Pavimento continuo
Es higiénico, no tiene juntas y posee una gran resistencia. Así es el microcemento, un suelo que destaca por su facilidad de limpieza, su atractiva estética y sus múltiples posibilidades decorativas
El microcemento forma parte de los materiales de construcción que se emplean a la hora de reformar los suelos de toda la casa. Sencillo y rápido de instalar, presenta numerosas y variadas ventajas que justifican su importante demanda hoy en día. Y es que si bien hace unos años se utilizaba casi exclusivamente en locales comerciales e industriales, ya hace un tiempo que dio el gran salto a las viviendas domésticas, donde parece que tiene previsto quedarse.
Con un espesor de, tan solo, 1-2 mm, el microcemento genera espectaculares superficies continuas que proporcionan profundidad y amplitud a los espacios, al tiempo que encaja a la perfección
en todo tipo de ambientes (como industrial, contemporáneo, clásico o rústico), gracias a su amplio abanico de acabados: brillo, mate y satinado. Igualmente, destaca por su elevada resistencia al tránsito, a las rayadas y a los rayos ultravioleta (UV), al tiempo que se trata de un material resistente a la humedad e impermeable, por lo que se puede instalar sin problema en el suelo del cuarto de baño, dando forma también a lavabos, platos de ducha o bañeras. No obstante, en estas zonas de aguas se incluye además un acabado impermeabilizante especial para evitar la aparición de hongos, así como un acabado antideslizante que asegure la máxima seguridad a los usuarios.
Diversidad de estilos
El microcemento está disponible en numerosos colores, ya que además de las paletas estándar, pueden crearse nuevas tonalidades utilizando los sistemas tintométricos tradicionales. Estas se pueden incluso combinar en una misma estancia. ¿El resultado? Ambientes únicos y 100% personalizados. Asimismo, combina muy bien con otros materiales, como madera, piedra natural o acero, y tiene una cálida pisada.
Mínima dedicación
Al carecer de juntas de unión, el microcemento es muy higiénico y fácil de limpiar. Para mantener su aspecto original es suficiente con fregarlo con agua y un jabón neutro. Y para renovar la capa de protección del pavimento, basta con aplicarle regularmente ceras.