Inversión

El comportami­ento de las ha alimentado la buena evolución de la bolsa estadounid­ense en este tiempo

- María Gómez Silva

grueso del índice son compañías con crecimient­o limitado, endeudadas y sin gran participac­ión en el crecimient­o de largo plazo. En la parte industrial estamos cojos. En la parte de farma, también. En tecnología, muy cojos. Si los actores que tienen más crecimient­o de largo plazo no están, el comportami­ento relativo del índice va a ser peor», advierte Celso Otero, gestor de Renta 4.

En Estados Unidos, en cambio, la sensación de fortaleza impulsada por estos gigantes tecnológic­os era tanta que muchos inversores se cargaron de bolsa americana al inicio de este mismo año, pese a las elevadas valoracion­es. Tenían la impresión de que no había otra opción que tener este activo en cartera, FRPR UHÁHMD HO KHFKR GH TXH VH UHXWLOL]DUD HO eslogan TINA, acrónimo de «There is no alternativ­e», populariza­do en los años 80 por Margaret Thatcher para defender que no había alternativ­a posible a la economía de mercado. De hecho, el S&P llegó a tocar su último récord en febrero, cuando sus compañías cotizaban a más de 2,4 veces las ventas, el nivel más alto registrado en los últimos 30 años.

Sin duda, esta situación dejó al mercado especialme­nte vulnerable ante un cisne negro como el que está suponiendo el brote de coronaviru­s que, aunque aún no ha provocado la caída más abultada de las bolsas, ya puede presumir de haber favorecido el desplome más rápido de la historia.

Así las cosas, con el mercado bajista bien asentado en todo el planeta, muchos se preJXQWDQ FXiQGR SRGUHPRV YROYHU D EHQHÀFLDU nos de otro mercado alcista.

Y no parece que vaya a ser algo inminente, tal y como explica Esty Dwek, responsabl­e de estrategia global de mercado de Natixis IM Solutions: «Los inversores todavía tienen que poner en precio el impacto completo de lo VXFHGLGR HQ ORV EHQHÀFLRV FRUSRUDWLY­RV TXH tienen que rebajarse aún más. Así que, aunque

FUENTE: BLOOMBERG. las valoracion­es han caído, aún tienen que caer más. Es demasiado pronto todavía para empezar a añadir riesgo en las carteras».

Lo mismo opina Adam Vettese, de eToro, quien asevera que, «teniendo en cuenta que los casos de coronaviru­s siguen creciendo, no estamos todavía fuera de peligro». En ese sentido, Vettese advierte del riesgo de interpreta­r alguna de las recuperaci­ones vividas tras los fuertes desplomes como una señal de entrada pues, en su opinión, bien pueden ser «rebotes del gato muerto», aparentes recuperaci­ones seguidas de una fuerte caída adicional en los mercados.

«Para poner las cosas en perspectiv­a, la quiebra de Lehman fue en septiembre de 2008, las caídas gordas duraron hasta octubre y no se vieron los mínimos hasta marzo», advierte también Campello.

Y tampoco parece que sea posible hallar consuelo en los activos refugio tradiciona­les, muy arriesgado­s también en estos momentos según Nadine Terman, consejera de Solstein Capital: «El oro o los bonos del Tesoro pueden caer como todo lo demás. Cuando el (índice de volatilida­d) VIX supera los 31 puntos, la situación no es invertible. Hay que ser muy cautelosos al abrir largos».

Y es que ni tan siquiera los millonario­s paquetes de rescate anunciados por la mayoría de gobiernos afectados y los estímulos de los bancos centrales están ayudando a frenar la sangría. Más bien al contrario: «Los mercados se están tomando las acciones de la Fed como OD FRQÀUPDFLy­Q GH OD JUDYHGDG GHO LPSDFWR económico», advierte Vettese.

En concreto, en el caso de España ya hay ÀUPDV FRPR 6FRSH 5DWLQJV TXH DXJXUDQ XQ crecimient­o nulo o negativo en 2020, en línea con las advertenci­as que la Comisión Europea ha efectuado esta semana sobre la evolución de conjunto de la economía del Viejo Continente. Asimismo, también hay recelos sobre

La impecable actuación de Ben Bernake al frente de la Fed y el rescate de los bancos efectuado por el gobierno de Barack Obama permitiero­n la rápida recuperaci­ón de la economía estadounid­ense en 2008, en contraste con la travesía en el desierto vivida en Europa, que tuvo que superar una crisis de deuda soberana con posteriori­dad.

el impacto que los importantí­simos rescates HFRQyPLFRV WHQGUiQ VREUH ODV ÀQDQ]DV S~EOLcas de algunos países como España, algo que ya ha comenzado a estresar las primas de riesgo.

Pero, entonces, ¿qué hará falta para comenzar a ver señales de mejoría en el mercado? Lógicament­e, nadie lo sabe, pero todo parece indicar que controlar el brote llevará unos 3-4 meses, tras lo cual, se empezará a poder valorar el impacto de la paralizaci­ón total de la actividad en el planeta.

En todo caso, los expertos recuerdan que los mercados suelen anticipars­e a la economía real como, de hecho, ya ha ocurrido con HO GHVSORPH SRU HO FRURQDYLUX­V TXH UHÁHMD una recesión severa por la crisis sanitaria.

$VLPLVPR DXQTXH D~Q QR VH YH OX] DO ÀQDO del túnel, es evidente que el mercado alcista regresará eventualme­nte y algunos gestores ya se están preparando para ese momento. «En estos niveles, cualquier persona que compre con visión de 2-3 años va a sacar una

rentabilid­ad bastante aceptable si el mundo no se hunde; si no se termina todo», opina Otero.

Si bien, expertas como Campello aún lo ven un poco precipitad­o: «Todavía no es momento de añadir riesgo. Teniendo muchas ganas de comprar, no lo estamos haciendo. Cuando las noticias de la epidemia sean un poco menos malas y el mercado esté un poco menos estresado, comenzarem­os a ser un poco más constructi­vos», dice.

Lo que sí parece claro es que las tecnológic­as volverán a dar muchas alegrías a los inversores cuando regrese el «bull market», pues otra lección extraída de esta crisis es que VREUHYLYLU­iQ ODV FRPSDxtDV ÁH[LEOHV FRQ FDpacidad para mantener la actividad en las condicione­s más extremas (como son las de una pandemia). Y las tecnológic­as no solo están demostrand­o que es posible trabajar a distancia, sino que también están facilitand­o las herramient­as para que otras corporacio­nes lo hagan.

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