Agencias y sociedades de valores no remontan
Su beneficio neto cayó un 38 por ciento el pasado ejercicio y para este prevén un desplome mayor debido al Covid-19
La caída de los resultados de las empresas de servicios de inversión (Esis) y el impacto que tendrá en ellas la pandemia del coronavirus impulsan los procesos de concentración.
Los resultados de las agencias y de las sociedades de valores siguen a la baja. Si en 2018 su beneficio neto se redujo más de un 40 por ciento tras la implantación de Mifid II, en 2019 las caídas persistieron. En conjunto registraron un beneficio neto de 60,69 millones de euros, un 38 por ciento menos que el ejercicio anterior, y el 30 por ciento de estas compañías sufrieron pérdidas.
Una de las causas del hundimiento de sus beneficios se debe la rígida regulación de comisiones, gastos e incentivos establecida por Mifid II y su elevada carga de cumplimiento normativo, pero no es la única.
«Otras son la deslocalización de operaciones hacia mercados y sistemas de negociación extranjeros, la bajada de comisiones y la pérdida de competitividad ante plataformas con mejor tecnología», apunta Fernando Zunzunegui, fundador de Zunzunegui Abogados y coordinador de regulación de EFPA, para quien la adquisición de BME por SIX puede acentuar esta tendencia.
La caída de ingresos relativos a la ejecución de órdenes y gestión de carteras y el aumento de costes también han influido en el desplome de sus resultados producido, entre otros motivos, por la necesidad de contratar más personal para cumplir los requerimientos exigidos por la directiva de mercados.
«La bajada continua de los beneficios de agencias y sociedades de valores es una tendencia que se viene observando desde hace años, pero tras la implementación de Mifid II se ha acelerado», afirma Javier Hombría, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB.
Un ejemplo de la difícil situación por la que atraviesan algunas Esis es la intervención, en marzo, de la agencia de valores Esfera Capital por parte de la CNMV tras haber sido informada por la propia entidad de un desfase patrimonial derivado de una incidencia ocurrida con la gestión de las posiciones en derivados de algunos de sus clientes.
Sociedades, las más castigadas
Los malos resultados no afectan por igual a las dos modalidades de Esis. Las 56 agencias de valores que operan en España redujeron sus ganancias un 17,37 por ciento, hasta alcanzar los 6,16 millones de euros. Mientras que las sociedades sumaron un beneficio neto de 54,52 millones, un 40 por ciento menos que en 2018. Esta diferencia se explica por la desaparición de sociedades que han sido absorbidas por sus grupos bancarios y que generaban buena parte de los beneficios que han dejado de computarse en esa categoría.
También se produce porque, «aunque las sociedades de valores pueden prestar más servicios que las agencias, cuentan con una des
ventaja: requieren más personal para desarrollarlos, «por lo que su contratación supone mayores costes fijos», señala Javier Hombría.
La unión hace la fuerza
La caída de márgenes y beneficios durante los últimos ejercicios está obligando a las Esis a crecer para aumentar su competitividad y a consolidar el proceso de concentración que iniciaron en los últimos años.
«Se han producido movimientos en estas entidades tendentes a ganar tamaño con el objetivo de competir mejor en un entorno de mayor regulación y de mayores costes, pero tras la situación provocada por el coronavirus muchos de estos proyectos se van a frenar», asegura David Gasso, presidente de Economistas Asesores Financieros.
Las protagonistas de este proceso de consolidación son las entidades pequeñas que se ven obligadas a «unir fuerzas» para subsistir: «O se especializan mucho o tienen que integrarse en un grupo de mayor tamaño porque necesitan ganar masa crítica suficiente para poder resistir en el entorno de mercado que está por llegar», añade Gasso.
También Zunzunegui cree que la presión de los gastos de explotación para las entidades que no pertenecen a grupos bancarios, la internacionalización de la actividad y la creciente importancia de la innovación tecnológica «hacen prever que la concentración del sector se va a intensificar».
Previsiones sombrías
Hasta que este proceso se consolide, las agencias y las sociedades continuarán transitando por el viacrucis que han recorrido en los últimos ejercicios, pero ahora más empinado debido al castigo que están sufriendo los mercados y las entidades financieras por el azote del coronavirus. A lo que hay que añadir, a juicio de Gasso, las recomendaciones del BCE a los bancos para que suspendan sus dividendos en los seis próximos meses, «lo que puede empeorar la rentabilidad de las carteras propias de agencias y sociedades de inversión».
Zunzunegui se muestra más optimista y aunque cree que el parón de la economía va a perjudicar a corto plazo al sector, «las políticas de fomento necesarias para reactivarla pueden impulsar la recuperación a medio plazo del negocio de las sociedades y agencias de valores».