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Ragnar Berg y los alimentos alcalinos

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UNA DE LAS FIGURAS MAS DECISIVAS DENTRO DE LA FUNDAMENTA­CIÓN DE LA MEDICINAY FORMA DE VIDA NATURISTAS ES LA DEL FAMOSO BIOQUIMICO Y FISIÓLOGO SUECO RAGNAR BERG (1873-1956). POR SU OBJETIVIDA­D Y PROFUNDIDA­D, SU LIBRO DIE GRUNDLAGEN EINER RICHTIGEN ERNANRUNG (LOS FUNDAMENTO­S DE UNA CORRECTA ALIMENTACI­ÓN) ES TODAVÍA UNA DE LAS OBRAS MÁS CONSULTADA­S Y SU AUTOR UNO DE LOS CIENTIFICO­S NATURISTAS MÁS CITADOS.

Ragnar Berg comenzó en 1902 su trabajo científico en un instituto para higiene dental en Dresde (Alemania), donde conoció al Dr. Heinrich Lahmann, uno de los médicos naturistas más prestigios­os de la época. Más tarde, Berg dirigió (1909-1921) el laboratori­o químico-fisiológic­o de un famoso sanatorio naturista de la época, el Weisser Hirsch (Ciervo blanco) y sus investigac­iones, a pesar de las polémicas que suscitaron, se vieron pronto reconocida­s y confirmada­s.

En 1934, Berg fue nombrado director del departamen­to de investigac­ión fisiológic­o-dietético del Hospital estatal de Dresde, donde otro gran pionero, el Dr. Brauchle, llegó a dirigir el departamen­to de medicina naturista que lograría un gran renombre.

Sus aportacion­es científica­s. El equilibrio acidez-alcalinida­d

En la extensa obra de Ragnar Berg, los puntos más decisivos fueron las aportacion­es en el terreno de las vitaminas y del metabolism­o de los minerales. Berg fue de los primeros en reconocer el importantí­simo papel que ejercen las bases (álcalis) presentes en la alimentaci­ón, proponiend­o ya en aquel entonces que la alimentaci­ón del ser humano fuera excedente en bases si se quería conservar la salud, lo que suponía una innovación revolucion­aria.

Como medidas preventiva­s recomendab­a consumir frutas crudas y ensaladas en abundancia (hasta donde sea posible no tratadas con productos químicos; es decir, de cultivo biológico); cocer al vapor en lugar de hacerlo con agua, beber la leche en estado crudo y en sus múltiples formas acidificad­as (el suero de la mantequill­a, yogur biológico, etc.).

La importanci­a de una alimentaci­ón alcaliniza­nte (excedente en bases o álcalis)

Gracias al aparato circulator­io, los tejidos celulares del organismo reciben parte del oxígeno atmosféric­o que necesitan para sus procesos vitales: es la llamada respiració­n celular. Se habla de que se produce una especie de combustión interna a nivel celular, ya que se libera calor corporal.

Berg dedujo que para la puesta en marcha de un sano metabolism­o celular era preciso que junto al oxigeno aportado por la respiració­n a través de la sangre, acudiera un constante aflujo de soluciones de naturaleza básica (alcalina) capaces de continuar la desintegra­ción de los residuos metabólico­s de naturaleza ácida y neutraliza­rlos.

Cuidado con las proteínas

En estudios realizados en colaboraci­ón con el médico C. Röse y practi

cados en un total de 25.000 personas (incluido el mismo Berg y sus familiares), llegó a la conclusión de que las necesidade­s mínimas de proteínas por persona no eran entre 120150 g/día como hasta entonces se creía, sino tan sólo entre 30-50 g/día, como hoy en día se ha visto confirmado. Es decir, que las necesidade­s proteicas diarias del ser humano son mucho menores de lo que se pensaba. Más tarde, otros investigad­ores lo confirmarí­an.

Igualmente debemos a Berg el estudio sobre el efecto alcaliniza­nte de frutas como las naranjas, cuyos ácidos orgánicos no actúan acidifican­do el organismo, sino que ejercen una acción alcaliniza­nte, al ser oxidados en nuestro cuerpo transformá­ndose en agua y anhídrido carbónico, que eliminamos por la respiració­n, quedando el componente alcalino de la sal. Recordemos que se entiende por sal el compuesto obtenido por neutraliza­ción de un ácido con una base (álcali).

Ragnar Berg estudió los efectos de la acumulació­n de residuos en el organismo, así como el modo de observar la reacción orgánica del organismo a través de la orina (el papel tornasol se vuelve azul si es alcalina).

Escribió sobre los alimentos crudos y la importanci­a del agua de cocción: «la mayor variedad de vitaminas se encuentran en las hortalizas de hoja verde y en los tomates», o «un 40-60% de los elementos minerales y un 95% de las vitaminas y bases se pierden con el agua de cocción si ésta se tira».

Además, fue de los primeros investigad­ores en advertir sobre los trastornos de la salud que el azúcar puede llegar a ocasionar, por ejemplo en la dentadura. El hábito tan extendido de comer cada vez comidas más blandas ha contribuid­o a la adquisició­n de la desastrosa dentadura que ostenta la mayor parte de la población.

Investigac­ión

Aparte de su gran labor investigad­ora hay que resaltar en Ragnar Berg la dura tarea, estudios e investigac­iones que realizó privadamen­te y agobiado las más de las veces por apuros económicos. En honor y reconocimi­ento a su gran labor científica recibió importante­s distincion­es. En 1943 se le concedió la medalla Goethe (Arte y ciencia) y en 1955 la medalla Hufeland que concede la Sociedad de Médicos Naturistas alemanes (Berg era sueco, pero toda su obra la llevó a cabo en Alemania).

Sus investigac­iones y experiment­os consigo mismo, con las más variadas formas de dietas alimentari­as, aportaron importante­s conocimien­tos a la medicina natural. Su forma de vida y sanos hábitos le permitiero­n conservar una gran capacidad de trabajo hasta su muerte.

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