Las divisas se mueven sin una dirección clara
El coronavirus distorsiona el mercado de divisas y la guerra se desata entre ellas afectadas por las políticas monetarias y las materias primas
El dólar es el más beneficiado hasta ahora, pero la coyuntura es muy cambiante y las opciones de inversión muy variadas según avanza el Covid-19
La cotización de las divisas a raíz de la propagación global del Covid-19 se ve afectada por las políticas monetarias de los bancos centrales, las medidas fiscales de los gobiernos, la caída de los precios de las materias primas y la activación de algunas monedas como activo refugio. Este amplio abanico provoca una alta volatilidad en este mercado y lo instala en una situación de constantes cambios sin una divisa como claro referente.
El dólar parecía haber ganado la partida como divisa más fuerte ante el coronavirus. El billete verde, como comúnmente se conoce a la moneda estadounidense, llegó a marcar máximos frente a 15 de sus principales pares. El motivo de estos registros fue la activación del dólar como refugio ante la pandemia en detrimento de otros clásicos como el oro. Los inversores vendieron masivamente sus posiciones en el metal amarillo y se produjo un gran flujo de ese capital desinvertido hacia el dólar, además de cubrir las pérdidas en bolsa con liquidez en las carteras. Por otro lado, el derrumbe de precios en las materias primas, con el crudo como protagonista, también fortaleció al dólar contra las divisas de países cuyas monedas están ligadas a alguna materia prima. El escenario estaba claro hasta que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) inundó el mercado de billetes verdes con la compra ilimitada de bonos. A la Fed la siguió el Senado con el paquete fiscal de ayudas por valor de 2,2 billones de dólares. Estos movimientos frenaron el ‘rally’ de esta divisa y dieron la oportunidad a las dañadas por el dólar para recuperar el terreno perdido: el euro, la libra, las emergentes… además de
Las divisas, en situaciones de máxima incertidumbre, pueden jugar el papel de activos refugio
al oro. Pero estas monedas no terminan de arrancar con una clara tendencia alcista puesto que también se ven impactadas por los recortes de los tipos de interés de sus bancos centrales o la relajación fiscal y ayudas directas de los gobiernos para frenar, en la medida de lo posible, el impacto económico de la pandemia.
Ante la incertidumbre creciente y la falta de liquidez, la Fed decidió actuar para frenar los desajustes. Así, el organismo presidido por Jerome Powell posibilita facilidades de emisión para que las autoridades monetarias de 14 países acudan al mercado de recompra de contratos de liquidez a corto plazo a través de líneas de ‘swaps’ para «prevenir el colapso de los mercados por escasez de recursos líquidos de financiación a corto plazo por los movimientos de pánico», explican desde Monex Europe.
Pese a las medidas «no hay una dirección muy clara en el mercado de divisas» afirma el experto financiero en la materia Miguel Ángel Rodriguez. Este experto, que aprecia cómo se debilita el dólar conforme se expande el Covid-19 en los Estados Unidos, apunta que el yen es el más beneficiado por la caída de la rentabilidad del bono estadounidense a diez años. Rodríguez señala que este par está estrechamente ligado al rendimiento del bono estadounidense «puesto que los fondos de pensiones japoneses invierten en bonos de los Estados Unidos y ahora se salen por las bajas rentabilidades y el yen actúa como refugio». Para Rodríguez, el yen se verá más favorecido cuando comiencen a aparecer malos datos macroeconómicos de EE.UU. derivados del coronavirus, «por lo que podría seguir cayendo de una forma estructural el dólar/yen».
El yen japonés y el franco suizo se activan como refugio e incluso pueden ganar la partida al dólar en esta parcela
La estabilidad del euro
A este experto le sorprende la «estabilidad» que muestra el euro pese al Covid-19 en países como España o Italia y la división entre los países del norte y del sur de la zona euro por no sacar los coronabonos adelante. Contra el dólar, por ejemplo, tampoco cae
«por la propia debilidad que muestra actualmente esta moneda». El euro «sí podría sufrir» contra la libra si no se aprueban los coronabonos, aunque el aumento de casos de Covid-19 en el Reino Unido «tampoco favorece a la libra», expone Rodríguez. En cambio, la libra contra el dólar ha registrado caídas de calado, colocándose el cable, nombre coloquial por el que se conoce a la libra, en su peor nivel desde hace 35 años, en las 1,15 unidades de dólar. Este retroceso fue muy superior al del Brexit y eso que los niveles de junio de 2016 «se consideraron difíciles de volver a alcanzar en una generación», comentan desde la fintech especializada en la transacción de divisas Ebury. En esta firma atribuyen el alcance de la caída a la liquidación de posiciones largas sobre la libra y al aumento de la prima de riesgo como consecuencia del Brexit y del gran déficit externo del país.
El yen japonés o el franco suizo disfrutaron de subidas como el dólar al actuar también como activo refugio y son las otras dos divisas que mejor se han portado en el pasado más reciente, pero no por ello están carentes de riesgo. Como apunta el analista de IG Markets, Diego Morín, «lo peor» de este tipo de divisas es que sus bancos centrales establecen muchas medidas para intervenirlas debido a que, con unos tipos de interés tan bajos, «no les interesa» que el mercado se inunde de compras de yenes japoneses o francos suizos.
El papel de las materias primas
Las divisas que más fuertes han sido históricamente también se comportan ahora como activo refugio por los importantes retrocesos de las materias primas que impactan sobre las divisas que están vinculadas a ellas.
Esto explica que el dólar terminase marzo como la moneda más revalorizada: un 10 por ciento contra la corona noruega, dependiente del petróleo; un 7 contra el real brasileño, anclado a la agricultura; un 3,4 por ciento contra la libra, muy relacionada con la minería de diamantes, y un 1 por ciento contra el euro. Le siguieron de cerca el yen y el franco suizo. Lo que indican estas bajadas mensuales teniendo en cuenta el marco actual es que, aclara el analista de XTB, Darío García, «si no hay nuevas medidas
económicas desde los Estados Unidos, el dólar, el franco suizo y el yen japonés actuarán de refugio contra monedas afectadas por la caída de las materias primas».
En el caso de los países emergentes, como México y su peso que se hundió a mínimos históricos por el derrumbe del crudo y la guerra de precios entre Arabia Saudí y Moscú, emiten bonos en dólares y tienen que acudir al mercado a comprarlos «y esto podría ayudar al dólar en detrimento de esas monedas nacionales y añade volatilidad al mercado», explica Miguel Ángel Rodríguez que añade, respecto a las divisas emergentes, que el par dólar/yuan chino se mantiene estable, «por lo que invita la calma si se mantiene la situación».
Desde Ebury creen que la dirección y la magnitud de los movimientos en las monedas emergentes «serán en gran medida idiosincrásicos y dependerán en buena parte de los fundamentos macroeconómicos de cada país y otros factores como el posicionamiento en el mercado y la liquidez». Para Ebury, aquellas con unas bases «más sólidas» -grandes reservas de divisas, baja deuda externa y superávit o pequeños déficits en la cuenta corriente- están «mejor preparadas para capear cualquier posible venta adicional de activos de riesgo a la que el Covid-19 pueda inducir». Lo que es casi seguro, afirman, «es que la gran volatilidad del mercado continuará a niveles muy altos».