De despacho compartimentado a piso de espacios amplios y bien iluminados. Una transformación llevada a cabo por Victoria Pérez Castillo

De despacho con ambientes compartimentados sin apenas luz natural a una vivienda en la que priman los espacios abiertos bien iluminados. Todo aderezado con materiales nobles, buen diseño, arte y acabados de calidad. Un trabajo de Victoria Pérez Castillo

“Concibo mi trabajo como una colaboración. Me encanta el intercambio de ideas con mis clientes, porque el espacio al final es una expresión de quienes son” Victoria Pérez Castillo, interiorista

Ubicada en uno de los pocos inmuebles art déco que quedan en Madrid, obra del arquitecto vasco Luis Díaz Tolosana, y situada en una zona privilegiada del centro –en el barrio de las Letras–, no nos sorprende que sus propietarios se enamoraran de esta vivienda. Como elección en la capital es un verdadero sueño. Y es que, tal y como cuenta Victoria Pérez Castillo, interiorista responsable de este proyecto, “destaca un conjunto de vidrieras que decoran toda la escalinata que rodea el antiguo ascensor de madera –creación de un genio artesano de los vidrieros franceses Maumejean, establecidos en Madrid en 1898, y cuya firma podemos encontrar en una de ellas–, también la altura de los techos de la vivienda, decorados con molduras de líneas simétricas puras y sofisticadas, y los grandes ventanales a la calle, todos elementos que imprimen carácter a su interior”.

La finca está rodeada de arte y cultura y sus propietarios la adquirieron cuando se encontraba en la fase final

de la reforma, un trabajo que estaba siendo realizado por el estudio Acicalia. Sus propietarios residen en Miami, y este debía ser su pied-à-terre en sus estancias en Europa.

La reforma fue total. Se partía de un despacho con ambientes compartimentados, y donde apenas se daba demasiada importancia a la luz natural. Y se quería transformar en una vivienda donde primara la luz y los espacios abiertos. Por este motivo, uno de los aspectos más importantes a destacar fue la modificación en la distribución del espacio, incluyendo una amplia y funcional cocina que no existía.

“Cuando me propusieron este proyecto, visité la vivienda y, basándome en la reforma ya comenzada, preparé una propuesta incluyendo un par de opciones. No tenía muchas más oportunidades de entrevistarme con los propietarios, ya que volvían de nuevo a Miami. Tuve en cuenta aquellos elementos más singulares incluidos en la rehabilitación: las puertas de cristal que facilitan la comunicación visual entre salón, hall y cocina; la altura de los techos decorados con molduras de líneas simétricas puras y sofisticadas que recordaban a las originales… ”, asegura Victoria. Y añade: “Destacaría el uso de materiales nobles, el diseño y la calidad del acabado del mobiliario elegido, también las obras de arte adquiridas, que demuestran una sensibilidad especial por el arte contemporáneo, que completa y da sentido a todo el proyecto. Todo ello contribuye al espacio armónico resultante”.

Salón. Sofá de terciopelo verde con tapicería de Dolz Colección Internacional. Cojines de rayas naranjas y berenjena, el de rayas marrón crudo, el azul de terciopelo y el de color mostaza de terciopelo son de Rue Vintage 74; el estampado de terciopelo procede de La Californie. Mesas de centro de Rimadesio y lámpara de Brokis; ambas adquiridas en Iconno. Mesa auxiliar de Poliform, en Naharro. Jarrones de cristal verde, de Guaxs. Sillones de piel y chaiselongue, diseños de Victoria Pérez Castillo con tapicería de Dolz Colección Internacional. Esculturas geométricas naranjas, rojas y amarillas en hierro y laca, de Ricardo Ottati, en Pedro Ros. Alfombra de viscosa, de Limited Edition, en Naharro. Estantería-escultura, de Monpas, adquirida en Hanbel. Escultura amarilla, Totem IV, y cuadros Jazzy I y Jazzy II, de Emilio Gañán, en Galería Fernando Pradilla.

Vista sobre el comedor. Cortinas y visillos en lino y seda, un diseño de Victoria Pérez Castillo con textiles de Dolz Colección Internacional. Sobre la mesa de comedor: jarrones de Guaxs y escultura roja de Rafael Amorós, adquirida en Anmoder.

Comedor. Mesa de Rimadesio, en Iconno. Sillas, diseño de Victoria Pérez Castillo, con tapicería de Dolz Colección Internacional, confeccionadas por Arque Tapiceros. Alfombra de viscosa, de Limited Edition, adquirida en Naharro. Lámpara de techo, procedente de Iconno. Cuadro Amarna, de Emilio Gañán en Galería Fernando Pradilla.

Detalle del hall. Puertas correderas con palillería metálica para disfrutar de luz natural. Alfombra de DAC Rugs, adquirida en BSB. Escultura amarilla, de Rafael Amorós, en Anmoder.

Hall. Apliques adquiridos en Borgia Conti. Espejo de luna convexa, de L.A. Studio. Cuadro circular, de Línea Lateral. Jarrones de cristal negros, de Habitat. Escultura geométrica amarilla en hierro y laca, de Ricardo Ottati, en Pedro Ros. Cómoda mallorquina España siglo XIX, adquirida en L.A. Studio. Alfombra de DAC Rugs, en BSB.

Dormitorio. Cuadro Paisajes desdibujados, de Abigail Aguirre Araújo. Cabecero y descalzadora, diseños de Victoria Pérez Castillo, con textiles de Dolz Colección Internacional. Mesilla de noche, de Poliform, adquirida en Naharro. Lámpara de sobremesa, en Aromas del Campo. Ropa de cama de Zara Home. Cojines de terciopelo de Pepe Peñalver; el geométrico es de Rue Vintage 74. Manta de Mantas Ezcaray. Alfombra de The Rug Company, en BSB.

Planta de la vivienda Se aprovechó la altura de los techos con sus bellas molduras y se optimizó la luz natural con amplias puertas correderas de perfilería metálica y grandes cristales, logrando amplitud visual y calidez.