ALTERESPACIO
Para cualquier granadino es un sueño disponer de un Carmen (de la voz arábigo-hispana karm), o pequeño vergel urbano, cerrado al exterior, de frondosa vegetación y donde fluya el ruido del agua. Y recrearlo en clave moderna y en Madrid capital, todo un reto. Así lo fue para Ana Robles, que dejó atrás el mundo de las multinacionales de telecomunicaciones tras proyectar este jardín, que le hizo materializar el gusto por el paisajismo, formándose y fundando su propio estudio de diseño de interiores y jardines, Alterespacio. Ella es quien nos cuenta que “el espacio no era fácil, había que corregir sus proporciones irregulares y alargadas: para ello generamos un juego de ritmo y contrastes con solados en piedra caliza blanca y porcelánico en tono madera. La fuente actúa de punto focal desde el interior añadiendo el evocador ruido del agua. A la escasa vegetación existente se añadió una variada plantación arbórea, arbustiva y herbácea, y se articularon caminos de grava con borduras de acero corten que invitan a descubrir la plantación, que por sus formas libres y por las especies elegidas hacen que el jardín sea sostenible y de bajo mantenimiento. Un invernadero acristalado, una barra de granito envejecido y una pérgola de madera añaden funcionalidad al espacio. El mobiliario es de iSiMAR, bajo la dirección artística de Ilmiodesign –de las colecciones Lagarto en sofá y butacas, Bolonia (mesa) con sillas Arena (novedad)–. Son productos de acero galvanizado lacado con polvo de poliéster, tejidos náuticos resistentes y de fabricación 100% española. Los cojines, de Lizzo y Sumbrella, distribuidos por Pepe Peñalver, dan el contrapunto de color y calidez que completan el proyecto e invitan a salir y disfrutar de este pequeño vergel urbano”.