PARA PEQUEÑOS Y JÓVENES
Antes de nada, ten en cuenta que la habitación infantil debe equilibrar descanso y diversión. Algo que puedes conseguir mediante el color. Los expertos de CIN Valentine recomiendan utilizar tonos fríos en la zona de descanso (con un azul o un verde, por ejemplo) y optar por tonos más fuertes y vibrantes en el espacio dedicado al juego.
Los niños necesitan dibujar, para relajarse y mejorar su conciencia y atención visual. Por eso te recomendamos instalar en su habitación una pizarra, utilizar pintura especial o recurrir a algún papel pintado lavable si no quieres ver las paredes llenas de lápiz y rotulador.
No todo vale en el cuarto de los peques; es importante no colapsar la habitación. Debe permitirles crecer y tener espacio para jugar. Siempre son buena idea los diseños abatibles, las camas nido, las literas, cuando la habitación es compartida, o las camas altas con almacenaje.
A la hora de decorar, necesitas tener presente que la habitación de tus hijos deberá evolucionar a medida que se hagan mayores. Para ponértelo fácil, siempre puedes partir de una base neutra (en paredes y mobiliario) y añadir el contraste divertido en los complementos (sábanas, cortinas, cojines, alfombras, decoraciones murales...), y renovarlos por temporada.
Puedes animar las paredes con estanterías originales, letras luminosas, pósters, libros... En todo caso, valora las aficiones de tu hijo y adapta la habitación a sus gustos.
Cuando aumenten sus responsabilidades académicas, deberás proporcionarle un adecuado ambiente de estudio, cómodo y funcional. Opta por un escritorio generoso (también puedes diseñar composiciones modulares, a medida, combinando cama y mesa), una silla cómoda y una luz auxiliar. Mucho mejor si lo colocas al lado de la ventana y frente a una pared, para evitar distracciones.