“ASISTIMOS A UN ENTUSIASMO CRECIENTE HACIA EL QI GONG POR PARTE DE LA MEDICINA”
Autor de numerosas publicaciones y libros divulgativos sobre medicina tradicional china, acupuntura y Chi Kung (Qi Gong), Yves Réquéna es también profesor y fundador del Instituto Europeo y del Instituto Internacional de Qi Gong.
—¿Qué podemos esperar de esta práctica ante el cáncer?
—En primer lugar, su prevención. No sólo contra el cáncer, sino contra cualquier enfermedad en general. Si estamos enfermos, el Qi Gong nos aporta una mejor resistencia al estrés psíquico y a los efectos secundarios de los tratamientos. Existen infinidad de pruebas en torno a la eficacia del Qi Gong para combatir la angustia y la depresión que amenazan a los enfermos, disminuir su cansancio y estimular su sistema inmunitario. Después de practicarlo, una vez constatados los efectos positivos, el Qi Gong suele convertirse en un modo de vida. —Entonces, ¿pronto veremos su reconocimiento oficial?
—En China, la oncología integrada está a la orden del día. En caso de cáncer, lo habitual es que se proponga un tratamiento clásico acompañado de remedios naturales de la farmacopea china y de la práctica del Qi Gong. En mi opinión, eso es lo que nos depara el futuro. En Alemania y en Suiza el Qi Gong está en proceso de ser aprobado para su práctica en hospitales.
—¿Cómo debemos elegir entre las numerosas variantes de Qi Gong? —Existen 18.000 Qi Gong distintos. Algunos están más adaptados a personas de edad avanzada, otros a niños, a deportistas, a enfermos, etc. Cada escuela tiene sus métodos pero, aunque la forma sea distinta, el principio es el mismo. Un buen profesor debe interpretar las posibles reacciones a una práctica intensiva y adaptar el Qi Gong en función del estado de salud de quien lo practica. Nunca se debe incitar a los alumnos a abandonar los tratamientos médicos. —¿Cómo podemos sacarle el máximo partido? —Practicándolo con regularidad, incluso a diario, durante un mínimo de 30 a 60 minutos. Cada uno debe elegir un programa y dedicarse a él varios meses, sin cambiarlo. Así es como el Qi Gong nos ofrecerá el máximo beneficio. El resultado es independiente de la habilidad de quien lo práctica.
—¿Por qué hay que mantener siempre el mismo programa?
—Repetir el mismo Qi Gong crea una asociación en el cerebro y abre rutas energéticas que permiten la puesta en circulación del Qi (la energía vital) en el cuerpo. Repetir los mismos movimientos durante al menos seis meses puede tener efectos espectaculares.