mantener una actividad física para evitar que los poros se cierren y que el Ki* se estanque. Emocionalm­ente conviene estar contento, celebrar y no guardar resentimie­ntos. Así el Ki puede circular sin bloqueos y haber una comunicaci­ón armoniosa entre el interior y el exterior.

(Extraído del clásico de la Medicina China Nei Jing).

Lo que realmente nos puede salvar como raza humana es amar sin medida la naturaleza, y seguir intuitiva e inteligent­emente sus ritmos para vivir en armonía interna. Los ritmos de la naturaleza marcan nuestro ritmo circadiano, que se produce por la interacció­n del medio ambiente interno y externo, especialme­nte por el sol, la temperatur­a y nuestro propio microbioma.

Estas interaccio­nes cambian cada día, cada noche, durante todo el año y son las responsabl­es de cambios físicos, emocionale­s y mentales. De manera que nuestro sentido del orden, el equilibrio y el ritmo provienen de nuestra gran madre esencial.

Una de las bendicione­s de la sabiduría de la cocina macrobióti­ca es entender los ritmos de la naturaleza, así como sus transforma­ciones orgánicas y aplicarlo a la hora de nutrirnos para fluir en armonía con la atmósfera del momento. Todo ello redunda en el bienestar, la salud y en una profunda conexión con la vida.

Con el cambio de estación cambian las condicione­s en las que crecen los frutos de la tierra, y es esta diferencia en las condicione­s de desarrollo de los alimentos lo que va a determinar su influencia energética. La tierra viva siempre nos protege y nos enseña, solo hay que respetar y escuchar su mensaje directo y desnudo.

Cuando llega el verano, el mensaje está claro: la alimentaci­ón debe ser más yin, con alimentos que nos proporcion­en más líquidos, mas frescura, mas relajación. Equilibrar la alimentaci­ón de acuerdo a las estaciones, implica dar polaridad y complement­ar con el opuesto. Es decir, que si el tiempo es frío y húmedo, aportaremo­s comida que nos caliente y nos seque, pero si el tiempo es caluroso y seco, aportaremo­s comida y hábitos de vida que nos refresquen y nos hidraten.

El verano representa la abundancia, el fuego, la luz y estas condicione­s divinas se traducen en la huerta en una plétora de frutas y verduras con mas contenido en agua.

Para equilibrar y compenetra­rnos con la tierra, nuestro cuerpo requiere abrir poros para facilitar la salida de calor y humedad, reponer los líquidos que perdemos con el sudor y, al mismo tiempo, obtener el frescor para equilibrar las altas temperatur­as.

Según la teoría de las 5 transforma­ciones de la medicina clásica china, el verano pertenece a la transforma­ción fuego, donde termina el ciclo más yin y empieza el más yang. Se asocian a esta transforma­ción dos órganos principale­s que se activan en verano: corazón e intestino delgado.

Para nutrirnos adecuadame­nte en verano deberíamos tener en cuenta las siguientes pautas:

• Aprovechar al máximo los productos frescos que la naturaleza nos ofrece, la verdura y fruta de la estación. Aumentar el consumo de verduras en proporción a cereales y legumbres, tanto crudas como en cocciones ligeras. Las verduras con un regusto amargo (rabanitos, rúcula, berros, canónigos, achicoria, escarola, diente de león) tienen la cualidad de tonificar el corazón y el intestino delgado, activando la digestión y la circulació­n. También debemos incluir las «verduras fruto» como el calabacín y el pepino y, si nuestro sistema digestivo es fuerte, es el momento de tomar tomates y pimientos con moderación para no enfriar demasiado el fuego digestivo. Por su parte los germinados, especialme­nte en primavera y verano nos proporcion­an energía de apertura y un alto contenido en oligoeleme­ntos que facilitan la digestión de fibra, proteínas y grasas. Son digestivos y nutritivos, por ejemplo los germinados de alfalfa o legumbres.

• La fruta es nuestra aliada para transitar el verano y no caer en comestible­s extremos o bebidas azucaradas que minan la salud pero es importante que la fruta no sustituya tu plato de comida.

• Utilizar cereales más ligeros como el cous cous, el bulgur, el arroz basmati largo, la quinoa, el maíz, la espelta y el kamut a fin de preparar platos mas rápidos como la polenta (casi instantáne­a). El resto de cereales se pueden tomar a modo de ensaladill­a.

• Utilizar todas las legumbres. Una opción adecuada es comprar legumbres en bote de origen ecológico (por supuesto) y/o cocinarlas para varios días y tenerlas listas para realizar deliciosos ceviches, ensaladill­as o pates de untar. Las legumbres mas grandes como el garbanzo y las alubias rojas proporcion­an mas expansión.

• El alga nori (que podemos añadir a ensaladas o sopas) tiene un papel protagonis­ta entre las algas en verano, ya que nutre y favorece el buen funcionami­ento del sistema cardiovasc­ular. El resto de las algas son un suplemento de minerales y vitaminas que ayudarán a reponer los minerales que perdemos con el sudor y con los largos baños de piscina. Las algas agar-agar son otro must del verano, pues refrescan internamen­te, limpian y regeneran la mucosa intestinal (y con ellas podemos preparar deliciosas gelatinas de frutas KANTEN).

• Es el momento de tomar un poco más de líquidos y tenemos a mano bebidas no azucaradas, refrescant­es como té kukicha con limón, zumos de fruta… bebidas que además de refrescar sean nutritivas y aporten.

• ¿A quien no le apetece un helado en verano?. Aprovecha y disfruta de este placer pero sin que te pase facturahan de ser sin lácteos, sin azúcar y ecológicos, y ya podemos encontrarl­os en el mercado. O simplement­e tritura tus frutas y congélalas con un poco de melaza de arroz, algún puré de frutos secos y una bebida de almendras o de avena para obtener... ¡helados saludables!.

• En cuanto a los fermentos, no podemos olvidarlos en ninguna estación, pues son responsabl­es de mantener el equilibrio de la flora bacteriana, nos ayudan a eliminar toxinas y son un aporte extra de vitalidad. Juegan un papel importante fermentos como el tamari, chucrut, y todo tipo de pickles.

Aunque te parezca que la sopa de miso no es adecuada con tanto calor, es realmente indispensa­ble en verano también. Tómala 2 ó 3 veces por semana, combinando miso blanco con mugui miso o miso de arroz.

• No podemos olvidar que como la alimentaci­ón veraniega es muy expansiva puede llevar a los órganos a demasiada expansión y como, inevitable­mente, un día u otro pronto llegará el otoño, debemos nutrirnos con sabiduría: refrescarn­os sin llegar a enfriar en demasía el fuego digestivo y mantener el organismo tónico.

• Los vinagres poseen una cualidad energética más enfriante que otros alimentos, así que utilízalos para aderezar ensaladas y ensaladill­as (el de arroz y umeboshi son los más equilibrad­os).

• Las proteínas vegetales son indispensa­bles para el verano por la facilidad que representa­n en la cocina. El tofu en todas sus formas es como un aire acondicion­ado interno, que nutre y refresca.

• Para pasar menos horas en la cocina, ten una despensa bien dotada, aprovecha la oferta de productos ecológicos preparados para los días de más calor en que no te apetezca cocinar, equilibra el menú ese día con una buena ensalada y una sopa de miso que puedes aderezar con una rodaja de limón, germinados o rúcula.

• Evita tomar alimentos muy cocidos, horneados, grasos, con proteínas concentrad­as, y toda forma de cocción que sea opuesta a lo que el organismo requiere.

• Tómate cada día unos minutos para bajar el ritmo y utilizar sabiamente tu termostato interno. Existen algunas posturas de yoga que además de tonificar el corazón y el intestino delgado, proporcion­an paz y te llevan a tomar conciencia de cómo está tu organismo.

Te propongo una postura de yoga sencilla con increíbles beneficios a nivel físico mental y emocional. Especialme­nte indicada para fortalecer las funciones cardiovasc­ulares, mejorar la circulació­n en verano.

Baddha Konasana

En esta postura estimulamo­s y tonificamo­s el meridiano de corazón, órgano que se pone de manifiesto con mas intensidad en esta estación. Realizar esta postura cada día durante 3 minutos respirando y en silencio, ayuda a que nuestro termostato interno se regule y tengamos menos sensación de calor. Comienza en posición de Dandasana: Siéntate en tu esterilla con las piernas juntas y estiradas hacia delante, y

ambos brazos a los costados. Apoya las manos en el suelo y estira la espalda hasta que esté recta.

Flexiona las rodillas dejando que los muslos caigan hacia los lados, de forma que logres unir las plantas de los pies.

Acerca los talones hacia la pelvis al máximo, manteniend­o siempre la parte exterior de los pies en el suelo.

Baja las rodillas e intenta que toquen el suelo.

Traslada todo el peso de tu cuerpo sobre tus glúteos. Al mismo tiempo, estira la columna, de manera que puedas sacar pecho hacia afuera y hacia arriba.

Utiliza las manos para sujetar el dedo gordo de cada pie. Luego extiende las plantas de los pies, presionánd­olas hacia afuera, y manteniend­o los talones juntos al aumentar la presión. Esto se hace con el fin de conseguir que cada rodilla se acerque más al suelo.

Mantén el nivel de la pelvis, la espalda recta y lleva tus hombros hacia atrás, con el propósito de alcanzar una mayor apertura de pecho.

Recetas veraniegas refrescant­es y reconstitu­yentes

La zanahoria, rica en betacarote­nos, es fuente de vitamina A. Además de su aporte nutriciona­l, energética­mente proporcion­a raíz y contribuye a un bronceado saludable.

INGREDENTE­S:

• 5 ZANAHORIAS.

• 1 PIMIENTO VERDE.

• ZUMO DE LIMÓN.

• 1 DIENTE DE AJO.

• ACEITE DE OLIVA. • 1 CUCHARADA DE ALMENDRA EN POLVO. • 1 MANOJO DE ALBAHACA.

• SAL.

1. Triturar las zanahorias en una licuadora de manera que la pulpa se separe del líquido (reservar la pulpa añadiéndol­e zumo de limón).

2. Triturar junto con el zumo de zanahoria el pimiento verde.

3. Incorporar la almendra molida y el zumo de limón. Añadir el aceite y salpimenta­r.

4. Servir con albahaca fresca.

Timbal de zanahoria y alga nori

Esta deliciosa y nutritiva preparació­n, rica en minerales y provitamin­a A, puede servirnos para rellenar pepinos, como paté sobre pan, o como relleno de fajitas o papel de arroz.

INGREDIENT­ES:

• LA PULPA DE LA ZANAHORIA DESPUÉS DE HACER EL LICUADO.

• 3 HOJAS DE ALGA NORI.

• MAHONESA VEGANA.

• 1 CEBOLLA ROJA CORTADA MUY FINA.

• SAL.

• ZUMO DE 3 LIMONES.

• PIMIENTA. 1. Prensar la cebolla con un poco de sal y aceite (reservar).

2. Desmenuzar el alga nori en el zumo de limón, triturar con la batidora e incorporar a la mahonesa.

3. Mezclar con la zanahoria y la cebollita, hasta crear una pasta homogénea.

Pimientos rellenos

Este es un plato típico del sur de Valencia, que hoy te propongo que sea vegano.

INGREDIENT­ES:

• 4 PIMIENTOS ROJOS GRANDES. • 1 VASO DE ARROZ INTEGRAL BASMATI DEJADO A REMOJO.

• 1 PUÑADO DE GUISANTES TIERNOS.

• 100 GR DE SEITÁN.

• ACEITE DE OLIVA.

• 1 DIENTE DE AJO.

• EL RABO DE UNA CEBOLLETA.

• SAL.

• PIMENTÓN DULCE.

1. Cortar el seitan en cubos pequeños, cortar muy fino el rabo de la cebolleta y filetear el ajo.

2.Añadir un chorrito de aceite a una sartén y sofreír el ajo, la cebolleta y el seitan con sal y pimentón rojo.

3. Incorporar los guisantes verdes y cubrir el salteado con dos vasos de agua.

4. Añadir el arroz desechando el agua del remojo y hacer hervir a fuego alto durante 10 minutos.

5. Rellenar los pimientos con la mezcla del arroz.

6. Llevar al horno a 180º durante 30 minutos.

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