Giulio Ridolfo, el experto colorista y diseñador textil, nos habla sobre sus nuevas creaciones
EL EXPERTO COLORISTA Y DISEÑADOR TEXTIL GIULIO RIDOLFO RASTREA POR TODO EL MUNDO TONOS, PIGMENTOS Y TÉCNICAS PARA SUS COLECCIONES. LA APARICIÓN DE UN LIBRO SOBRE SU TRABAJO NOS POSIBILITA UNA PROFUNDA CHARLA CON ÉL
Reconocida por sus sofisticadas y vibrantes paletas de color, la firma danesa Kvadrat es una de las editoras textiles más influyentes del planeta deco. Hace ya casi dos décadas, en 2004, comenzó su colaboración con el colorista italiano Giulio Ridolfo, que recorre el mundo rastreando tonalidades y pigmentos para desarrollar nuevas gamas. Un inusual libro, Materialising Colour (Phaidon), de Jane Withers, nos permite ahora compartir no solo los viajes y descubrimientos de Ridolfo, sino el nacimiento mismo de sus creaciones cromáticas a partir de las continuas interacciones con paisajes y artesanos de aquí y allá, que le permiten impregnar los tejidos de auténticas atmósferas y emociones. El color es uno de los elementos clave del diseño; tú apuestas por contextualizarlo, creando storytellings a partir de él…
Los viajes recogidos en el libro ilustran no solo mi interés por el color, también mi constante experimentación con él en un itinerario personal que busca comprenderlo desde el contexto de sus usos para poder dotarlo de una significación estética y cultural. Y, en mi trabajo con Kvadrat, intento
aportarle una sensibilidad meridional más cálida a la claridad casi gélida del diseño nórdico. Para ello, reexamino los procesos de diseño y manufactura tradicionales, deconstruyo textiles para, sobre sus tramas, aprender cómo se les da el color, convirtiéndose éste en parte esencial de su ADN. El resultado de mi búsqueda es lo que denomino “colores intermedios”: tonalidades cambiantes y versátiles que capturan la mutabilidad del medio natural que los inspira. Las que más me interesan. ¿Existen reglas de oro al trabajar con los colores o, por el contrario, precisamente se trata de romper las normas establecidas?
De partida, te diré que ante todo creo que no existen aciertos o errores absolutos. Hablamos, por un lado, de un espectro infinito que, por otro –como todo lo intangible–, deja un amplio margen a las más diversas interpretaciones personales… De hecho, la excepción que hagamos a una regla que pudiera parecer intocable, bien puede resultar la solución a nuestro probleconexión ma. Por eso, a veces decido saltarme las normas, lo aprendido; otras, en cambio, la experiencia es fundamental. Se trata, desde mi punto de vista, de mantener una actitud abierta y tener un poco de gusto…
Afirmas que “los colores no se pueden mezclar de forma teórica”, y hablas de una combinación de intuición, experiencia y reflexión… ¿Podrías explicarnos brevemente tu metodología?
Mi acercamiento al color se basa en la con la naturaleza desde mi subjetividad y una dimensión imaginativa, que va mucho más allá de los objetivos clásicos del colorista industrial y su funcionalismo mecánico. En contraste con la inmaterialidad digital, mi visión del color se apoya en su fisicidad –las texturas, por ejemplo– y
Buscando inspiración
La conexión con la naturaleza y las técnicas tradicionales de maestros artesanos de todo el mundo, sus dos principales fuentes de ‘alimentación’.
su interacción con la luz. Yo defiendo que sin materialidad no existe el color y que, en un mundo en el que el brillo saturado y plano de los colores incorpóreos propios de las pantallas se impone, oscureciendo tonalidades y disociándolas de la naturaleza, estamos perdiendo definitivamente esa conexión esencial.
El viaje es algo vital en tu búsqueda, como también lo son la subjetividad y la emoción, frente a la perfección inmaterial y plana de los sistemas digitales de los que hablas.
El viaje es el elemento central de todos los grandes descubrimientos de exploradores, botánicos o antropólogos, y también, sí, en mi caso. Al trabajar sobre la base de una percepción emocional, el equilibrio es a menudo el resultado de una experiencia profesional dilatada, que tiene que ver también con haber viajado mucho. Los tonos naturales me resultan, ya en sí mismos, hermosos, y lo que yo puedo hacer para realzarlos es crear pigmentaciones más intensas, con una mayor concentración. Como los preparados de la homeopatía. Personalmente, no creo que la perfección exista en ningún ámbito, pero aún menos con los colores y sus escalas. Tomemos el ejemplo de India, que siempre he percibido como una mezcla de colores estridentes. Sus azules, en particular su índigo, en cambio, me han permitido “limpiar” mi mirada de la hiperalegoría y la sobreexposición cromófila que dominan aquel subcontinente; una experiencia que le permite a uno desvanecerse en los tonos de color más profundos del alma humana…
Abogas por una sensibilidad cromática más elaborada y rica en matices, ausente en la producción industrial dominante hoy…
En el ámbito del diseño, dominado cada vez más por esquemas de marca uniformes y vacíos y por una producción industrial masiva y estandarizada, el color es un instrumento de innovación, renovador. En un contexto global como el nuestro podría servir para conectarnos de forma sensible con la complejidad y la diversidad de las culturas locales. Pero, para conseguir esa comunión con las comunidades y sus creencias, con nuestro entorno y la ecología, debemos mirarlo con otros ojos.
“TRABAJO EL COLOR
COMO UNA CONEXIÓN CON LA
NATURALEZA, MI SUBJETIVIDAD Y UNA DIMENSIÓN QUE VAN MUCHO MÁS ALLÁ DE LOS OBJETIVOS DEL COLORISTA
INDUSTRIAL”