Inversión

Los expertos creen que el mercado podría no haber tocado suelo aún, con posibles caídas adicionale­s del 5-10 por ciento

- María Gómez Silva

nes de Julius Baer. Ante eso, la única posibilida­d que queda es «revisar lo que sabemos (sobre la enfermedad), lo que no sabemos y lo que los mercados han descontado a los precios actuales», añade.

En ese sentido, una de las cosas sobre las que existe certeza es que el nerviosism­o de los mercados es muy elevado, como demuestran los altísimos niveles de volatilida­d registrado­s, los más altos de los últimos 20 años a excepción de la crisis de 2008 (por encima del 11-S, de la burbuja puntocom y de la crisis del euro). Y es un fenómeno que ha llegado para quedarse. «La elevadísim­a volatilida­d se mantendrá en las próximas semanas a medida que se acelere la expansión del Covid-19», advierte en ese sentido Michael Strobaek, director de inversione­s de Credit Suisse. Si bien, se situará en niveles algo más moderados que el lunes, cuando superó el 50 por ciento. «El histórico del VIX está por debajo del 20 por ciento. Ahora, podríamos esperar que baje por debajo del 30 por ciento. A no ser que surja algo inesperado en relación con el coronaviru­s», opina Darío García, analista de XTB.

Sorpresas negativas

Y, ¿qué ‘sorpresas’ nos podría deparar la enfermedad? Para empezar, no parece demasiado descabella­do que España o cualquier otro país europeo afectado por el brote sigan el camino de Italia y cierren sus fronteras. Asimismo, son imaginable­s los recortes con que recibirían los inversores una multiplica­ción de los casos en Estados Unidos, principal economía del planeta y sede de la mayor bolsa del mundo.

Por eso, una parte de la industria de la gestión de activos está llamando a la prudencia. «Los mercados son un mecanismo perfecto de ajustar los precios y, ahora mismo, lo que se está poniendo en precio es que el virus va a causar un parón importante de la actividad económica. Lo que tenemos sobre la mesa es una posible recesión mundial», apunta Marta Campello, socia y gestora de Abante. Por su parte, Citi asevera que el shock podría provoFDU XQ UHFRUWH GH ORV EHQHÀFLRV HPSUHVDULD­OHV del diez por ciento. «Las intervenci­ones moQHWDULDV R ÀVFDOHV TXH VH HVWiQ SRQLHQGR HQ marcha no serán efectivas hasta que no se controle la expansión del virus», dice asimismo Bonzon. Hasta Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha lanzado una advertenci­a al decir que la situación podría provocar una depresión como la de Lehman Brothers.

El pesimista por excelencia

Sin embargo, el pesimista por excelencia es el inversor Nouriel Roubini —apodado ‘doctor catástrofe’ por su habilidad para anticipar la crisis de las hipotecas ‘subprime’, en 2008—. Ha llegado a decir que los inversores deben prepararse para caídas del precio de las acciones del 40 por ciento.

$O HVFXFKDU DÀUPDFLRQH­V FRPR HVD HV LP posible olvidar los mínimos que se perforaban una y otra vez tras la quiebra de Lehman, pese a los llamamient­os a la calma de la industria de la gestión de activos, que considerab­a que las caídas proporcion­aban interesant­es puntos de entrada.

En esta ocasión, se suceden idénticos cantos (¿de sirena?) por parte del sector, que descarta tajantemen­te que estemos ante una reedición de lo vivido en 2008. Por el contrario, creen que las fuertes depreciaci­ones vividas sin discrimina­ción por muchas compañías abren oportunida­des de compra a precios mucho más atractivos que hace tres meses.

«¿Podemos ver niveles todavía más atractivos? Claro que sí, pero esperar al mínimo es tirar una moneda al aire. Yo, desde luego, estoy aprovechan­do caídas para aumentar la exposición a renta variable en compañías de calidad», cuenta Celso Otero, de Renta 4. En su caso, ha comprado desde Inditex a Amadeus, pasando por L’Oréal, Louis Vuitton,

Nestlé, Mastercard o Accenture.

Una visión parecida tiene Julián Pascual, de Buy & Hold, quien descarta tajantemen­te que haya razones «fundamenta­les» que justiÀTXHQ HO GHVSORPH ©/D JULSH HVSDxROD TXH provocó la muerte de un 5 por ciento de la población mundial, provocó caídas del 30 por ciento de la bolsa. Y aquí hemos caído prácticame­nte lo mismo a pesar de que hemos visto que el país donde se originó el brote ya prácticame­nte lo ha controlado», dice. Por eso, está aumentando su participac­ión en empresas como Safran, pero también en representa­ntes de los sectores más tocados por la crisis como Ryanair, Swiss Air, Boeing o Airbus. «Las aerolíneas débiles van a quebrar. Porque ya estaban mal antes. Es como el coronaviru­s. Si estás mal, quiebras. Pero las fuertes van a salir mejor. Porque su negocio es como una tarta. Si se mueren algunos actores, les toca más tarta», explica Pascual.

Si bien, más allá de acciones buenas o malas, parece obvio que algunos sectores van a sufrir con mayor virulencia la enfermedad. Además del turismo (al restringir­se la movilidad), las áreas en cuarentena son el retail y

el motor (ante la caída del consumo), las petroleras (por la caída del crudo) y la banca (debido a los recortes de tipos para combatir el parón de la actividad).

Dudas sobre cómo actuar

En todo caso, tomar decisiones en este entorno es complicado y, de hecho, existen muchas probabilid­ades de que aún no hayamos tocado suelo. Nicolás López, de MG Valores, por ejemplo, no descarta caídas de entre el 5 y el 10 por ciento adicionale­s antes de ver los mínimos, que él situaría en torno a los 7.300 puntos para el IBEX, los 2.800 puntos en el caso del Euro Stoxx y los 2.700 en el S&P. En general, cree que las caídas podrían tocar fondo en torno a los mínimos del Brexit.

Por eso, para poder lidiar con esta situación, Darío García da un consejo que puede ser útil: «Pensar en ser los primeros en tomar la decisión de compra sería demasiado ambicioso. Yo esperaría a que las grandes casas de inversión empiecen a apostar por el alza del mercado y ahí entrar. Se trata de no entrar los primeros ni los últimos».

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