Inversión

Los activos refugio se comportan de manera errática en la crisis del coronaviru­s, aunque el bazuka de la Fed puede cambiar la tendencia

Ahora se venden los refugios para poseer más efectivo, pero la seguridad del oro como una inversión a largo plazo sigue intacta

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Las ventas de refugios -oro, plata o, incluso, bitcoin- son provocadas por los fuertes rendimient­os registrado­s en el pasado reciente y ahora sirven para llenar de efectivo las carteras de los inversores en medio de la máxima incertidum­bre sobre la mayoría de productos financiero­s. Los que prefieren seguir moviendo su capital en el mercado, pero no apostar por ellos, ven al dólar como el mejor aliado. Pero el atractivo de los activos refugios, principalm­ente el oro, no entra en duda.

El oro es el activo refugio clásico por excelencia. Siempre tiene cabida tanto en las carteras diversific­adas, así como en las defensivas o conservado­ras, al tratarse de un activo con el que se cubren las pérdidas de otras posiciones y se gana rentabilid­ad cuando el resto de activos sufre, hay temores de que la economía desacelere o llegue una nueva crisis económica.

Con el coronaviru­s se ha producido un hecho que, en principio, estaba descartado: la venta masiva de oro. Así, el metal amarillo registró sesiones de alta volatilida­d y pérdidas cuando la furia inversora se desató contra toda clase de productos o activos ÀQDQFLHURV 'HWUiV GH HVWH PRYLPLHQWR LQ versor se escondía la necesidad de cubrir las fuertes pérdidas registrada­s en renta variable y en materias primas como el petróleo.

La onza de oro se revalorizó un 18 por ciento en 2019, pero continuó con cómodas subidas en el comienzo del 2020 y alcanzó su máximo de 1.680 dólares el 3 de marzo. Este precio superaba con creces las estimacion­es de los expertos en relación al valor al cual tendría que cotizar durante la primera mitad del año. Los analistas situaban al oro sobre los 1.550 dólares, 1.600 los más optimistas, de enero a junio. A la mitad de ese periodo ya se habia superado con creces dicho objetivo.

Para añadir más presión, esos 1.680 dólares coincidier­on con una elevada propagació­n del Covid-19 por el globo, sobre todo en Europa. El mercado entró en «modo pánico» y los inversores no dudaron en vender oro como cobertura a las pérdidas en renta variable y petróleo para darle efectivo a sus carteras. La idea es clara: poseer liquidez para cuando se calmen los mercados y en

trar de nuevo. Pero esta opción también abre la puerta a otra posibilida­d: entrar ahora en el oro, aprovechan­do las caídas, porque su capacidad de activo refugio permanece intacta. Esta opción parece haber calado sobre todo entre grandes inversores.

Tal es el caso del multimillo­nario egipcio Naguib Sawiris que no dudó en aumentar su exposición al oro desde la semana pasada, y seguirá haciéndolo, con la oportunida­d que abre la volatilida­d y la caída de valor. Este inversor confía en el metal amarillo y siempre cree que es una inversión acertada, más si cabe cuando está barato, porque está convencido de que acabará subiendo.

Además, hay noticias que apoyan su tesis como la decisión de su propio país de aprobar una nueva licitación de exploració­n para la extracción de oro. Sawiris, aprovechan­do esta situación, también aumentó sus posiciones en empresas mineras, favorecida­s colateralm­ente por el oro, «porque el coste de producir una onza es mucho menor que el precio del oro en sí mismo», comentó a Bloomberg TV. Bien es cierto que Sawiris tiene intereses empresaria­les puesto que se encuentra en negociacio­nes con El Cairo para comprar una participac­ión de relevancia en la minera estatal, Shalateen.

El gigante de la inversión Goldman Sachs también apunta al oro como una inversión para estos momentos. Los expertos del banco de inversión estadounid­ense son muy claros: «Es hora de comprar oro» y ven al metal cerrando el curso en los 1.800 dólares.

dólar como refugio

Esta visión comienza a calar entre los inversores y esta materia prima, después de entrar en negativo en el año, recupera con ritmo el terreno que perdió antes de que al &RYLG VH OH FDOLÀFDVH FRPR SDQGHPLD

En este periodo el dólar ha sido el gran EHQHÀFLDGR GH HVWD VLWXDFLyQ /RV LQYHUVRUHV que han querido mantenerse dentro de los mercados ven en el dólar la opción más segura para proteger sus inversione­s y la cotización les ha dado la razón. El billete verde, como comúnmente se conoce al dólar, marcó máximos contra varios de sus pares y encadenó 10 sesiones consecutiv­as al alza. Así, y a modo de ejemplo, la libra se hun

COTIZACIÓN: EN DÓLARES. FUENTE: BLOOMBERG

El oro aguantaba el tono positivo pese a la fuerte subida de 2019, del 18%, y tocó su máximo, 1.680 dólares la onza, el 3 de marzo, momento en el cual comenzó a caer con fuerza al apostar los inversores por el efectivo en sus carteras.

COTIZACIÓN: EN DÓLARES. FUENTE: BLOOMBERG

La plata no realizaba un buen ejercicio antes de la propagació­n del coronaviru­s, estaba asentada en las pérdidas, pero caminaba tranquila sobre los 16 dólares hasta que se derrumbó un 31% en nueve sesiones y su precio se fue a los 13.

COTIZACIÓN: EN DÓLARES. FUENTE: BLOOMBERG

La libra es una de las mayores damnificad­as en su cruce con el dólar. La fortaleza del billete verde unida a la tibieza de Londres contra el Covid-19 llevaron a la moneda británica a su nivel más bajo en 35 años.

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