POR ZONAS, UN ACIERTO
ARRIBA. La parte superior del armario se suele utilizar como maletero para almacenar ropa de otra temporada o de poco uso. También suele ir destinada a mantas y edredones. Utiliza bolsas de vacío y cajas para que quepan más cosas y se vea todo ordenado.
CENTRO. La zona central es la más cómoda y accesible. Aquí es donde se guarda la ropa que se usa más y es el hueco ideal para colocar las barras. Procura que queden a suficiente altura como para que la ropa no llegue a rozar: 170 cm para vestidos largos y abrigos, 90 cm para pantalones, 100 cm para camisas... En todo caso, utiliza una percha para cada prenda y cuélgalas con el gancho hacia dentro, así será más cómodo acceder a ellas.
En este espacio del armario también puedes disponer de alguna que otra balda para colocar la ropa más voluminosa o exponer bolsos y sombreros. Deja un espacio entre ellas de al menos 30 cm, y procura que sean adaptables en altura, así podrás cambiar la organización de tu armario con el paso del tiempo.
ABAJO. En esta área se suelen colocar módulos cajoneros y accesorios como pantaloneros y zapateros (ya sea en baldas como con elementos extraíbles). En los cajones puedes guardar las prendas más pequeñas y complementos, como gafas, cinturones o corbatas. Una buena idea pasa por elegir el frontal transparente, para hacerlos más prácticos. También puedes colocar una alfombrilla de fieltro para evitar que deslicen los objetos.