Conversamos con Luis Bustamante sobre telas y arte, imprescindibles en sus proyectos
TRIUNFA TANTO FUERA COMO DENTRO DE NUESTRAS FRONTERAS CON UNA VISIÓN TAN ECLÉCTICA COMO CULTA, CLÁSICA Y A LA VEZ MODERNÍSIMA. LA PRESENTACIÓN DE SU PRIMERA COLECCIÓN DE TELAS NOS BRINDA LA OPORTUNIDAD DE ENCONTRARNOS CON LA ELEGANCIA PERSONIFICADA
Si existe un hombre con verdadera gracia natural, ese es Luis Bustamante, que desprende la elegancia que no es sino la expresión de uno mismo sin trabajosidad ni afectación. La rara capacidad de no hacer nada igual que los demás, pareciendo en cambio que se mueve uno en los mismos parámetros que los otros. Ahí está, sin duda, el quid de la notable singularidad de Luis, que le distingue –también a sus diseños– a simple vista. La presentación de su primera colección de telas para Gastón y Daniela nos permite disfrutar de esta conversación, que es él en estado puro. Comenzaste, tras licenciarte en Bellas Artes, en el arte –pintando y esculpiendo– para pasar a la arquitectura de interiores, ¿cómo fue esa transición, filosófica y materialmente? La parte filosófica fácil, porque tienen tanto en común que pasas de una cosa a otra sin darte cuenta, de forma inconsciente. Materialmente es más difícil, porque es una cuestión de hábitos: hay que cambiar la manera de trabajar.
En alguna ocasión has planteado la fórmula del éxito de un espacio con la ecuación que reúne proporciones, luminosidad y efecto, tres cualidades que encontramos a primera vista en tu primera colección de textiles para Gastón y Daniela... Sin duda son cosas a las que doy mucha importancia para lograr que un espacio funcione, tenga impacto y hasta cierta teatralidad, e inevitablemente he plasmado eso mismo en la colección de telas. ¿Cómo surge está colaboración? Y, ¿qué la inspira? Las telas son algo muy presente en mi trabajo. Las utilizo mucho como recurso para aportar calidez a mis proyectos; una parte clave en ellos. Y, así, la relación con Gastón y Daniela es larga y constante. Buscando telas para diversos proyectos míos, pensamos que crear una colección personal de telas sería muy buena idea, tanto como herramienta de trabajo para mí, como ayuda para todo el que quiera usarlas. Las telas de la colección consiguen, en mi opinión, un efecto muy sensitivo, emocional, que tiene mucho que ver con el efecto dramático que siempre tienen tus interiores. ¿Cómo lo ves tú? Es justo lo que trato de hacer en los espacios, como dices, y por lo tanto lo he trasladado a la colección; y me alegra mucho saber que es lo que transmiten…
“ME MUEVEN LOS NUEVOS RETOS, LOS NUEVOS PROYECTOS; CONOCER A GENTE INTERESANTE, NUEVAS IDEAS…LA POSIBILIDAD DE SEGUIR APRENDIENDO”
Por fin podemos acceder a tus diseños… ¿Es un cambio destacable o, por el contratio, no tanto? Es un cambio y algo que siempre había querido hacer. Diseño muchas piezas para cada uno de mis proyectos, pero nunca lo había hecho para la compra directa, y es una experiencia que me ha gustado. Uno de los adjetivos que mejor define –por gastada que pueda estar la palabra– tu trabajo es ‘elegante’. ¿Cómo la entiendes tú? Realmente yo lo que intento hacer son espacios atemporales, en los que uno se sienta cómodo ahora y con el paso del tiempo, que no pasen de moda. Crear espacios de una manera equilibrada y culta, que puede que se perciban como elegantes, pero de una elegancia más bien incontrolable. Otro de tus sellos es el hermanamiento de pasado y contemporaneidad, que logras con naturalidad y equilibrio. En una época en la que parece que ‘eclecticismo’ y ‘carta blanca’ sean sinónimos, ¿marcan el criterio y el rigor de la verdadera diferencia? Yo personalmente no puedo evitar trabajar de la manera en que lo hago; es fruto de mi educación y personalidad. Por otro lado, el hacerlo desde el eclecticismo, e incluso el caos, es perfectamente válido; yo admiro muchos trabajos realizados en ese orden. En tu paleta, tanto como interiorista como diseñador, destacan el negro, el blanco y el rojo, ¿cómo trabajas con los colores? El negro y el blanco me gustan mucho porque son neutros y sirven de lienzo para luego poner arte sin que condicione. El arte es algo a lo que doy mucha importancia. Me gusta también utilizar acentos puntuales de color para dar luz y movimiento. Y el rojo precisamente es un color de gran contenido. Al mismo tiempo tengo mucha influencia de la cultura tradicional española, y estos tres colores son los que más nos definen. ¿Qué sigue motivando a alguien que, como tú, ha alcanzado no solo la maestría en su oficio sino un amplio reconocimiento internacional? Los nuevos retos, los nuevos proyectos; conocer a gente interesante, nuevas ideas… al fin y al cabo lo que mueve mi vida es la posibilidad de seguir aprendiendo.