La diseñadora de interiores y fundadora del estudio MAD, Mercedes Arsuaga, es la artífice de la transformación de esta vivienda en un hogar libre de estereotipos, funcional, contemporáneo y de atrevidas notas cromáticas
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Estilismo Beatriz Aparicio Fotos N. Manso Texto Laura Fort
Cromatismo, luz y mucha frescura. Mercedes Arsuaga transforma este piso en El Viso
Esta es la historia de una reforma hecha con cariño y mucho amor, uno de los trabajos que más emociones ha transmitido a Mercedes Arsuaga, fundadora de MAD Arquitectura de Interiores. Empezando por que los propietarios de esta vivienda son grandes amigos de la interiorista (fueron sus primeros clientes), una pareja sevillana tenaz y con las ideas muy claras sobre lo que querían y cómo lo querían en su nueva casa. Se trataba de un apartamento de 1965, en el madrileño barrio de El Viso, una zona de Madrid que encantó a sus propietarios, a pesar de que el piso estuviese deteriorado, muy compartimentado y con carencia de luz natural.
La prioridad de Mercedes Arsuaga fue lograr limpieza visual y una estructura organizada, confortable y muy funcional. Y trabajó con la pre
“Jugamos con el color, la luz y los materiales para crear espacios confortables, contemporáneos y muy funcionales, ajustados a cada cliente”
Mercedes Arsuaga, diseñadora de interiores y fundadora de MAD
misa de disponer de una ‘caja’ atemporal para poder desarrollar un proyecto actual, cromático y de elegante interiorismo, aprovechando la altura de los techos y jugando con la luz natural para que pudiese llegar a las zonas más oscuras. Por lo que concierne a la decoración, esta responde a un estilo con el que Mercedes se siente muy identificada. “Es espontáneo y fresco, lleno de piezas exquisitas que cumplen una doble función: una, la de la utilidad y practicidad, y, otra, la de la estética que irradia energía y te lleva a un estado de ánimo muy bueno. Es una vivienda con muy buen feeling”, comenta la diseñadora de interiores. Y sigue: “Jugamos con unas bases arquitectónicas muy lineales y funcionales para luego romperlas con los colores y con una decoración dinámica y espontánea muy bien escogida”. Hicieron un estudio del color por estancia, y apostaron por estructuras negras con paredes de tono topo que se mezclan con otros como el azul Klein, el verde laurel y el teja. Son colores de la naturaleza, fuertes y vivos que aportan valor estético a una vivienda ajustada al milímetro a las necesidades de sus propietarios.
Salón (esta página y siguiente). Alfombra de fibra natural, de BSB. Sofá de Studio Bañón. Mesa de centro de los propietarios. Mesa auxiliar art déco de Tabolo Design. Mesa auxiliar de mármol, de Rue Vintage 74. Escultura-lámpara de flores original de Maison Jansen (Francia, años sesenta), adquirida en Judith San Quintín; de esta última tienda es la lámpara italiana de flores de cristal de Murano, de la segunda mitad del siglo XX; al igual que la pareja de jarrones
de cristal de Murano Sommerso (Italia, años sesenta), los apliques estilo Stilnovo y el guepardo de cerámica italiana años cincuenta. Butacas amarillas, pantera negra de cerámica –en la librería– de Jema Holanda (años cuarenta) y espejo de madera lacada negro de Rue Vintage 74. Fotografía My dress, de Rie Rasmusse, en YellowKorner Hermosilla. Butacas con
flecos y estampado tropical de Studio Bañón.
Zona de lectura. Butaca diseñada por MAD, tapizada en terciopelo verde botella. Pufs de estructura geométrica en verde y tachuelas, de los propietarios.
Entre ambientes.
Consola de hierro galvanizado lacado en azul intenso y tapa de mármol, de Tabolo Design Cerámica. Guepardo de cerámica (Italia, años cincuenta), procedente de Judith San Quintín, al igual que la lámpara italiana de flores de cristal de Murano, de la segunda
mitad del siglo XX.
Comedor. Alfombra de BSB. Mesa, de Rock. Sillas italianas de Judith San Quintín. De la misma tienda son el aparador italiano y los jarrones de Murano, modelo tipo Flavio Poli. Fotografía Haircut 100, de Elena Iv-Skaya en YellowKorner Hermosilla.
Office. Tazas de café y florero de Molecot; el resto de la vajilla es de los propietarios. Mural Le Zebre de Rue Vintage 74. De la misma tienda es el velador francés de hierro (años treinta) de Rue Vintage, las sillas Bertoia (años cincuenta) y el almohadón Maya. Lámpara de techo de cristal, de Rock.
Baño.
Cuadros de Línea Lateral. Botelleros de cristal de Murano, en Judith San Quintín. Silla Bertoia, años cincuenta, de Rue Vintage 74.
Planta de la vivienda La distribución es muy racional y funcional. El
hecho de disponer de una planta cuadrada permite diseñar zonas de paso y comunicación simples y directas. La zona de día comparte el salón con el comedor, mientras la cocina se encuentra separada por el distribuidor e
incluye un práctico lavadero.
Dormitorio principal
Lámpara de mármol octogonal Louis Roe, en Rue Vintage 74. Lino color mostaza de C&C Milano, en Macarena Saiz; el blanco es
de Pepe Peñalver. Almohadón estampado Agnes de Rue Vintage 74; el liso es de C&C Milano, en Macarena Saiz. Cómoda de marquetería, de herencia
familiar. Cacatúa de porcelana inglesa (años setenta), de Judith San
Quintín; el loro de porcelana, de Santiago Mayor, es una pieza de los sesenta disponible en la misma tienda. Mesitas auxiliares de Zara Home.
Estores de Bandalux.