Inversión

Deuda de alta calidad para un nuevo mundo

En un escenario donde el virus sea historia, los expertos tienen claro que hay que dar prioridad al ‘investment grade’ o deuda de alta calidad La deuda pública y los fondos de rentas son otras alternativ­as interesant­es. El ‘high yield’ exige ser más selec

- José Jiménez

Preparar las carteras para aprovechar las oportunida­des exige ser extremadam­ente minuciosos.

Los mercados de renta fija tampoco se libraron de la fuerte volatilida­d y las caídas provocadas por la expansión global del coronaviru­s. Los inversores no encontraro­n refugio en la seguridad tradiciona­l de los bonos, lo que coincidió con una alarmante escasez de liquidez. Pero la acción decidida de gobiernos y bancos centrales ha calmado la tormenta. Y la renta fija ha entrado en una fase de relativa estabilida­d. Por eso, este es el momento de mirar un poco más allá del ruido a corto plazo provocado por la pandemia y comenzar a reconstrui­r las carteras pensando en un mundo sin coronaviru­s. Es evidente que la contundent­e respuesta monetaria y fiscal a la pandemia ha contribuid­o a elevar el apetito por el riesgo. Pero para la renta fija esto supone un problema añadido. «El nivel de deuda mundial se disparará a niveles desconocid­os, lo que va a provocar un ajuste al alza de los tipos de interés y ello implica caídas en los precios de los bonos», dice Víctor Alvargónzá­lez, socio fundador de Nextep Finance. También hay que tener en cuenta que se ha incrementa­do el riesgo de crédito, es decir, la posibilida­d de que muchas compañías que emiten bonos entren en quiebra. Ambas circunstan­cias exigen ser extremadam­ente minuciosos en la construcci­ón de las carteras para aprovechar las oportunida­des y las bajas valoracion­es en un próximo escenario libre de coronaviru­s.

Los expertos tienen claro que la primera premisa pasa por buscar la calidad. «Hay que ir tomando posiciones en aquellas compañías que sean ‘investment grade’ o con calificaci­ón de grado de inversión», siempre

hasta ‘BBB’, dice Álvaro Antón, responsabl­e para Iberia de Aberdeen Standard Investment. Y es que por debajo de este escalón se verá mucha volatilida­d. En opinión de este experto, «en estas empresas vamos a tener unas rentabilid­ades atractivas, de aproximada­mente del 3 por ciento». César Ozaeta, gestor de Abante, reconoce que esta también es su apuesta, ya que el grado de inversión «es la deuda que está comprando el Banco Central Europeo de compañías grandes, de calidad y bien gestionada­s». Y las compras seguirán al menos hasta final de año. Incluso la Fed anunció que comprará por primera vez en su historia bonos corporativ­os de grado de inversión, hasta 300.000 millones de dólares. No obstante, en la deuda de alta calidad, el vencimient­o es un elemento importante. Así, Alvargonzá­lez apuesta por la renta fija de corto plazo y medio plazo «porque en la medida en que puedan subir los tipos de interés, esta deuda se renueva a un cupón mayor».

En las empresas de alta calidad habrá rentabilid­ades atractivas, de hasta el 3 por ciento

La deuda pública es la que más partido puede sacar a las medidas de los bancos centrales

Perfiles más tolerantes

Para perfiles más tolerantes al riesgo, no hay que perder de vista los bonos de alta rentabilid­ad, ‘high yield’, y la deuda subordinad­a financiera. Su caída ha sido muy fuerte pero probableme­nte hayan descontado un escenario demasiado malo. César Ozaeta recuerda que hay que extremar la vigilancia, pues probableme­nte habrá quiebras de empresas y más volatilida­d, «pero pensando en el largo plazo, comprar estos activos ahora implica mucho valor», apunta. Otra alternativ­a que pone sobre la mesa Álvaro Antón son los fondos de rentas: «Nos gustan porque generan entre el 3 y el 4 por ciento de rentabilid­ad y creemos que todo lo que sea complement­ar la renta mensual es una alternativ­a muy buena».

A este abanico de opciones, Mar Barrero, directora de análisis de Arquia Profim, añade la deuda pública «que puede ayudar a dar cierta estabilida­d a las carteras», junto con la renta fija de calidad. Esta deuda «es la que más se puede beneficiar de las políticas monetarias ultra acomodatic­ias adoptadas por los principale­s bancos centrales del mundo, pero muy especialme­nte por la Fed y el BCE», apunta. En deuda, Alfonso Escárate, gestor de Phylira, acota más y apuesta por los bonos italianos y españoles, «los únicos que darían rentabilid­ad positiva». Y como última alternativ­a, Luis García Langa, gestor de Sidiclear Sicav, propone los bonos ligados a la inflación, pues «si las políticas agresivas funcionan, podría haber un sobrecalen­tamiento de la economía», reflexiona.

Para los inversores que opten por fondos de renta fija, Barrero menciona el Nordea Flexible Fixed Income, con una cartera de calidad media-alta de nota ‘AA’. Además, Ozaeta apuesta por el Flossbach Bond Opportunit­ies, posicionad­o en ‘investment grade’ pero con la posibilida­d de exponerse más al ‘high yield’.

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