DE BELLAS VISTAS
Buscaron la funcionalidad desde un punto de vista decorativo, pero sobre todo que las estancias invitaran al relax. Diseñaron muebles a medida y consiguieron que convivieran con otros de herencia familiar. Un trabajo del estudio Mausha Marsá y Tanana Mont
Un proyecto del estudio Mausha Marsá y la interiorista Tanana Montero. Un trabajo a medida y con todo lujo de detalles, cálidos, actuales y envolventes
Construida hace algo más de una década y redecorada por el estudio de Mausha Marsá, esta finca es una bella propuesta de magníficas vistas y refrescantes espacios outdoor ubicada en una prestigiosa urbanización de Madrid. “Sus propietarios deseaban una casa hecha a su medida, preferentemente un chalet independiente, con un buen jardín”, asegura Mausha, autora del proyecto, cuyo interiorismo desarrolló junto a Tanana Montero. La compraron cuando la familia estaba empezando a crecer, pero hace un tiempo tuvieron que reajustar los espacios y sus usos, para adaptarla a sus hijos y nueva situación familiar. Según Tanana: “Para sus interiores, apostamos por espacios con estancias muy amplias que se convirtieron en el lienzo ideal para un proyecto ajustado al milímetro a los gustos y necesidades de sus propietarios, con espacios de formas rectas, limpias y ventanas con vistas espectaculares”. Y añade: “Redecoramos las zonas principales –como el hall de entrada, el salón y el comedor, así como los dormitorios–, adaptando algunos de los muebles y piezas que ya poseían los propietarios. En el proyecto, procuramos armonizar diseños muy limpios y claros, unificando toda la casa con un mismo estilo estético y de colorido. Por otro lado, uno de los elementos más
“En este proyecto buscamos la funcionalidad, pero desde un punto de vista decorativo, y dejando que los espacios invitasen a la relajación”
Mausha Marsá y Tanana Montero,
interioristas
importantes fueron los muebles realizados a medida y creados por el estudio –como la biblioteca del salón, la mesa de centro o la de comedor–, que se combinaron con piezas antiguas (como la lámpara colgante del comedor, de herencia familiar, que aporta un toque muy acogedor en este espacio); todo ello, unido a un tapizado de paredes con una tela de lino natural y un diseño especial con tiras de terciopelo azul marino”. Un mix que aporta elegancia y personalidad. Y, para seguir la misma línea estética, en el salón se continuó con la idea de tapizado: en esta ocasión, en la zona de chimenea. Aquí, y dado que había que conservar los sofás de los propietarios –que apagan, por su color, un poco el espacio–, Mausha y Tanana decidieron aportar luz y ganar sensación espacial con una mesa blanca de centro dividida y lacada en alto brillo, unos muros también blancos y suelos muy neutros. Por su parte, en el área de descanso, se optó por combinar texturas y buscar sinergias cromáticas que favorecieran un look relajado muy sofisticado. ¡Misión cumplida! Hoy la vivienda es un tailored fit ajustado a sus necesidades.