El comportamiento de las ha alimentado la buena evolución de la bolsa estadounidense en este tiempo
grueso del índice son compañías con crecimiento limitado, endeudadas y sin gran participación en el crecimiento de largo plazo. En la parte industrial estamos cojos. En la parte de farma, también. En tecnología, muy cojos. Si los actores que tienen más crecimiento de largo plazo no están, el comportamiento relativo del índice va a ser peor», advierte Celso Otero, gestor de Renta 4.
En Estados Unidos, en cambio, la sensación de fortaleza impulsada por estos gigantes tecnológicos era tanta que muchos inversores se cargaron de bolsa americana al inicio de este mismo año, pese a las elevadas valoraciones. Tenían la impresión de que no había otra opción que tener este activo en cartera, FRPR UHÁHMD HO KHFKR GH TXH VH UHXWLOL]DUD HO eslogan TINA, acrónimo de «There is no alternative», popularizado en los años 80 por Margaret Thatcher para defender que no había alternativa posible a la economía de mercado. De hecho, el S&P llegó a tocar su último récord en febrero, cuando sus compañías cotizaban a más de 2,4 veces las ventas, el nivel más alto registrado en los últimos 30 años.
Sin duda, esta situación dejó al mercado especialmente vulnerable ante un cisne negro como el que está suponiendo el brote de coronavirus que, aunque aún no ha provocado la caída más abultada de las bolsas, ya puede presumir de haber favorecido el desplome más rápido de la historia.
Así las cosas, con el mercado bajista bien asentado en todo el planeta, muchos se preJXQWDQ FXiQGR SRGUHPRV YROYHU D EHQHÀFLDU nos de otro mercado alcista.
Y no parece que vaya a ser algo inminente, tal y como explica Esty Dwek, responsable de estrategia global de mercado de Natixis IM Solutions: «Los inversores todavía tienen que poner en precio el impacto completo de lo VXFHGLGR HQ ORV EHQHÀFLRV FRUSRUDWLYRV TXH tienen que rebajarse aún más. Así que, aunque
FUENTE: BLOOMBERG. las valoraciones han caído, aún tienen que caer más. Es demasiado pronto todavía para empezar a añadir riesgo en las carteras».
Lo mismo opina Adam Vettese, de eToro, quien asevera que, «teniendo en cuenta que los casos de coronavirus siguen creciendo, no estamos todavía fuera de peligro». En ese sentido, Vettese advierte del riesgo de interpretar alguna de las recuperaciones vividas tras los fuertes desplomes como una señal de entrada pues, en su opinión, bien pueden ser «rebotes del gato muerto», aparentes recuperaciones seguidas de una fuerte caída adicional en los mercados.
«Para poner las cosas en perspectiva, la quiebra de Lehman fue en septiembre de 2008, las caídas gordas duraron hasta octubre y no se vieron los mínimos hasta marzo», advierte también Campello.
Y tampoco parece que sea posible hallar consuelo en los activos refugio tradicionales, muy arriesgados también en estos momentos según Nadine Terman, consejera de Solstein Capital: «El oro o los bonos del Tesoro pueden caer como todo lo demás. Cuando el (índice de volatilidad) VIX supera los 31 puntos, la situación no es invertible. Hay que ser muy cautelosos al abrir largos».
Y es que ni tan siquiera los millonarios paquetes de rescate anunciados por la mayoría de gobiernos afectados y los estímulos de los bancos centrales están ayudando a frenar la sangría. Más bien al contrario: «Los mercados se están tomando las acciones de la Fed como OD FRQÀUPDFLyQ GH OD JUDYHGDG GHO LPSDFWR económico», advierte Vettese.
En concreto, en el caso de España ya hay ÀUPDV FRPR 6FRSH 5DWLQJV TXH DXJXUDQ XQ crecimiento nulo o negativo en 2020, en línea con las advertencias que la Comisión Europea ha efectuado esta semana sobre la evolución de conjunto de la economía del Viejo Continente. Asimismo, también hay recelos sobre
La impecable actuación de Ben Bernake al frente de la Fed y el rescate de los bancos efectuado por el gobierno de Barack Obama permitieron la rápida recuperación de la economía estadounidense en 2008, en contraste con la travesía en el desierto vivida en Europa, que tuvo que superar una crisis de deuda soberana con posterioridad.
el impacto que los importantísimos rescates HFRQyPLFRV WHQGUiQ VREUH ODV ÀQDQ]DV S~EOLcas de algunos países como España, algo que ya ha comenzado a estresar las primas de riesgo.
Pero, entonces, ¿qué hará falta para comenzar a ver señales de mejoría en el mercado? Lógicamente, nadie lo sabe, pero todo parece indicar que controlar el brote llevará unos 3-4 meses, tras lo cual, se empezará a poder valorar el impacto de la paralización total de la actividad en el planeta.
En todo caso, los expertos recuerdan que los mercados suelen anticiparse a la economía real como, de hecho, ya ha ocurrido con HO GHVSORPH SRU HO FRURQDYLUXV TXH UHÁHMD una recesión severa por la crisis sanitaria.
$VLPLVPR DXQTXH D~Q QR VH YH OX] DO ÀQDO del túnel, es evidente que el mercado alcista regresará eventualmente y algunos gestores ya se están preparando para ese momento. «En estos niveles, cualquier persona que compre con visión de 2-3 años va a sacar una
rentabilidad bastante aceptable si el mundo no se hunde; si no se termina todo», opina Otero.
Si bien, expertas como Campello aún lo ven un poco precipitado: «Todavía no es momento de añadir riesgo. Teniendo muchas ganas de comprar, no lo estamos haciendo. Cuando las noticias de la epidemia sean un poco menos malas y el mercado esté un poco menos estresado, comenzaremos a ser un poco más constructivos», dice.
Lo que sí parece claro es que las tecnológicas volverán a dar muchas alegrías a los inversores cuando regrese el «bull market», pues otra lección extraída de esta crisis es que VREUHYLYLUiQ ODV FRPSDxtDV ÁH[LEOHV FRQ FDpacidad para mantener la actividad en las condiciones más extremas (como son las de una pandemia). Y las tecnológicas no solo están demostrando que es posible trabajar a distancia, sino que también están facilitando las herramientas para que otras corporaciones lo hagan.